CAPÍTULO 126

Humanos contra demonios.

CAPÍTULO 126

El Dios supremo está observándome por medio de un enorme espejo. Está en un lugar muy raro, todo es completamente blanco, que parece que no tiene fin. Está sentado en un trono.

—Nada mal, Crisfa. Tu reencarnación realmente es especial.- Dice con una gran sonrisa.

Truena los dedos y un ángel aparece a lado de él.

—¿Sí?

—Tráeme comida.

—Está bien.

Desaparece y el Dios supremo sigue observándome.

—Crisfa, o mejor dicho, Daniel, eres alguien bastante raro... Realmente me agradas.

En el coliseo, estoy a lado de los Dioses, comiendo pastel de limón con las manos... Suena asqueroso, pero me da igual.

Desmolfer y Maisha están a lado de mí, observándome comer.

—Incluso comiendo con las manos se ve genial.- Dice Maisha sonrojada.

—¡Daniel siempre se ve genial!- Dice Desmolfer sonrojada.

—Dejen el acoso para después, por favor.- Digo con un tono serio.

Sandro baja la cabeza y suspira.

—Incluso las Diosas se enamoran de Daniel... Qué envidia.

—Sí, pero si te fijas bien, Daniel las trata igual que todas... Aunque sean Diosas, Daniel no se enamora de ellas.- Dice mi abuela.

—Si yo fuera Daniel, me aprovecharía de mi físico para tener sexo con una Diosa.

Me ahogo con un pedazo de pastel y Desmolfer se pone completamente roja.

Comienzo a toser, hasta que un pedazo de pastel sale de mi garganta y cae al suelo.

—¡¿Qué te pasó, Daniel?!- Dice mi abuela preocupada.

—S-solo me estaba ahogando, no te preocupes.- Digo nervioso.

Maisha me toma del brazo derecho y me lo pone en sus pechos.

—Daniel, Desmolfer me contó lo que hiciste con ella.- Dice susurrando.

Me pongo completamente rojo y volteo a verla.

—Quiero que hagas lo mismo conmigo.- Dice mientras acaricia mi trasero con su mano.

"¡Hazlo, quieres hacerlo!" Dice una voz en mi cabeza... Es mi voz... Es mi verdadero  yo.

"¡Es una acosadora, te está tocando, solo te quiere por tu físico, no lo hagas, no tengas sexo con ella!" Dice la misma voz en mi cabeza.

Me alejo un poco de ella y sonrío.

—Déjame pensarlo... No, pero gracias por la oferta.

Desmolfer le saca la lengua y Maisha se cruza de brazos.

—La siguiente pelea comenzará, presta atención, Daniel.- Dice Dios.

Claro que debo de prestar atención, pues el ganador será mi siguiente contrincante, debo analizar a los participantes para pensar en alguna manera de derrotarlos.

—¡Sí!

Omerk y Roma están en el centro de la arena, preparados para pelear.

—¡¡¿Estás listo, Omerk?!!- Dice la presentadora.

—¡¡Sí, estoy listo!!

—¡¡¿Estás listo, Roma?!!

—¡¡Claro que lo estoy!!- Dice con una gran sonrisa.

—¡¡Comiencen!!

Omerk se dirige rápidamente a Roma.

Le da un gran golpe en la cabeza con su puño derecho, que saca volando a Roma.

Roma choca contra una pared y la cabeza de Omerk explota.

—¿Eh?- Dice la presentadora confundida.

Todos en las gradas se hacen la misma pregunta. "¿Qué pasó?"

El cuerpo de Omerk se vuelve polvo y desaparece.

—¡¡Es mi habilidad especial!!

Roma se sacude la ropa y se dirige caminando a la presentadora. Está ileso.

—¡¡Yo soy el ganador!!- Grita victorioso.

—¡¡No sé qué acaba de pasar, pero Roma es el ganador!!

Todos comienzan a aplaudir y a gritar su nombre.

Roma levanta los brazos y lo observo con curiosidad. Él es alguien peligroso, será difícil de derrotar si no tengo un plan.

—¿Sabes lo que pasó, Daniel?- Dice Dios.

La habilidad de Roma es muy poderosa, pero es fácil saber lo que pasó.

—El ataque de Omerk fue muy poderoso, pero no le hizo daño a Roma... Creo que su habilidad especial consiste en regresar el daño que recibió, pero con el doble de potencia. Esa es una técnica muy cliché, pero poderosa... O tal vez, dependiendo de la parte del cuerpo que toquen, una parte del cuerpo explotará, por ejemplo, si yo toco su brazo derecho o le hago daño a su brazo derecho, mi brazo derecho explotará... Será difícil derrotarlo.

—Los Dioses tenemos prohibido visitar otros planetas para obtener información, así que no sé nada sobre los participantes, excepto de Oscuridad, de él se sabe mucho... ¿Tienes algún plan para derrotarlo?

—Déjame pensar...

Le doy una gran mordida al pastel y cierro los ojos.

Todos me observan con curiosidad.

Después de 10 segundos, abro los ojos, se me ocurrió un plan sencillo, pero que me dará grandes resultados.

—Tengo un plan.- Digo sonriendo.