Humanoides: La marca de la mutación | libro 1|

Infiltrados Parte I

<<<<Carter>>>      

  11 de Marzo  del 2074, 6:00 a.m., Sector 1

Me despierto justo al amanecer, estoy un rato sentada en la cama. Miro a McCallister que sigue  dormido. Beso  su  mejilla y le digo:

– ¡Feliz cumpleaños! –  Se despierta  y me sonríe.  Me mira  por un segundo con su encantadora sonrisa. –  Gracias. –  Me besa y me pregunta. –  No estoy viejo ¿cierto?

– Aún no. – responde con una sonrisa.

Me pongo  a pensar  en que va pasar en el futuro, él puede  envejecer, pero yo no. Como va  funcionar esta relación. Cada día que pasaba McCallister pierde su juventud. El tiempo pasaba para él y para mí no. Lo único que puedo  hacer en este caso es disfrutar cada momento con él.

Me besa por última vez  y nos levantamos de la cama.  Al  salir  de la habitación todos dicen:

        – ¡Feliz cumpleaños! –  McCallister sonrío   y responde –  Gracias,  a todos.

Mi madre lo saluda y lo abraza. Mi padre solo le estrecha  la mano y en su tono frio le dice:

     – ¡Feliz cumpleaños, McCallister!

       – Gracias.

Mi tía trae una torta de wafles  y dice:

      – Pide tus deseos. –  Ante eso McCallister se ríe. Se detiene  a pensar  y sopla las velas.

Aplaudimos y desayunamos. Phoebe se acerca a McCallister  y le entrega un dibujo.

McCallister le sonríe y le pregunta:

      – ¿Quiénes  son esas personas?

       – Vos, Mamá, papá y yo. –  Explica.

McCallister me mira.  Miro  el dibujo  y me doy cuenta de que mi hija me ha dibujo en el medio de McCallister e Ian. Estoy  tomada de la mano de los dos y ella a lado de Ian.

        – ¿Porque la dibujaste en el medio de los dos? – Pregunta  McCallister.

        – Porque mamá, esta con los dos.  – Responde

Todos me miran  con cara rara. Mi madre me lanza  una mirada de no estar de acuerdo. Agacho la cabeza.

McCallister  no está de  acuerdo con esto, pero sonríe  para disimular su enojo  y le dice:

         – Gracias.

Me  veo venir el discurso de mi madre, pero me salvo  de eso cuando golpean  el portón.

Alan como siempre pregunta  <<quién es>>

  – ¡Alan Folie! 

Mi tío abre el portón. Una joven de cabello rojo con leves ondas y rostro redondo de facciones perfectas, de ojos  verdes claros muy intensos con unas espesas pestañas  y unas finas cejas de color marrón dice:

   –  Vengo de parte Carmín Vergara, soy su sobrina.

    – Ah, sí. Pasa.

La hace  pasar y dice:

     –Tiene un minuto.

       –Sí, como no.

      – Yo estoy con los sicarios de Icon, pero es solo para darle información a mi tía. Conozco todas las operaciones de Icon – Explica  desplegando  la información digital sobre la mesa.  – Planea lanzar el virus en la fiesta veneciana del día de mañana. Necesito su ayuda para detener que lastime a personas inocentes – finaliza.

Mi tío la mira dudando de sus palabras y dice

      –Segura que no es una trampa. 

   –  Nada de eso. No soporto  ver gente morir. Mi tío planea acabar con los humanos solo para hacer un ejército de humanos químicos y vendérselos a las grandes potencias. – Dice.

Mi tía la miro y pregunta:

    – ¿Cómo lo sabes?

    – Entre a su laboratorio y encontré todos los expedientes de  experimentos en humanos. ventas,  pagos, sobornos; entre otras cosas.  Él quiere hacerse  poderoso, no planea restaurar nada. Mintió respecto a todo. – Mi tía hace  una mueca. – No busca la cura, la quiere para beneficio propio, la vendara a otros países una vez que el virus se expanda  por todos lados. esta ahora solo hay un país contagiado.  

          – Estados Unidos.

        – Exacto, pronto todo el mundo. La infección está avanzado y cuando eso pase  nada podrá detenerla.

          – ¿Qué debemos hacer? – Pregunta mi tío.

           – Creí que nunca lo  preguntarías.

Nuria saco de su cartera el expandar * se  colocó en los dedos  índices  y  nos mostró unas fotos y nos explicó:

      – Estos son los invitados que irán a la  fiesta son científicos,  inversionistas y ministros de Rusia, Alemania,  y Francia. Personas que quieren invertir en armamento viral.  – miro las fotos. –  Benicio  solo los conoce  por reuniones  que ha tenido, pero no personalmente.   Necesito que se hagan pasar por ellos

         – ¿Qué hay de las verdearas personas? ¿Qué pasa si aparecen? – pregunta Ludo.

          – Ya me he cargado de eso. Deben infiltrarse y entrar al laboratorio subterráneo.




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