Epílogo

Esa mañana me levanto y pienso; La vida quizás no es como quisiéramos, pero es la vida que nos toca vivir, la vida que tenemos que vivir día a día, <<porque siempre hay un mañana, para salvar a la humanidad>>. No importa si el mundo está en guerra o en paz, siempre va ver un mañana y un nuevo día para empezar; porque lo único que importa es que estés con tus seres queridos con los que vale la pena estar y disfrutar cada momento porque uno nunca sabe cuándo puede ser el último día de su existencia.

Me cambio y suspiro. Es un nuevo día para salvar la humanidad; pienso.

Prepara el desayuno para McCallister y yo. Lo pongo en la mesa y cuando McCallister bajo por el ascensor.

– A desayunar. – digo.

Me mira a los ojos por un rato y me dice:

– Sí, pero antes quiero decirte algo. – Lo miro confundida. – cásate conmigo. – me dice.

Le sonreí entre dientes con una gran sonrisa.