Humanos contra demonios.
CAPÍTULO 8
—Los reyes quieren pelear contra los semihumanos por unas rocas que...
La interrumpo, pues ya sé la historia, no necesito escucharla de nuevo.
—El rey ya me contó la parte de las rocas que aumentan el poder mágico.
—Ya veo, pero eso no es lo único que buscan, ellos quieren torturar a los semihumanos y quieren obtener las tierras de los semihumanos, ellos quieren buscar más rocas.
—Tanta pelea por unas simples rocas... Los semihumanos no merecen ser asesinados. Yo iré a hablar con su rey.
—El país Soular lo controla un solo rey, pero no puedes llegar tan fácil a él.
—Lo sé, pero lo tengo que intentar.
—Eres una gran persona, Daniel.
—Gracias.
—Por eso iré contigo.
—La verdad, es que prefiero ir solo. Ese lugar es muy peligroso para los humanos.
—No te preocupes, como te dije antes, soy una de las hechiceras más poderosas del país.
—Por eso, que alguien como tú me acompañe, ellos creerán que planeamos algo. Aparte de qué si solo me ven a mí, no me considerarán un peligro. Por eso quiero ir solo.
—Los semihumanos atacan siempre que ven a un humano, ten cuidado.
—Lo tendré.
—Por eso te traje un regalo, es uno de los libros más raros que he encontrado, tiene escrito la historia de los humanos y semihumanos. Te lo doy por qué se ha mantenido como secreto el por qué los humanos y semihumanos se odian. Léelo y te darás cuenta de lo que realmente pasó.
Me entrega dos libros.
—¿Y este otro?
—Es un libro con 10 hechizos de las hadas. En mi familia nunca hemos podido usarlos, pero creo que tú podrás.
Saco mi teléfono y le tomo foto a los hechizos.
—Ten, ya no lo ocupo.
—¿Eh?
Abro la aplicación de hechizos y veo los hechizos tipo hada.
—Ahora tengo 23 hechizos tipo hada, gracias.
—Si le tomas foto a los hechizos, ¿se guardan en tú teléfono?
—Sí, a tí te dije que se guardan en la galería, pero también se crea una aplicación llamada "Hechizos", que permite guardar y ordenar los hechizos por uso y tipo. No te lo dije por qué se guardan en mi idioma, no le entenderías.
—Ya veo... ¡Intenta usar uno de los hechizos que venía en el libro!
—Está bien.
Leo los hechizos.
—Grein: Los que posean magia tipo Luz y hada, podrán usar este hechizo. Es un hechizo que vuelve invisible a una persona por un minuto. Luego deberá esperar todo un día para volver a usarlo.
—¡Úsalo!
—¡Grein!
Observo mis brazos por 5 segundos, pero no pasa nada.
—No funcionó.
—¡Increíble, funcionó!
—¿Funcionó?
—No te puedo ver, pero tú si puedes verte.
—Entonces no puedes verme... Se me ocurren muchas cosas divertidas para usar este hechizo.
Rose pone una cara pervertida... Tiene una sonrisa picara en su rostro.
—¡No te aproveches de mí, Daniel!
Me sonrojo y me pongo nervioso, pues está gimiendo un poco.
—¡¿Eh?!
—¡Ahora que eres invisible, te aprovecharás de eso y me vas a tocar los pechos!
—¡Cálmate!
Rose se detiene, deja de gemir.
—¿No eres hombre? El hechizo terminó y no me tocaste.
—¡¿Por qué haría eso?!
—¡Por qué eso hacen los hombres, todos son unos pervertidos!
—¡Pero yo no...! Bueno, un poco, lo admito, pero no me atrevo a molestar a una chica.
Después de discutir un poco sobre que los hombres deben ser unos pervertidos y esas cosas, me despido de Rose.
—Gracias por los hechizos. ¿No quieres bajar a la fiesta?
—No me gustan las fiestas, son muy aburridas.
—Y sí que lo son, pero la comida está deliciosa.
—No puedo, aún tengo que hablar con el rey.
—Está bien, cuídate.
Salto y bajo de la cima de la torre.
—Definitivamente debo aprenderme los hechizos de memoria.
Me reúno con las demás.
—¿En dónde estabas?- Dice Liz.
—Estaba con tú hermana.
—¡¿Está aquí?!
—Está en la cima del castillo.
—¡Iré a verla!
Liz se va corriendo. Supongo que tiene muchas ganas de ver a su hermana.
—¡Ahora bailemos!- Dice Alex con una gran sonrisa.
Alex me toma de las manos y bailamos. Estuvimos dos horas en la fiesta, bailé con todas menos con Sonia. Mi abuela parece muy apegada a ese guapo noble. No pasó nada interesante y decidí irme.
—¿Ya te vas? La fiesta aún no termina.- Dice Rem.
—Tengo algo de sueño, ustedes quédense, yo me iré.
Me voy de la fiesta.
Después de un par de minutos, llego a mi nueva casa.
—Estoy muy lleno.
Me dirijo al patio trasero en donde estaban los trabajadores y veo que solo uno de ellos está aún ahí.
—Joven Daniel, quería informarle que ya terminamos de construir el baño, lo hicimos justo como venía en las instrucciones.
—Gracias.
Saco todas las monedas de oro que aún tenía.
—Son como más de 100 monedas, ¿puedes repartirlas entre tus compañeros? Puedes considerarlo un gracias por su trabajo.
—¡Gracias!
El trabajador se va y veo el baño. Destruyeron una pared de la casa y añadieron el baño para que no tengamos que salir de la casa para entrar al baño.
—Hicieron un buen trabajo.
Entro a la casa y entro al baño.
—¡Realmente hicieron un gran trabajo!
Verifico que el baño funcione, el inodoro funcionaba y la llave de la bañera sí tenía agua.
—¡Ahora sí podré bañarme bien!
Me quito la ropa y empiezo a bañarme.
—Realmente extrañaba esto.
Cierro los ojos.
—Relajante...
De repente, escucho las voces de dos de nos compañeras.
—¡Increíble, está muy lindo el baño!- Dice Liz.
—¡Los baños en tu mundo son increíbles, Daniel!- Dice Alex.
Abro los ojos y veo a Alex y a Liz frente a mí. Me pongo completamente rojo y nervioso.
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Editado: 04.06.2021