Humanos Contra Demonios

CAPÍTULO 146- Daniel x Nirfa

Humanos contra demonios.

CAPÍTULO 146

Dreimo se acerca a los cuerpos de los hombres.

—Supongo que puedo devolverle las cosas a esa mujer...

Observa que la mujer lo está viendo.

Se detiene y cierra los ojos.

—Mejor que ella los recoja.

Se da la vuelta y se aleja del lugar caminando.

—Tengo sueño.

-Mundo 1-

Estoy pescando en un enorme lago, usando solamente un palo con un hilo rosa.

Mis compañeros están detrás de mí, lavando ropa, quitándose la ropa para bañarse y preparando las mesas para preparar la comida.

Tengo a Rei en mi espalda y Nirfa está sentada en el suelo, a lado de mí.

Estoy sentado, observando el lago.

—🎶Fingir ser otro es muy doloroso, debes aparentar ser feliz, estar contento, estar tranquilo, a pesar de sufrir... Los humanos podemos mentir con facilidad, nunca sabes cuando alguien está mintiendo. La mayoría tenemos un lado que ocultamos de las personas y que solo nosotros sabemos cómo es... La persona buena y pura oculta su maldad, no quiere manchar su imagen.🎶- Digo cantando.

—Cantas hermoso, Daniel, pero la letra de la canción es un poco rara.- Dice Nirfa.

—Sí... Es rara... ¡¿Por qué demonios no pesco nada?!

—Debes tener paciencia, Daniel.

—Sí, lo sé...

Imágenes aparecen en mi mente y me comienza a doler la cabeza. Son imágenes de mi abuela, de Sonia... Son imágenes de los rostros de mis compañeros, excepto los rostros de Nirfa y Sandro, a ellos no los veo en mi mente.

—¿Qué me pasa?

Suelto el palo y me acaricio la cabeza con mis manos.

—¿Imágenes?

"Ten cuidado con Sufuco, Daniel... Protege a tus seres queridos." Alguien me dijo eso en mi mente... Era la voz de Izuke.

Las imágenes desaparecen y sangre comienza a salir de mi nariz.

—¡¿Estás bien, Daniel?! ¡Estás sangrando!- Dice Nirfa preocupada.

—No te preocupes, estoy bien...

Me limpio la nariz y observo el cielo azul.

—Sufuco... ¿En dónde escuché ese nombre antes?- Pienso seriamente.

Lejos de ahí, en la isla que flota en el cielo, Sufuco está acostado en una cama, mientras que dos hermosas mujeres lo abrazan... No están usando ropa... Pero al menos están tapándose con una cobija blanca.

—Tres días más... En tres días morirás, Daniel.- Dice Sufuco con una gran sonrisa.

-Al anochecer-

Todos están dormidos, y yo estoy sentado en la orilla del lago.

—Debo proteger a mis compañeros... Alejarlos de Sufuco.

—Siendo sincero, no sé mucho de él... Solo sé que es muy poderoso... Ten cuidado, Daniel.- Dice Rei.

—Sí... Lo tendré.

Muevo mis orejas, sentí el poder mágico de cierta chica.

—Nirfa se acerca.- Digo susurrando.

Nirfa se está acercando a mí.

—Daniel, ¿no dormirás? Ya es muy tarde.

—No tengo sueño.

—¿Y qué haces?

—Pensando... Pensando solamente.

Nirfa se sienta a lado de mí.

—¿Qué piensas?

—En formas de protegerlos... No quiero perder a otro compañero.

—El dolor nos hace más fuertes... Yo me acostumbré al dolor desde pequeña, así que ahora es muy difícil que sienta dolor... Tal vez también te vuelvas más fuerte gracias al dolor, Daniel.

Volteo a verla.

—¿Te acostumbraste al dolor?

—Sí, me acostumbré.- Dice con una pequeña sonrisa.

Le acaricio la mejilla con mi mano derecha y sonrío.

—¿Segura?

Nirfa se sonroja un poco y mueve la cabeza lentamente diciendo "sí".

Le pellizco la mejilla y se queja del dolor.

—¡¿Por qué hiciste eso?!

—Es casi imposible que te acostumbres al dolor... Solo finges que no te duele... Solo finges... Nirfa, ¿recuerdas el día cuando te compré?

—¡Es el día más feliz de mi vida, claro que lo recuerdo!

—¿Qué pensaste cuando te diste cuenta de que te compraron?

—Siendo sincera... Creí que volvería a sentir dolor... Que me volverían a torturar.

—¿Qué sentiste cuando me viste? ¿Sentiste miedo? ¿Dolor?

—Sentí... tranquilidad y confusión... No sé por qué, pero me sentí tranquila cuando te vi... Como si ya te hubiera visto antes... Algo parecido.

—Ya veo... Eres como una hija para mí, Nirfa... Y que tu antiguo amo te haya torturado, es algo que no puedo perdonar... Algún día lo voy a encontrar... Algún día.

—Soy como una hija...

Nirfa pone su cabeza sobre mi brazo izquierdo.

—Quisiera ser más que eso para tí.- Dice mientras observa el lago.

—Si tan solo no hubiera cambiado...

—¿Cambiado?

—Sí... Si yo todavía fuera aquel chico puro, te pediría que fueras mi pareja...

Nirfa se pone completamente roja y se aleja rápidamente de mí. Está muy nerviosa.

—¡¿E-en serio?!

—Sí... Pero no puedo hacerte daño...

Me levanto del suelo.

—Te amo... Pero no te merezco...

Me acerco a ella y le extiendo mi mano derecha.

—No mereces alguien como yo... Eres demasiado para mí... Mereces a alguien mejor.

—¿P-por qué lo dices?

—Yo... soy un ser humano muy enfermo y malvado... Solo finjo ser bueno para que mi abuela sea feliz... Yo era bueno, pero cambié demasiado desde que llegué a este mundo... Desde que perdí a mis amigos... Es por eso que te quiero pedir un favor...

Me arrodillo frente a ella y sonrío.

—Nirfa... No te enamores de mí...

Lágrimas comienzan a salir de sus ojos y le acaricio la cabeza.

—Soy un monstruo... Una chica linda como tú no merece estar a lado de un monstruo...

Me levanto y me alejo caminando.

—Encontré el lugar en donde viven los Elfos, un amigo encontró la ubicación... Está en Ejico, llegaremos en 5 días... Cuando lleguemos ahí, quiero que te quedes a vivir ahí... Es peligroso que estés a mi lado.

—N-no... ¡No quiero separarme de tí!

Bajo la mirada y tomo aire.




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