Humanos Contra Demonios

CAPÍTULO 206

Humanos contra demonios.

CAPÍTULO 206

-Tiempo atrás-

Yo, de 15 años, estoy sentado en mi mesa, en el salón de clases. Tengo cartas, chocolates, bombones, entre otros dulces en mi mesa.

Estoy salivando. Con solo ver los chocolates, siento su sabor en mi boca.

El día de san Valentín, el día de los enamorados, el 14 de febrero, el día del amor y la amistad. Odio ser guapo, pues mi naturaleza es tímida, no me siento cómodo cuando las mujeres me observan, pero en días como este, agradezco ser popular (aunque solo soy popular con las mujeres).

Como soy pobre, aprecio mucho el valor del dinero. Nunca compro chocolates, comida chatarra, ni nada que no sea comida sana (porque es más barata).

Amo este día, pues me regalan cosas deliciosas… Aunque también lo odio, pues las chicas siempre me envían cartas, confesando sus sentimientos hacia a mí.

Tengo exactamente 34 cartas en la mesa. 34 chicas me están pidiendo lo mismo: "Quiero salir contigo. Quiero ser tu novia."

Afortunadamente, no soy un depravado sexual, sino, aceptaría a las más hermosas y las besaría. Yo solo soy un chico tímido y tranquilo, así que las voy a rechazar.

Otros chicos aceptarían salir con la chica más hermosa o divertida, pero yo no. Llevo un par de meses con mi grupo, y las chicas no son de mi tipo. Ya rechacé a varias. Recibí 30 cartas de chicas de otras clases, y solo 4 cartas de chicas de mi clase (pues ya rechacé a la mayoría de mi clase).

Mientras que los hombres me observan con envidia, yo felizmente comienzo a devorar los chocolates.

Sonia, Cris y Valeria están alrededor de mí.

Sonia observa con furia mis cartas.

Valeria y Cris observan mis chocolates, están salivando también.

—¡Daniel, rechaza a esas chicas! ¡Tú ya tienes novia!- Dice Sonia. Claramente está celosa.

—¿Eh? ¿Tengo novia?

—¡Daniel!

Mi broma la hizo enojar aún más.

Me río un poco, aunque estoy un poco asustado.

—Es una broma.

Le ofrezco una barra de chocolate.

—¿Quieres?

—Estoy a dieta.

Valeria lo toma rápidamente.

—¡Yo sí la quiero!

Cris toma una barra de chocolate de mi mesa.

—¡Yo también quiero uno!

Cris observa su mesa vacía.

—A mí no me dieron nada.

—Yo te di un chocolate.

—Sí, pero tú eres hombre.

—Vaya, vaya…

Me levanto y tomo las cartas.

—Iré a rechazar... El año pasado recibí 15 cachetadas. ¿Cuántas recibiré este año?

-Minutos después-

Entro al salón, con las mejillas rojas.

—¿Cuántas fueron este año?- Dice Valeria.

—Afortunadamente, solo recibí 5.

Tomo un bombón de chocolate y me lo como.

—Le guardaré algunos chocolates a mi abuela.

—¿Puede comer dulces?- Dice Valeria.

—Sí, no tiene ninguna enfermedad.

—Pero ya es mayor.

—Nunca come dulces. No le hará daño comer un poco… Por cierto, Sonia, dame una cachetada.

Ella parece un poco confundida, y era obvio que lo estaría, pues mi solicitud es un poco extraña.

—¿Por qué?

—Una de las chicas me robó un beso. Te engañé indirectamente.

Cierro los ojos y me preparo.

—Estoy listo.

Pasan unos segundos, e inesperadamente, no recibo una cachetada, recibo un beso.

Abro los ojos un poco confundido.

—Es la cachetada más rara que he recibido. Hasta se sintió como un beso.

Sonia me acaricia la cabeza y me sonríe.

—Eres muy tierno, Daniel.

Sonrío un poco apenado, hasta que recordé algo muy importante.

—Casi lo olvido.

Tomo mi mochila y guardo los dulces.

—¿A dónde vas?- Dice Cris.

—Mi abuela me pidió que recogiera un traje de su jefe. Debo irme.

Le doy un beso en la mejilla a Sonia.

—Adiós, amor.

Y me despido de mano de Cris y de Valeria.

—Adiós, chicos.

Antes de salir, saco una barra de chocolate blanco de mi mochila.

Me paro frente a la mesa de Diana y le sonrío. Ella está claramente nerviosa y tímida como siempre.

Desvía su mirada para no mirarme.

—Sé que quieres ignorarme, pero toma.

Le dejo el chocolate en la mesa.

—Te considero una amiga. Cuídate.

Salgo del salón, y Diana toma la barra, temblando. Está muy nerviosa.

—Una amiga…

Sonríe un poco y baja la cabeza... Está feliz.

—¿Y qué te regaló Daniel, Sonia?- Dice Valeria.

—Un oso de peluche, y ropa.

—¿Y qué le diste tú?

—Bueno… Rechazó mi primer regalo, así que le di un enorme pastel de limón.

—¿Qué regalo rechazó?

—Lo siento, es un secreto.

-Presente-

-Mundo artificial-

En el mundo que Crismei creó, Diana está dormida en una cama. Está en una pequeña habitación sencilla.

Está en ropa interior. Ella es linda, y tiene un buen cuerpo. Supongo que ha estado haciendo ejercicio en este mundo.

Crismei aparece a su lado, con un tambor.

—¡¡Buenos días!!

Comienza a tocar el tambor y Diana se despierta asustada y nerviosa.

—¡¿Q-qué?!

El tambor desaparece y Crismei sonríe.

—¡Buenas noticias, Diana! Has mejorado mucho desde que llegaste, muchas felicidades. Así que he decidido darte una misión más importante.

—¿Eh? ¿Cuál?

—Daniel te dará la información que necesitas. Él será tu nuevo compañero.

—¡¿Daniel?!

—Por cuestión de tiempo, no puedo decirte nada más. Buena suerte, Diana.

Diana desaparece de ahí.

-Mundo 1-

Estoy observando el mar. Estoy esperando a alguien.

—Un nuevo compañero…

Rei aparece a lado de mí, en su forma como espada.

—¿Aún no llega?

—No… ¿En serio recibiremos un nuevo compañero como disculpa?

—¿Qué te dijo Dios exactamente?

—Me dijo: "El Dios supremo te enviará un nuevo compañero. Es su manera de decir que lo siente por matar a tu bebé."




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.