Humanoides: La marca de la mutación | libro 1|

Detrás del antifaz Veneciano

Ninguno de nosotros pudo ingresar al pasillo por un momento creo que Keylen lo logra, pero es detenido por Benicio quien dice:

– Pero si son mis viejos amigos Martin y Franchesca Clayton.

Mi hermano y Anneliese lo miran.

– ¿Hace tiempo que no viene a mis fiestas que les atraído a por acá? – Preguntó

– La ciencia, supongo – respondió mi hermano – ¿Qué planeas, Benicio?

– Algo revolucionario que cambiara al mundo como lo conocemos.

Keylen se tensa y Benicio se da cuanta. Anneliese lo calma acariciándole el brazo y dice

– Debe ser algo realmente bueno sin duda.

– Si, lo es y muy científico – dice con una sonrisa de oreja a oreja.

Se retira y Keylen entre dientes dice:

– Hemos fallado.

Caleb y Greta son nuestra última esperanza. Falta poco para media noche y nadie ha podido entrar al pasillo. Caleb y Greta se escabullen pero Benicio los detiene y les dice:

– Luciana y Steven Hyer, ustedes son los médicos quienes harán la lobotomía dijeron que podían hacerlo, necesito que hablan ustedes.

Mi mellizo y Greta lo miraron.

– Sí, claro, lo haremos. – Dice nerviosa Greta.

El baile comienza y mi tío dice:

– Es ahora o nunca.

Ian y yo bailamos como todos y Haakon me hace una señal

– ¡Es la hora!

Ian me mira con preocupación y le digo:

– Cuida a Phoebe y sácala si hay peligro. Te quiero – le doy un beso muy cerca de la boca.

Asiente con la cabeza y me observa mientras me alejo. Paso por el lado de McCallister quien me mira con cara de pocos amigos por lo que seguro ha visto. Me roza la palma de mi mano.

Haakon y yo entramos al pasillo. Hay muchas puertas, no sé cuál de todas lleva al laboratorio subterráneo. Haakon mira en su minicomputadora y dice:

– Está dando el discurso.

Miro las puertas y digo:

– Debe ser esta. – abro la puerta. Pero está bloqueada con una contraseña que es la huella digital de Benicio.

No tenemos tiempo para desbloquearla. Trato de abrirla manualmente, pero no puede.

Me concentro y le pego una patada. Se abre.

Entramos y vemos equipos de química y una gran computadora.

– ¡Virus Génesis en proceso!

Haakon conecta su computadora a la otra computadora. Busca la clave.

Observo a las personas en el salón en las cámaras de vigilancia.

– ¡Gracias! Ahora van presenciar el experimento que cambiara la vida humana como la conocemos. Algo que nos hará inmortales y tener una larga vida – dice Benicio.

No sigo escuchando porque me llama la atención una de las pantallas digitales.

“LOBOTOMIA PARA MUTANTES, MICROCHIP Y CAMÁRA DE CONTROL” – Leo entre línea – EXTERMINACION DE TODOS LOS MUNTAES E INFECTADOS.

<< No puede ser posible>> va a eliminar todos aquí.

– ¡Nos matara! – grito.

Haakon no dice nada y se concentra en detener el virus.

– Saldrá por el conducto de ventilación, pero no se desactiva desde la computadora. – Digo. – este era su plan desde el inicio.

Busco el conducto de ventilación en el salón y digo:

– Nuria, el virus está en el conducto de ventilación. No podemos sacarlo.

No responde.

– Lo sé, la irritable de Beagle tiene el control. – Me responde – Tratare de quitarle el control. – Dice entre dientes.

– Apúrate no nos queda mucho tiempo. – Le aclaro

– Lo sé. – respondo preocupada.

Nuria se acerca a sus primas y las golpea.

– Lo siento, pero esto no es personal. — las encierra

Su tío termino el discurso con:

– Mis hijas les doraran las pruebas. – Mira para el lado de Nuria quien oculta el control.

– ¿Dónde están Ivonne y Beagle? – pregunta Benicio.

– No lo sé. No las he visto.

Benicio mira al público con una sonrisa y dice:

– Bueno, creo que mis hijas no lo harán, pero mi sobrina Nuria. Les mostrara…

Haakon intenta parar el proceso del virus mientras, que Nuria hace más lenta la tocada del botón.

– ¡Vamos! – Nos dice entre dientes.

Haakon dice:

– No se puede. ¡Hay que salir de aquí ,el virus va salir!

– ¡Completo! – Dice la computadora

Nuria tira el control y Benicio pregunta:

– ¿Qué haces?

– Lo siento, pero no puedo. – Corre.

Benicio agarra el control y abre la ventilación.

– ¡Salgan! – Grito

McCallister y los demás corren. En ese momento todos corren. Benicio dice:

– ¡No se hayan!

– ¡Salgan! – Grita McCallister

Haakon y yo salimos. Al llegar al salón todas las personas corren, los desgraciados de Veruca, Benicio y sus hijas tiene mascaras protectoras.

El virus está en el aire y es toxico para todos. Sacamos a todos los que pudimos pero muchos se han desmayado o se ahogaron con el virus que les cerró los pulmones.

– ¡Vamos, salgan, no se detengan! – grito. – ¿Astoria, Estefan, Ludo, están ahí? – pregunto.

– Si, iremos por ustedes. – confirma Estefan

Los sicarios empiezan a matar a las personas para que se conviertan en infectados. Apuro a las personas.

Casi todos salen, pero una persona se cayó y le digo:

– ¡Vamos!

Es una de las violinistas de la orquesta.




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