Humanos Contra Demonios

CAPÍTULO 74

Humanos contra demonios.

CAPÍTULO 74

Cris, Sandro y yo estamos caminando juntos por la capital.

—Me sorprende que hayas aceptado, Daniel.- Dice Cris.

—A mí también me sorprende... Pero ver un poco no hace daño... Esperen por favor, debo hacer algo.

Salto y me alejo volando del suelo.

Me alejo bastante del suelo y me detengo.

—Maestro, ¿por qué quieres que vaya?

—El sexo mejora la resistencia, quiero que te vuelvas más resistente.

—¿Eh? ¿Es en serio?

—Sí.

Me rasco la cabeza y comienzo a dudar. Suena bastante raro eso,  y siendo sincero, creo que está mintiendo.

—¿Eh?... Bueno... Supongo que si me masturbo, cuenta como tener sexo. Realmente no quiero tener sexo con alguien que apenas conozco.

—Daniel... Siendo sincero, te estoy mintiendo... ¡Hace miles de años que no tengo sexo, quiero ir!

—¿Tengo un maestro pervertido?... Cliché.

—¿Irás o no?

—¿Quieres usar mi cuerpo?

—¡Claro que sí!

—Está bien... Dios me dijo que debo hacer lo que digas... Vamos.

—Por cierto, ¿no usarás la ropa que te regalaron ayer?

—¿La que me regaló Desmolfer?... Es cierto... Cuando termines de usar mi cuerpo, iré por la ropa.

—Está bien.

Ayer fue mi fiesta de cumpleaños en Godfer, y realmente fue increíble.

-Ayer-

Estoy en un enorme salón. En el salón hay música clásica, mesas llenas de comida y bebidas, una enorme piscina y karaoke. También hay una gran mesa con regalos.

Decenas de personas, o más bien, Dioses, están en mi fiesta.

Mi abuela usa un elegante vestido blanco y Daniela usa un hermoso vestido negro.

Yo estoy vestido con la ropa que me dio Maisha, no me gusta usar ropa elegante.

Estoy rodeado por varias Diosas, que me observan sonrojadas.

Estoy completamente rojo, pues las Diosas son muy hermosas.

Desmolfer y Maisha están abrazándome.

—¡¿Te está gustando la fiesta, Daniel?!- Dice Desmolfer.

—S-sí, g-gracias.

—¡¿No quieres ir a nadar?!- Dice Maisha.

—M-más tarde.

—¡Por cierto, Daniel, te regalé algo de ropa, espero que te guste!- Dice Desmolfer.

—G-gracias, D-Desmolfer.

Veo a Daniela sentada sola en una mesa. Se ve algo desanimada y triste.

—¿Daniela?

Me alejo de las Diosas y me dirijo a Daniela.

—¿Daniel?- Dice Desmolfer.

Me paro a lado de Daniela y le extiendo mi mano derecha.

—¿Quieres bailar conmigo?- Digo sonriendo.

Daniela voltea a verme y me sonríe.

—¡Sí!

Me toma de la mano y se levanta.

—Realmente no sé bailar, pero lo intentaré.

La tomo de la cintura y comienzo a moverme.

—¿Así está bien?

Daniela me abraza y cierra los ojos.

—Sí... Así está bien.- Dice sonriendo.

Las Diosas observan celosas a Daniela.

—¡¿Un simple Ángel nos está robando a Daniel?!- Dice Desmolfer celosa.

—¡Qué envidia!- Dice Maisha celosa.

Desmolfer voltea a ver a Maisha.

—¡¿Se enamoró de ella?!- Dice Desmolfer.

—No... Daniel solo ama a su abuela, no ama a otra persona... A él realmente no le interesa el amor... Él no quiere enamorarse.

Mi abuela está bailando con Dios.

—Muchas gracias por evitar que Daniel cometa suicidio.- Dice mi abuela.

—Yo debería agradecerle a Daniel por su ayuda, él realmente nos está ayudando bastante.- Dice Dios sonriendo.

Izuke y Crismei, la Diosa de los juegos, aparecen a lado de mí.

—¡Felicidades, Daniel!- Dice Crismei con una gran sonrisa.

—Gracias, Diosa.

Crismei toma de la mano a Izuke y se dirige a la piscina corriendo.

—¡Vamos a nadar!

—Daniel, ¿no quieres ir a nadar?- Dice Daniela.

—¿Quieres ir conmigo? No quiero nadar solo... Y el acoso de las Diosas me incomoda.

—Claro, vamos.

Nos dirigimos a la piscina caminando y las Diosas nos siguen.

—Acabo de comer, pero no creo que me enferme.- Digo bromeando.

La piscina está algo llena, hay varios Dioses nadando.

Nos paramos frente a la piscina y la observo.

—Está algo llena... Mejor esperamos a que salgan algunos.- Digo observando la piscina y las Diosas que están nadando se sonrojan.

Las Diosas sacan a la fuerza a los Dioses del agua.

—¡Ya puedes nadar, Daniel!- Dicen las Diosas.

—Vaya... Me siento mal por ellos.

—¡No te preocupes, Daniel, es tu fiesta, disfruta!- Dice un Dios.

—Gracias.

Me quito la camisa y todas las Diosas se sonrojan demasiado, están completamente rojas.

Tengo cuadros y buenos músculos... Tengo un buen cuerpo.

Desmolfer me abraza y me comienza a tocar el cuerpo.

—¡Realmente te volviste muy fuerte, Daniel!

Me pongo completamente rojo y me alejo de ella.

—G-gracias.- Digo sonriendo.

Todas las Diosas se desmayan y me pongo demasiado nervioso.

—¡¿Eh?!

Daniela está completamente roja, pero no se desmaya.

Se acerca temblando a mí.

—D-Daniel, ponte la camisa.

—S-sí, lo sé.

Me pongo la camisa y mi abuela me observa sonriendo.

—Sabía que Daniel era guapo, pero no pensé que fuera tan guapo.

—Las Diosas se fijan más en el alma de Daniel... El alma de Daniel es muy hermosa... Es la más hermosa... Tiene un nieto realmente especial.

—Sí... Lo sé.- Dice mi abuela sonriendo.

-Presente-

Cris, Sandro y yo estamos frente a una gran tienda. La tienda es realmente enorme, es de cuatro pisos.

—B-bueno... Aquí estamos.- Digo nervioso.

—Recuerden, uno de los sirvientes dijo que el rey va a pagar todos nuestros gastos, así que no se preocupen por el dinero y pidan lo más caro.- Dice Sandro.

—S-sí.- Dice Cris nervioso.

Entramos a la tienda, parece como un bar. El lugar es realmente enorme, hay decenas de mesas.




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