Humanos Contra Demonios

CAPÍTULO 37: Recuerdos amargos.

Humanos contra demonios.

CAPÍTULO 37

Me despierto en una cama en una habitación algo sucia... En la habitación solo hay una cama.

Estoy tapado con cobijas.

—Dios me entrenará...

Sonrío... ¡Dios me entrenará! Eso suena realmente increíble.

—Realmente es genial.

Me quito las cobijas y me levanto de la cama.

—¿Eh?

Reviso mi ropa y solo tengo puesto unos pantalones blancos.

—Supongo que mi ropa se dañó y me cambiaron de ropa... mientras dormía...

Me sonrojo... Me vieron desnudo... Mierda.

—M-mejor no pienso en eso.

Reviso mi cuello y no tengo mi collar... ¿En dónde lo perdí?

—¿Lo perdí?

Abro la puerta y me doy cuenta de que estoy en una pequeña casa de madera.

—¡¡¿Hola?!!

Recorro la casa y observo a mi alrededor.

—¡¡¿Hay alguien aquí?!!

La casa es pequeña, solo hay una pequeña cocina, un pequeño comedor y una habitación.

—No hay nadie... Tal vez estén afuera.

Salgo de la casa y me doy cuenta de que estoy en un pueblo.

—No reconozco este lugar.

Veo puestos de venta, personas caminando y comprando... Es un pueblo normal y tranquilo.

—Es un pueblo normal... Tal vez las chicas estén por aquí.

Empiezo a caminar con mis pies descalzos por el lugar.

—¡¡Daniela, abuela, Sara, ¿en dónde están?!!

Veo a dos hombres intentando robarle a un anciano y a una chica que está a lado del anciano. Los dos parecen que son los dueños de un puesto de joyería. El anciano tiene el cabello rojo y un pequeño bigote rojo,  usa una camisa de manga larga color rosa y unos pantalones negros. La chica tiene el cabello corto y rojo, y usa un vestido rosa muy lindo con adornos de flores. Ambos parecen muy asustados... Los dos hombres parecen muy, pero muy fuertes, tienen espadas y parecen muy malos.

—Apenas despierto y ya tengo que usar magia.

Me acerco a ellos... Debo ayudarlos... No siento la necesidad de ayudar, pero quiero hacerlo.

—Oigan, ¿qué intentan hacer? ¿Robar?

Los dos voltean a verme muy enojados.

—¡No te metas!

—¡No intentes ser un héroe!

—¡O te mataremos!

Me rasco la cabeza... Vaya actitud que tienen. Son clásicos ladrones... Cliché.

—Sí, son ladrones. Muslar asio.

Me acerco a ellos mientras sonrío.

—¡Te lo advertimos!

Los dos se dirigen a mí y me intentan atacar.

Esquivo sus ataques fácilmente y me paro en medio de los dos.

—Idiotas.

Les doy un gran golpe en el estómago a cada uno con mis puños.

Se quejan del dolor y los tomo de la camisa y los jalo, provocando que choquen sus cabezas.

Los suelto y caen al suelo inconscientes.

El hechizo deja de hacer efecto y suspiro... Fue fácil. La velocidad de un humano es lenta, comparada con la de un demonio.

—Vencer a unos hombres es más fácil que vencer a un demonio.

Las personas a mi alrededor me observan asombradas... Supongo que puedo aprovechar la atención.

—¡¡Disculpen, busco a mis compañeras!! ¡¡¿No han visto a unas aventureras por aquí?!!

Escucho la voz de Alex y Liz.

—¡¡¿Daniel?!!

Volteo a mi derecha y veo a Alex y a Liz a lo lejos.

—¡¡Ya las encontré, gracias!!- Les digo a las personas a mi alrededor.

Me dirijo hacia ellas y ellas se dirigen a mí corriendo.

—¡Daniel!- Dice Liz emocionada.

—¡Despertaste muy rápido!- Dice Alex emocionada.

Las dos me abrazan con fuerza.

—¿En dónde están las demás?

—¡Estábamos cazando a unos Corpes para comer!- Dice Liz.

—¡Estaban detrás de nosotras!- Dice Alex.

—Bueno... Vamos con ellas.

La chica y el anciano se acercan a mí.

—Muchas gracias por ayudarnos, joven.- Dice el anciano.

La chica se acerca demasiado a mí y me observa muy emocionada.

—¡Estuviste increíble! ¡Eres increíble!

Le sonrío.

—Muchas gracias.

Se sonroja y se acerca aún más a mí.

—¿Qué hace alguien como tú, en este insignificante pueblo?

—Bueno... No lo sé, solo desperté en este pueblo.

Volteo a ver a Alex.

—¿Qué hacemos aquí?

—Cuando derrotaste al rey demonio, te desmayaste por la herida que te provocó. Pero inesperadamente, esa herida se curó rápidamente, pero no logramos despertarte. Así que te trajimos al pueblo más cercano para esperar tu despertar.

—Ya veo... Está bien.

El anciano y la chica se acercan demasiado a mí con ojos brillantes.

—¡¿Derrotaste al rey demonio?!- Dicen los dos.

—También derroté a todos los demonios del mundo.

—¡Genial!- Dice la chica.

—¡Eres un joven realmente fuerte!- Dice el anciano.

—Gracias.

Me alejo de ellos.

—Fue un gusto ayudarlos, adiós.

Me alejo de ahí junto con las chicas.

—¿Cuánto tiempo estuve dormido?

—Solo dos días.- Dice Liz.

Bueno... Dos días no es mucho... Supongo.

—Está bien.

Damos media vuelta a la derecha y veo a las chicas juntas. Daniela lleva jalando de las patas a dos animales que parecen vacas, pero sus cabezas son algo raras...Tienen tres ojos, colmillos enormes, y aparte, sus patas parecen las patas de un perro... Es realmente raro.

—¡¡Hola!!- Grito y luego muestro una sonrisa.

—¡Daniel!- Dicen todas.

—¡Despertaste!- Dice mi abuela.

Todos parecen felices de verme... Me gusta... Me siento feliz.

Todas se dirigen a mí y me rodean.

—¡Derrotaste al rey demonio!- Dice Sara.

—¡Cuando todos se enteren de esto, serás conocido como el aventurero más poderoso del mundo!- Dice Rem.

—Gracias...

Veo a mi abuela a los ojos... Debo contarle lo que me dijo Dios.

—Abuela, tenemos que hablar... A solas.

—Está bien.

—Lo siento, chicas, es algo personal... En unos minutos regresaremos a la casa en donde me dejaron. Esperen ahí, por favor.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.