CAPÍTULO 125

Humanos contra demonios.

CAPÍTULO 125

—¡¡El Dios supremo se encargó personalmente de escoger los turnos de los participantes!! ¡¡Esta es la tabla de peleas!!

Un enorme holograma aparece en medio de la arena. Tiene las fotos de los participantes.

—¡¡El orden de los participantes, que fue escogido personalmente por el Dios supremo, es el siguiente!! ¡¡Daniel contra Sekia!! ¡¡Omerk contra Roma!! ¡¡Lia contra Luma!! ¡¡Leinad contra Ednac!! ¡¡Guima contra Dreika!! ¡¡Y Nega contra Oscuridad!!

Bajo la mirada y cierro los ojos.

—El Dios supremo escogió el orden de las peleas... Yo pelearé primero, y Oscuridad será el último... Si gano, y él gana, pelearemos en la final.- Pienso.

Abro los ojos y sonrío.

—No te voy a decepcionar, Dios.

-Minutos después-

Estoy reunido con Dios y los demás en las gradas.

—Sekia es demasiado fuerte, pero estoy seguro de que puedes vencerla.- Dice Dios.

—Es una chica, pero no te confíes.- Dice Sandro.

—No importa que sea chica, eso no la hace débil, Sandro... Daré lo mejor de mí.

—Daniel, debes matarla para ganar, pero no te preocupes, revivirá.- Dice Desmolfer.

—¿Puedo matarla?... Está bien, no hay problema, de todas formas va a revivir.

Alguien parecido a Oscuridad se acerca a nosotros, pero está vistiendo un traje blanco. A su lado está Oscuridad.

—¡Hola, Dios del planeta número 14!

—Hola, Dios del planeta número 1.

—¡Y supongo que él es el humano que tiene el alma más perfecta!

Le extiendo mi mano derecha.

—Hola, mucho gusto en conocerlo.

—¿Quieres saludarme de mano?

Comienza a reír y se aleja caminando.

—Vámonos, Oscuridad, vayamos a comer.

Oscuridad lo sigue.

—¿No verán mi pelea? En un minuto comenzará.

Voltea a verme y se ríe.

—No quiero ver a simples seres sin importancia pelear. ¡De todas maneras, Oscuridad ganará el torneo, no quiero perder el tiempo viendo a otros pelear!

Oscuridad y el Dios desaparecen.

—Se está confiando demasiado.

—Ignora lo que dijo, solo está celoso.- Dice Maisha.

—Su mundo es conocido por tener el mayor número de almas hermosas, pero que tú tengas el alma más hermosa y perfecta, lo pone furioso.- Dice Destino.

—Ya veo... Al menos comprobé mi teoría.

—¿Teoría?- Dice Dios confundido.

—Que los seres de los planetas se parecen a sus Dioses. Ustedes parecen humanos, y ese Dios se parecía a Oscuridad.

—Sí, tienes razón, los humanos se parecen a nosotros un poco.- Dice Maisha.

—Y los mundos alternos, aunque sean diferentes, son parecidos. Las horas, los días, las semanas, los años no cambian, las semanas son de 7 días, los años son de 12 meses... Entre otros ejemplos.

—Todos son iguales en ese aspecto... Bueno, la pelea comenzará.- Dice Dios.

—Ahora vengo.

Salto y me dirijo volando a la arena de pelea.

Aterrizo algo lejos de Sekia y tomo a Rei con mi mano derecha.

—¡¡¿Estás listo, Daniel?!!- Dice la presentadora.

—¡¡Lo estoy!!

—¡¡¿Estás lista, Sekia?!!

—¡¡Lo estoy!!

—¡¡Muy bien, comiencen!!

Cierro los ojos y tomo aire.

—Estoy segura de que no tiene las agallas para matarme. Se confiará por qué soy mujer.- Piensa con una sonrisa.

Activo mi modo rosa y me dirijo corriendo a ella rápidamente.

Me paro frente a ella y con un rápido ataque con la espada, le corto la cabeza.

—¿Eh?- Dice mientras su cabeza cae al suelo.

Se vuelve polvo y desaparece.

—Fácil.

Todo queda en silencio, no pueden creer lo que vieron.

Me coloco a Rei en la espalda y me alejo caminando.

—I-increíble... ¡¡Increíble, en menos de cinco segundos, Daniel derrotó a Sekia!!

Todos comienzan a aplaudir y a gritar mi nombre.

Sekia aparece en la arena y me observa.

—I-increíble, no dudó en matarme.

Los demás participantes me observan con curiosidad.

—Es rápido.- Dice Omerk.

—No es solo una cara bonita.- Dice Nega, que tiene voz de chica.

—Quiero pelear con él.- Dice Roma.

—Es muy guapo y fuerte, es perfecto.- Dice Luma.

—Es casi igual de rápido que Oscuridad.- Dice Lia.

—Será difícil de derrotar.- Dice Leinad.

—¿Será soltero?- Dice Ednac saboreando sus labios.

—Se parece a Oscuridad.- Dice Guima.

—Es interesante.- Dice  Dreika.

Me trueno los dedos y sonrío.

—Tengo hambre.