Humanos Contra Demonios

CAPÍTULO 204

Humanos contra demonios.

CAPÍTULO 204

Camino lentamente, mientras observo a mi alrededor… No siento la presencia de nadie.

—¡¡Sal, Sufuco!!

Nerlín sale del suelo frente a mí y me golpea en la cara con su puño derecho.

—¡Hola, Daniel…!

Se da cuenta que su mano cayó al suelo. Le corté la mano cuando me atacó.

—Tú debes ser Nerlín.

—I-imposible…

Activo mi modo rosa, y con un rápido ataque, le corto la cabeza a Nerlín.

—Absorber… Listo.

Observo a mi alrededor… Sufuco aún no aparece.

—¡¡¿Sorprendido?!! ¡¡Ya no soy el mismo chico de antes!! ¡¡Podría decirse que ambos tenemos la misma fuerza!! ¡¡Ven a pelear!!

Siento la presencia de Sufuco detrás de mí y volteo a verlo.

Se acerca caminando a mí.

—Vaya, mataste a Nerlín. Felicidades, Daniel, has mejorado. Mataste a Solmar y a Nerlín. Pero, ¿podrás derrotarme a mí?

—No lo sé, pero lo intentaré.

Recibo un disparo en el pecho.

—¿Eh?

Mi pecho explota… Tengo un enorme agujero en el pecho.

—¿Q-qué?

Me regenero rápidamente, pero Sufuco se acerca rápidamente a mí y me da un gran golpe en la cara con su puño derecho.

Comienza a golpearme, pero no puedo defenderme… No tengo poder mágico… ¡¿Por qué no tengo?!

—Las balas comunes y corrientes no podrían hacerte daño. Solo los ataques mágicos te harían daño. ¿Sabes cuánto poder mágico se necesitó para fabricar esa bala? Sacrificamos a 107,792 demonios para fabricar esa bala, pero valió la pena. ¿Por qué no me atacas? ¿Acaso estás cansado?

Me toma de la nuca y azota mi cabeza contra el suelo.

—Eres un inútil.

—M-maldito…

Me desmayo y sonríe.

—Funcionó bastante bien.

Nelfrar aterriza a lado de él, tiene una pistola en su mano derecha.

—Valió la pena sacrificar a todos esos demonios.

Nadia, Melgar y Sinfer aterrizan a lado de ellos.

—Ya nos encargamos de sus compañeros.

—Bien, comencemos.

En el barco, Sandra está reviviendo a los demás, usando su magia de tiempo.

Los cuerpos están rodeados por un brillo verde.

—Se fueron… Fue buena idea esconderme.

El brillo desaparece.

Todos se recuperan de sus heridas y abren los ojos.

—¿Eh? ¿Nos derrotaron?- Dice Sandro.

—Ese pequeño demonio asesinó rápidamente a todas, a ti, hermano, te mató la madre de Daniel, mientras intentabas esquivar los ataques de ese pequeño demonio.

—Ya recordé… Estaba a punto de activar mi 100%, pero la madre de Daniel me cortó la cabeza… Se volvió más poderosa… Afortunadamente, nos reviviste rápidamente… Nuestras almas no alcanzaron a ser destruidas... ¡Vamos, Daniel necesita nuestra ayuda!

En el pueblo, amarraron mi cuerpo a un tronco.

Sufuco está acariciando mi cabeza.

—Un poco más… Listo.

Me da una cachetada y me despierto.

—Hola, Daniel.

—¡Hola, hijo!

Bajo la cabeza… Otra vez me derrotó… No soy el típico protagonista fuerte y perfecto, soy un inútil… Un inútil.

—Daniel, despierta a Cano.- Dice Sufuco.

—Vaya, vaya…

Sonrío y levanto la mirada.

—¿Aún tengo a Cano? ¿Por qué no aprovecharon y me la quitaron? Solmar me la quitó mientras dormía.

—Lo que pasa es que…

—¡Cállate, Nadia!- Dice Sufuco enojado.

Sufuco me toma del cuello.

—No te lo diremos… Despierta a Cano.

—Hagan lo que quieran, pero nunca les daré a Cano.

—Supuse que dirías eso.

Sufuco abre la boca, y un alma sale de su boca.

La toma con su mano derecha y sonríe.

—¿Sabes de quién es esta alma?

—¿Dani?

Es… el alma de mi abuela.

—¿A-abuela?

—¡Dani, no les hagas…!

El alma de mi abuela explota… Eso me deja en shock.

—Supongo que eso será suficiente.- Dice con una gran sonrisa.

—Abuela…

Cuando un alma es destruida, nunca regresará.

Mis lágrimas caen al suelo… Perdí a mi abuela para siempre… Maldita sea.

—Abuela…

—Creo que no fue suficiente… Vayan por las almas de sus compañeras.

—Eres un inútil, Daniel. Tu abuela se sacrificó por ti, pero fue en vano. Tu abuela realmente era una estúpida.- Dice Sinfer con una gran sonrisa diabólica.

—No… Mi abuela no era una estúpida… ¡Mi abuela no era estúpida! ¡No la conocías!

Estoy realmente enojado, pero debo tranquilizarme… No debo despertar a Cano… No debo despertarla.

—Vaya que la conocíamos bien, Daniel.- Dice Melgar con una gran sonrisa.

—Sufuco le dio un nuevo cuerpo. Pobre, ella lloraba y gritaba del dolor cuando Sufuco la torturaba y la violaba.- Dice Sinfer con una gran sonrisa.

—N-no…

Mi abuela sufrió… Sufrió mucho por mi culpa.

—M-mientes…

—No, no miente. Yo la torturaba todo el día y la violaba. Y cuando me aburría, le cortaba el cuello, los dedos… La mataba de miles de maneras, solo para divertirme.- Dice Sufuco, con una gran sonrisa.

—M-maldito…

Aprieto los dientes, mientras que mis ojos comienzan a cambiar de color… Mis lágrimas no dejan de caer al suelo… Mi abuela sufrió demasiado por mi culpa… Soy realmente un maldito inútil.

—Recuerdo cuando me suplicaba que me detuviera.

—¡Cállate!

—Si su nieto no fuera un inútil, ella seguiría con vida… Por tu culpa, ella está muerta.

Mi cabello comienza a cambiar de color.

—¡¡Cállate!!

Mis ojos se vuelven rojos y mi cabello blanco. Mis dientes se vuelven puntiagudos... Activé a Cano.

Bajo la cabeza.

—Lo activó.

Extiende su mano e intenta tomar mi cabello, pero un campo de fuerza invisible se lo impide.

—¿Eh?

Un campo de fuerza rodea mi cuerpo por completo.

—¿Qué pasa?

Me libero y levanto la cabeza lentamente.

—Me hicieron enojar.

Rei aparece frente a mí y lo tomo con mi mano derecha.




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