Humanos Contra Demonios

CAPÍTULO 17: Menos poder

Humanos contra demonios.

CAPÍTULO 17

Merlín extiende su mano derecha. Por su expresión, creo que está preparada para decir un hechizo.

—¡Flums!

Unas rocas pequeñas salen de su mano... Es todo, ni siquiera salen volando a una gran velocidad... Solo salen de su mano y caen al suelo... Eso fue decepcionante.

—¿Es todo lo que hace?

—Sí... Es todo lo que hace.

—Muéstrame los hechizos que sí valgan la pena.

—Pues... Solo tengo 2 que valen la pena.

—Muéstrame.

—¡Retiers!

Merlín saca una enorme cantidad de tierra del suelo.

—¿Controlas la tierra con ese hechizo?

—¡Sí, mira!

La tierra empieza a dar vueltas por los aires.

—Es muy útil.

Siendo sincero, no le encuentro utilidad a ese hechizo... Tal vez para excavar.

—No mucho.

La tierra cae.

—¡Entonces mira esto!

Merlín extiende sus dos manos.

—¡Aguarpo drepo!

Una enorme cantidad de agua sale de sus manos y una burbuja de agua, del tamaño de un balón de fútbol, está flotando frente a ella.

—¡Con este hechizo, puedes crear agua y controlarla!

—¿Es como Retiers?

—Supongo que sí, solo que el agua puede usarse para ahogar a los enemigos, pues es más difícil deshacerse del agua.

Eso suena bastante útil.

—Ya veo... ¿Son todos?

—Bueno... Los demás son innecesarios...

—¿Eres una aventurera?

—¡Claro que sí!

—¿Pero no tienes hechizos buenos?

—Es que... Mi poder mágico es muy débil... Soy una plebeya... ¡Pero soy una experta con la espada!

—Ya veo... Bueno, supongo que ahora somos compañeros.

—¡Genial, déjame presentarte a mis hermanos!

—¿Son tus compañeros también?

—¡Claro!

—Que flojera... Vamos.

-Minutos después-

Entramos a una casa.

—¡Esta es nuestra base, bienvenida!

—¿Tienes una base, pero duermes en una posada?

—Bueno... Lo que pasa es que la posada es más cómoda que vivir aquí... La verdad es que la casa es de mi hermano mayor, y él solo nos permite usar su casa para reuniones.

—Ya veo.

—¡¡Hermanos, vengan a conocer a nuestra nueva compañera!!

Una chica baja por las escaleras y me ve. La chica tiene el cabello negro y largo y usa un vestido rosa.

—¡¿Nueva compañera?!

El chico de ayer baja por las escaleras.

—Al parecer te convenció.

Un chico muy alto y fuerte baja por las escaleras. El chico tiene el cabello negro y largo.

—Merlín habló mucho de tí, pareces alguien interesante.

Todos me rodean.

Bueno... Tengo compañeros nuevos... No creo que sea tan malo después de todo.

—Entonces... ¿Iremos a hacer misiones?

—¡Sí!

"Y bueno, así comenzó mi nueva vida."

-Presente-

—Y después...

-Tres horas después-

Daniela me contó toda su historia... Es bastante interesante, aunque no le pasaron tantas cosas interesantes.

—Y esa es mi historia.

—¿Es todo? ¿No conociste a ningún rey? ¿No conociste semihumanos?

—Bueno... No. Simplemente pasé los días haciendo misiones con mis compañeros.

—Ya veo... Solamente enfrentaste Orcos y Ogros... Bueno, mi historia es un poco más entretenida.

—¡Cuéntame!

-43 minutos después-

—Entonces usé el hechizo para crear teléfonos para todas y...

—Espera... ¿Por qué no creaste un teléfono cuando te perdiste?

Me detengo y me pongo nervioso... Lo olvidé... Olvidé que podía hacer eso... ¡¿Lo olvidé?!

—S-se... ¿Se me olvidó?

—¿Se te olvidó? Pero... tenemos una excelente memoria, es imposible que se te haya olvidado.

—¿Qué me pasa?... Se me olvidó... ¿Por qué?

—¡Vaya, finalmente te diste cuenta!- Dice Dios.

Desaparecemos de ahí y aparecemos en un lugar completamente blanco.

—¡¿Dios?!

Dios aparece frente a nosotros.

—¿Qué pasa?- Dice Daniela.

—¿Por qué nos trajiste a éste lugar?

—¡Anciano, estaba en medio de una misión!

Volteo y veo a una niña pequeña... Supongo que es la que usa la otra espada... Se ve tierna.

—¿Eres la que puede usar la espada Dax?

Dios me interrumpe.

—Lo siento, pero hay un cambio de planes.

—¿Cambio de planes?

—Hace unas horas les quité algo de su poder mágico y les quité su gran memoria.

—¡¿Eh?!- Decimos los tres.

—¡¿Por qué?!

—¡No es justo!- Dice Daniela.

—Lo siento, son órdenes del consejo celestial.

¿Consejo celestial? Se escucha interesante... ¿Qué será?

—¿Consejo celestial?

—Y... Bueno... Lo siento, pero no pueden salir de sus continentes. A partir de ahora, no tendrán permitido salir de sus continentes.

—¡¿Por qué?!- Dice la niña.

—¡Danos una explicación!- Dice Daniela.

—Lo siento.

Los tres desaparecemos de ahí.

—Otra vez me complican las cosas.

-Horas antes-

Dios está sentado en una gran mesa junto con otros ancianos. Un niño está parado en el centro de la mesa. El niño es pequeño, tiene el cabello blanco, usa un traje blanco y tiene los ojos completamente blancos.

—¡Haz ayudado demasiado, Dios del planeta número 14!- Dice el niño.

—¿Demasiado?

—¡Hemos analizado la situación, y al parecer, les diste demasiada ayuda!

—Solo les di la necesaria.

—¡Debes quitarles su gran memoria a los tres!- Dice una anciana.

—¡También debes quitarles algo de su poder mágico!- Dice un anciano.

—¡Y no permitas que salgan de sus continentes!- Dice el niño.

—Pero, Dios supremo... Eso es muy...

—¡Sin peros!

—¡Hazlo!- Dice alguien que es completamente negro y no usa ropa.

—E-está bien.

-Horas después-

Dios nos observa desde un espejo a Daniela y a mí mientras volamos.




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