Humanos Contra Demonios

CAPÍTULO 47

Humanos contra demonios.

CAPÍTULO 47

Salgo de una tienda con una caja con ropa... Me gasté mucho en esta ropa, pues entré a una tienda elegante, pero valió la pena. Quiero que Nirfa vista con ropa cómoda y linda.

—Me quedan 380 monedas y aún me faltan dos semanas de viaje... Bueno, no importa.

Empiezo a correr por las calles... Tal vez necesite más dinero... Luego haré una misión. En este país también hay gremios.

—Debo ir rápido... Tal vez volando... No, gastaría mucha magia.

Salgo de la ciudad y un chico me observa correr.

—Ese chico se dirige al mismo lugar que ese unicornio... Ese chico es Daniel.

Sonríe y empieza a caminar a la misma dirección que yo.

—Debo averiguar que tan fuerte es.

-Minutos después-

Llego con Treis, y Nirfa está en el lago, bañándose. Está desnuda, pero no me importa, no soy un pedófilo, y no hay nadie que pueda verla.

—Perdón por tardar tanto.

Dejo la caja en el suelo.

—¡Aquí está tu ropa Nir...!

Nirfa está de espalda y veo que tiene cicatrices por casi todo su cuerpo, excepto por su cara, brazos y piernas.

Eso es bastante asqueroso... Y no lo digo por su físico, me refiero a la acción... Su antiguo amo era bastante cruel.

—Nirfa...- Digo con un tono triste.

—Me contó que su antiguo amo le gustaba lastimarla con ácido... Realmente era un enfermo.- Dice Treis.

Cierro el puño derecho con furia... Quiero golpear a su antiguo amo... Quiero matarlo... Y como no hay leyes que me lo impidan, lo mataré.

Los humanos en este mundo son muy salvajes... Todo en este mundo es salvaje... Realmente odio a las personas que hacen sufrir a otras... Odio a las personas que se burlan de otras... Odio a las personas crueles y malas.

—Treis... Creo que debemos solucionar un problema primero antes de llegar a la playa.

—Ya sé a lo que te refieres. ¿Quieres matar a su antiguo amo?

Matarlo no será suficiente... Quiero torturarlo, quiero quitarle los ojos... Quiero quitarle la piel... ¡Quiero hacerlo sufrir!

—Matar no... Hacerlo pagar.

—¿Estás seguro?

Siendo sincero, no estoy seguro... Pero quiero hacerlo... Realmente quiero hacerlo.

—No lo estoy... Pero quiero hacerlo.

Mi ojo derecho empieza a brillar por un segundo. Solo brilló un segundo.

—¿Eh? Daniel, tu ojo derecho brilló.

—¿Brilló?

—Sí... Qué raro.

Todo lo que me pasa en este mundo es raro, así que no importa.

—Da igual.

-Godfer-

Desmolfer me está observando por medio de un espejo. Está sonrojada y sonriente. Está sentada bajo un árbol, en medio de un valle verde.

—Maldad, Daniel... Ya tienes maldad en tu corazón.

Besa el espejo... Realmente está enamorada de mí.

—Pronto serás mio.

Dios aparece a lado de ella y le da un golpe en la cabeza con su puño derecho.

—¡¿Por qué me golpeas, idiota?!

—Deja de perder el tiempo y haz tu trabajo. Ya haz visto a Daniel bastante tiempo.

—Aguafiestas.

Se levanta y se estira.

—¿Puedo verlos entrenar cuando Daniel venga de nuevo?

—Sí, da igual.

—¡Gracias!

Desmolfer desaparece y Dios levanta la mirada.

—Daniel... Realmente vas a cambiar.

-Al anochecer, en un bosque de Nimei-

Nirfa está dormida en un piso de madera que yo hice. Tiene un vestido blanco, vendas nuevas y a su lado hay platos vacíos y sucios, y una diadema roja.

Treis y yo estamos despiertos, yo estoy construyendo una carreta. Hay una fogata a nuestro lado.

—Ahora que tengo menos poder mágico, ya no puedo construir una gran carreta con el hechizo... Mierda.- Pienso.

—Daniel, ¿te sientes bien? Te veo preocupado.

Sinceramente, solo estoy un poco enojado... Realmente quería matar al antiguo amo de Nirfa.

—No es nada... Estoy bien... Solo que Nirfa no sabe cómo se llamaba su antiguo amo... Así que creo que estoy un poco decepcionado. No sabe su nombre y tampoco sabe en dónde vive.

—No te preocupes.

—Sí... Lo sé...

Termino de colocar una rueda.

—Treis...

—Sí.

De su cuerno sale un pequeño rayo blanco y une las partes de la carreta.

—Listo.

Me limpio el sudor de la frente... Fue un largo trabajo, pero terminé de construir la carreta.

—Terminamos.

Me siento en el suelo... Tengo sueño, pero debo vigilar... Dejaré que Treis descanse primero.

—Treis, puedes descansar, yo vigilaré.

—Me despiertas en cuatro horas.- Dice Treis.

—Sí, no te preocupes.

Treis se acuesta sobre el piso de madera y yo me acerco a la fogata.

—Es la primera vez que siento las ganas de matar a alguien... ¿Qué me está pasando?

Mi ojo derecho me duele un poco y volteo a ver a mi derecha. Una navaja se dirige a mí y me hago a un lado rápidamente.

Esquivé la navaja, pero logró herirme en la mejilla izquierda.

—¡Treis, nos atacan!

Treis se levanta rápidamente.

—¡Lo bueno es que aún seguía despierto!

—¡Muslar asio!

Cierro los puños fuerza... No soy tan fuerte como antes, pero Treis está a mi lado, él puede ayudarme.

—Solo soy el doble de fuerte... Pero con eso podré pelear. ¡Espada Dex!

La espada aparece en mi mano derecha.

—¡¡Sal de ahí!!

Un chico baja de un árbol.

—Buenos reflejos, Daniel.

—¿Me conoces?

—Hay rumores sobre tí. ¿Realmente venciste a los demonios tu solo? ¿Eso es posible?

—Lo hice, así que sí, es posible.

Saca dos navajas de su bolsillo y se acerca a mí.

—¡Quiero comprobar tu fuerza!

Se divide y se convierte en 5 personas... Son 5 personas idénticas.

—¿Un hechizo de multiplicación? Treis, dime ese hechizo.

—N-no es un hechizo, es una habilidad.

—¿Habilidad?




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