Humanos Contra Demonios

CAPÍTULO 102

Humanos contra demonios.

CAPÍTULO 102

Solmar y Sinfer están frente a un gran portal rojo.

Están en medio de un enorme lugar que está rodeado de hielo.

Parece que están adentro de una cueva.

—Amo, necesitamos a Sufuco.- Dice Solmar.

—Libere a Sufuco por unos días, por favor.- Dice Sinfer.

Pasan unos segundos y se escucha una pequeña risa.

—Creo que están desesperados, Sufuco.- Dice una voz burlesca.

—Daniel realmente se volvió peligroso.

Dos hombres salen del portal caminando.

Uno de ellos tiene barba de candado blanco, cabello blanco, con dos pequeños cuernos en su frente y  usa un traje negro.

El otro es pequeño, tiene el tamaño de un niño de 5 años, es gordo, el cabello lo tiene negro y lo tiene tan largo que le cubre  los ojos, y usa un traje rojo.

—Yo, Sufuco, eliminaré a Daniel.- Dice el hombre con traje negro.

Lo dice con una pequeña sonrisa, que hace que Sinfer y Solmar tiemblen de miedo.

—T-tan terrorífico como siempre, Sufuco.- Dice Solmar.

—Solmar, ha pasado tiempo.- Dice Sufuco.

—Tú reencarnación es muy débil, Solmar.- Dice el hombre pequeño.

—Sí, lo sé, Melgar.

Sufuco se acerca a Sinfer y pone su mano derecha en su cara.

—Tú eres Sinfer, el súbdito de Marlego... Escuché que un niño llamado "Izuke" te derrotó.

—No fue él... Bueno, sí me derrotó una vez, pero yo fui asesinado por las hermanas de Golan, la esposa de Marlego.

—Comprendo... Eres débil... Te derrotó un aventurero llamado "Sandro"... Eres muy débil, tienes suerte de qué te revivieran, no te necesitamos.

—¡Espera, Sufuco, él puede ayudarnos, él construyó la maquina junto con Marlego hace miles de años, él sabe construir la máquina!- Dice Solmar asustado.

—Sí, lo sé... Marlego no puede ayudarnos... Supongo que debemos conformarnos contigo.

Quita su mano y se aleja de ellos.

—Vámonos, tengo hambre.

Sinfer y Solmar ven con miedo a Sufuco.

—Es realmente aterrador.- Dicen los dos en voz baja.

Lejos de ahí, en el pueblo, sigo esperando a mis compañeros.

Nei me ve y se dirige a mí corriendo.

—¡¿Daniel?! ¡¿Realmente eres Daniel?!

—Es la chica...

Se para frente a mí y se arrodilla.

—Mi nombre es Nei, soy la líder del grupo "N" qué está a cargo del ejército del país.

—No te arrodilles, y si me quieres pedir ayuda, la respuesta es no.

Se acerca caminando de rodillas.

—¡Por favor, únete a mi grupo!

Me comienza a besar los zapatos.

—¡Haré lo que quieras!

La tomo del brazo izquierdo y la levanto.

La levanto del suelo y la veo a los ojos, estamos cara a cara, nuestros rostros están muy cerca.

Ella se sonroja mientras que yo la veo con una expresión seria.

—No te humilles ante nadie, nunca lo hagas... Escucha, sé que Ejico está en guerra con Nimei, pero no puedo ayudarte... Míralo de esta forma, yo soy neutral, no estoy a favor de nadie, si te apoyo a tí, voy a afectar a Nimei, y si apoyo a Nimei, voy a afectar a Ejico... Tú puedes decirme que tú país es el bueno y Nimei el malo, pero si voy a Nimei, ellos me dirán que ellos son los buenos y Ejico son los malos... Lo siento, pero no participaré en esta guerra, no tengo tiempo.

—E-eso venía a preguntarte... Por favor, serías de gran ayuda.

—Tengo una misión qué hacer.

—Por favor... Solo ayúdame a entrenar.

—¿A entrenar?

—Entrena a mis compañeros y a mí, es lo único que pido... Y a cambio, te daré algo muy especial.

Me acaricia la entrepierna con su mano.

—¿Qué edad tienes?

—25.- Dice sonriendo.

—¡Maldita sea, odio ser un pervertido!- Pienso enojado.

Suspiro y la suelto.

—Está bien, pero solo por dos semanas.

Me acaricia la mejilla y acerca sus labios a los míos.

—Te lo agradezco.- Dice sonrojada y con un tono dulce.

Comienza a besarme.

Le acaricio la mejilla y comienzo a besarla también.

-Godfer-

Desmolfer me está viendo por medio de un espejo.

Está en un bar, sentada junto con varias Diosas, que están viendo lo mismo usando un espejo.

—¡Daniel se volvió un pervertido!- Dice Desmolfer sonrojada.

—¡Debemos aprovechar!- Dice una de las Diosas.

Dios aparece a lado de Desmolfer.

—Daniel está cambiando bastante... No sé si sea algo bueno o malo.- Dice Dios.

—Considerando todo lo que le pasó, supongo que ya no le importa ser bueno.- Dice Desmolfer.

—Sí... Pobre Daniel.

-Mundo 1-

Media hora después de hablar con Nei, mis compañeros se acercan a la carreta.

Tienen cajas llenas de verduras, frutas, ropa, entre otras cosas.

—¿En dónde está Daniel?- Dice Sonia.

Salgo de la carreta, me estoy poniendo la ropa rápidamente.

—Nei, ponte la ropa rápido, me distraje demasiado, mis compañeros ya vienen.- Digo susurrando.

Me pongo por completo la ropa y me dirijo a ellos.

—¿N-no les falta nada?- Digo nervioso.

—No, ya conseguimos todo.- Dice mi abuela.

Nirfa y Sandro se acercan a mí y me huelen.

—Hueles raro, Daniel.- Dice Nirfa.

Sandro me sonríe y le tapa los ojos a mi abuela y a Nirfa con sus manos.

—¿Qué pasa? ¿Por qué me tapas los ojos?- Dice mi abuela.

—¿Qué pasa?- Dice Nirfa.

Nei sale de la carreta, se está poniendo la blusa.

Me dirijo a ella y la cargo en mis brazos.

Sonia me observa sonrojada y enojada, y Cris me extiende su dedo pulgar sonriendo.

Pongo mi dedo índice en mis labios, dando a entender que no digan nada.

Me alejo volando rápidamente del lugar.

—Nei, nos alcanzas, ve por tus cosas, yo iré a la mansión.

—Sí, está bien.

Aterrizo en el pueblo.

La bajo y me alejo volando.




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