Humanos Contra Demonios

CAPÍTULO 20: El hijo del Dictador

Humanos contra demonios.

CAPÍTULO 20

-Faltan 17 horas con 21 minutos para volver al mundo 1-

Alguien me da una patada en el estómago y me saca el aire... ¡¿Por qué me despiertan de esa manera?!

—¡¿Eh?!

Me toman de la camisa y me levantan. Son tres hombres mayores con máscaras completamente blancas.

—¡Este es nuestro territorio!

—¡No están permitidos los vagabundos en este lugar!

Mierda, son miembros de una pandilla... No quiero pelear, pero estoy seguro de que intentarán hacerme daño.

—N-no lo sabía, me iré inmediatamente.

—¡No te irás sin recibir tú castigo!

Mierda, lo sabía.

Me da un golpe en la cara con su puño derecho y caigo al suelo.

Me empiezan a patear mientras se ríen... ¿Realmente disfrutan torturar a un chico? ¡Entonces no me dejan otra opción!

—¡Muslar asio!

Tomo de la pierna derecha a uno de ellos y lo empujo con todas mis fuerzas. Lo saco volando varios metros.

—¡¿Eh?!

Me levanto con dificultad.

—Por favor, déjenme en paz.

—¡Maldito!

El brazo derecho de uno de ellos se vuelve de metal y me intenta golpear en la cara, pero fácilmente lo esquivo y tomo su brazo. Empiezo a dar vueltas y golpeo al otro hombre con su compañero.

—¡Qué increíble fuerza!

Lo suelto y lo saco volando varios metros, provocando que choque contra un árbol.

—Lo siento, pero ustedes empezaron.

Me toco la frente con mi mano derecha.

—Freins Dreis Cure.

Me siento mucho mejor y suspiro.

—Creo que debo irme. Vels.

Me voy corriendo a una gran velocidad... Debo alejarme de esta zona, no quiero que me ataquen de nuevo... Y tan cómodo que estaba... Estaba durmiendo como un bebé.

—No puedo usar el hechizo de vuelo porque me pedirán una licencia, y no quiero meterme en problemas.

Saco dos monedas de mi pantalón.

—El oro es muy valioso en mi mundo, pero calculando el valor que le dan en el mundo 1, el oro no es tan valioso en el mundo 1... ¿Aquí sí será valioso?... Tal vez pueda dormir en un hotel.

Dejo de correr y empiezo a caminar. Veo a las personas a mi alrededor, algunas son normales, algunas tienen alguna especie de mutación... Es fascinante... Creo que no existe la discriminación en este lugar, y eso me agrada... Realmente odio a las personas que se burlan de otras... Sí, soy el típico chico bueno, soy un cliché... Pero bueno, así soy yo, y eso no puede cambiar.

—Veo que aquí no hay discriminación.

Veo a un hombre muy gordo y calvo sentado en un trono que es cargado por cuatro hombres con máscaras completamente blancas. Las personas se arrodillan cuando él pasa entre ellos. El hombre viste un traje completamente blanco.

Esas máscaras las conozco... Creo que es el líder de la pandilla o algo parecido.

—¿Será importante?

—¡¡Alto!!

Los cuatro hombres bajan el trono y el hombre gordo se levanta y se dirige a una chica muy hermosa. La chica tiene la piel blanca, literalmente blanca, tiene los ojos completamente negros y su cabello es negro y corto. Usa un pantalón negro y una blusa rosa.

—Tú serás mi novia por esta noche.

Espera... ¿Novia?

—P-pero yo ya tengo novio.

—¡¿Quieres que te mate?! ¡Si te digo que serás mi novia por esta noche, es porque serás mi novia por esta noche!

Ese tono es arrogante y molesto... La está amenazando... Y eso no me gusta.

La toma del brazo derecho y la jala. La chica no pone resistencia y camina a lado de él.

Maldito... Odio a las personas como tú... No me importa que seas importante, no puedes amenazar a una chica.

—¡Nos divertiremos mucho esta no...!

Alguien debe darte una lección... Y yo tengo el poder suficiente para hacerlo.

—¡¡Oye, gordo!!

Él voltea a verme enojado.

—¿Gor... do?

—¡No puedes obligar a una chica a ir contigo! ¡Déjala en paz!- Digo mientras me acerco a él.

Todos en el lugar se van corriendo gritando... Supongo que piensan que estoy loco por retarlo.

—¡Ese tipo es un idiota!

—¡Es un hombre muerto!

Ese tipo parece realmente enojado... Creo que se enojó por lo que dije

—A mí... nadie... me dice... ¡gordo!

Suelta a la chica y extiende sus dos manos, apuntandome.

—¡Muere!

—¡Muslar asio!

De sus manos salen unas enormes esferas negras que se dirigen a mí a una increíble velocidad. Son del tamaño de un balón de fútbol.

Esquivo las esferas negras y éstas impactan en un auto, y el auto desaparece misteriosamente.

No logro ver lo que pasó.

—¿Esas esferas negras qué harán?... Supongo que son peligrosas.

Me dirijo a él.

—¡Muérete ya, maldita sea!

Me sigue lanzando esferas negras y yo me dirijo a él, esquivando las esferas.

—¡Vels!

Llego con él rápidamente y lo miro a los ojos.

Su mirada refleja miedo y sorpresa... Está aterrado.

—¿Quién demonios eres?

—Soy Daniel, el que hace posible lo imposible.

Le doy un gran golpe en la cara con mi puño derecho y lo saco volando varios metros.

—Bien... Podría haberme atacado con esas esferas mientras hablaba conmigo... Que bueno que se distrajo... No debo cometer esa equivocación de nuevo.

Volteo a ver a la chica, que está sentada en el suelo, viéndome.

—¿Estás bien?

Le extiendo mi mano derecha.

—S-sí.

Me toma la mano y le ayudo a levantarse.

Los cuatro hombres levantan al hombre gordo.

—¡¡Se lo diremos al jefe!!

—¡¡Eres hombre muerto!!

—¡¡Ustedes dos están muertos!!

Se van corriendo rápidamente.

—¿Quién era ese hombre?

—¿N-no sabes quién es?

—No.

—E-ese era "Minsfel", el hijo del dictador "Froulen".

¿Minsfel? ¿Froulen? Esos nombres son realmente raros.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.