Humanos Contra Demonios

CAPÍTULO 80

Humanos contra demonios.

CAPÍTULO 80

Mis compañeras están desayunando en el comedor y yo me dirijo a ellas caminando.

Alex y Rem se dan cuenta que me acerco a ellas y se sonrojan.

—D-Daniel... T-te ves...- Dice Rem nerviosa.

—¡Te ves genial!- Dice Alex sonrojada y emocionada.

Todos voltean a verme y me sonrojo.

—G-gracias.

Estoy usando la ropa que me regaló Desmolfer. Estoy usando una camisa negra, un pantalón negro, zapatos azules y estoy usando un cinturón azul.

—Desmolfer me dijo que con esta ropa me vería genial... Supongo que tiene razón... Aunque parece ordinaria, no tiene un diseño original.- Pienso un poco sonrojado.

Me siento a lado de Nirfa y de mi abuela.

—Hoy es la fiesta, ¿estás nervioso?- Dice mi abuela.

—Siendo sincero... no, no estoy nervioso... Creo que solo estoy un poco emocionado, solo quiero comer.

—Glotón como siempre.

El rey se acerca a nosotros.

—¡Buenos días, Daniel!

Cierro los ojos y suspiro... Debo actuar normal.

Abro los ojos y sonrío.

—¡Buenos días, rey!

—¿Preparado para la fiesta?

—¡Claro que lo estoy, gracias!

—Iré a preparar todo, la fiesta será en unas 5 horas.

El rey se aleja de nosotros y volteo a ver a mi abuela.

—Préstame un vestido, abuela.

—¿Un vestido?

-2 horas después-

Estoy caminando por las calles de la capital, tengo tacones negros, estoy usando un vestido rosa, una peluca negra de cabello largo y un poco de maquillaje... Estoy vestido de mujer, y para ser sincero, soy hermosa.

Estoy sonrojado y nervioso.

Rei no está en mi espalda, no está conmigo.

—N-nadie sospecharía de una chica linda.

-Minutos antes-

Mi abuela me está maquillando. Estamos en medio de un bosque.

—Compraste muchas cosas en nuestro mundo... Tal vez deberías ir de compras más seguido.- Dice mi abuela.

—Compré lo necesario para el disfraz, el oro es muy valioso en nuestro mundo, con una moneda de oro compré todo.

Mi abuela me coloca la peluca y me observa.

—Vaya, Dani, eres muy hermosa... Vaya, cualquiera pensaría que realmente eres mujer.

—Gracias, abuela... Espero que Sandro esté listo.

—Lo estará. Dani, ten cuidado.

—Sí.

-Presente-

Estoy parado frente a un gran negocio.

—El casino... Bien, aquí voy.- Pienso nervioso.

Entro al casino y me doy cuenta de que es un casino común y corriente, obviamente sin las máquinas. Hay ruletas, juegos de cartas, entre otros juegos de azar.

—Genial.- Digo en voz baja.

Sandro está jugando cartas.

—¡Nisfa, volví a ganar!- Dice Sandro mostrando tres cartas, que tienen dibujos raros.

Sandro recibe una bolsa con dinero y la toma.

—¡Genial!

Me acerco a él y le jalo la oreja derecha.

—Idiota, no llames la atención.- Digo en voz baja.

—No te preocupes, aquí nadie me conoce, solo te conocen a tí.

—Vamos a buscar los experimentos.

Mientras tanto, en el castillo.

Sara y un Orco están hablando juntos en su habitación.

—Ya sabes qué hacer, no me falles.- Dice Sara.

—No lo haré, ama.- Dice el Orco sonriendo.

En el casino, Sandro y yo estamos parados frente a una gran puerta.

Dos Orcos con armaduras están en el suelo inconscientes.

—Esta puerta es muy sospechosa.- Dice Sandro.

—¿Por qué lo dices? ¿Por qué es enorme? ¿O por qué estaba siendo protegida por dos Orcos? - Digo con un tono sarcástico.

—Sí, entendí el sarcasmo... Vamos, no tenemos mucho tiempo.

Abrimos la puerta y entramos rápidamente.

El lugar está iluminado por gatos... ¡Por gatos!

Los gatos están pegados en la pared.

El lugar es enorme, hay máquinas demasiado raras.

—E-esto es demasiado raro.

Sandro apunta con su dedo índice algo.

—¿Qué demonios es eso?

Está apuntando a tres Orcos, que están devorando restos humanos. Los Orcos son muy raros, tienen enormes alas, enormes garras, cola de dragón y dientes puntiagudos.

—¿Es una Quimera?... Creo que se les llama así.

—¿Son Orcos? Son muy raros.- Digo sorprendido y nervioso.

Siento un pequeño dolor en mi pecho.

Me acaricio el pecho y comienzo a respirar rápidamente.

—Daniel, ¿te sientes bien?

—Mi abuela... Mi abuela está en peligro... Lo presiento.

—¿En peligro?

Tomo de la mano derecha a Sandro.

—¡Luego los matamos!

Desaparecemos de ahí y aparecemos en mi habitación.

Mi abuela tiene el rostro cubierto de sangre y está desnuda sobre la cama.

Un Orco está acariciando sus pechos mientras acaricia la pierna derecha de mi abuela.

Ese Orco... golpeó a mi abuela... Y ahora intenta violarla... Está intentando violar a mi abuela.

—Aléjate...

Lágrimas comienzan a salir de mis ojos... Estoy a punto de perder el control.

—¡Aléjate de ella!

Con una gran velocidad, me dirijo a él.

Le doy una gran patada en el cuerpo y lo saco volando.

Choca contra la pared y cae al suelo.

—D-Dani.- Dice mi abuela mientras sangre sale de su boca.

Cierro los puños con furia y me acerco al Orco caminando lentamente.

—Tocaste a mi abuela... Lastimaste a mi abuela...

Tomo del cuello al Orco y lo levanto.

—Nadie toca a mi abuela... ¡Nadie!

Comienzo a golpear al Orco con mi puño izquierdo.

—¡Nadie, nadie, nadie, nadie, nadie, nadie, nadie!

Tomo impulso... Un último golpe.

—¡Nadie toca a mi abuela!

Con un último golpe, le destruyo la cabeza al Orco.

El cuerpo sin vida del Orco cae al suelo.

—¡Nadie!

Comienzo a golpear el cuerpo sin vida del Orco.

—¡Te odio, te odio, te odio!- Digo llorando.




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