Humanos Contra Demonios

CAPÍTULO 248

Humanos contra demonios.

CAPÍTULO 248

-Mundo 50-

Dreimo y Lana están sentados juntos en una cama. Están en la habitación de Lana.

—Dreimo… ¿Estás seguro?

—Sí… Debo superar mis traumas... Debo hacerlo…

Dreimo se quita la camisa y Lana se sonroja al verlo.

—Sé que esto no será suficiente… Pero ayudará…

—Dreimo…

Dreimo comienza a besar a Lana, mientras que ella comienza a acariciar los músculos de Dreimo.

Para Dreimo, esto es muy doloroso… Recuerda sus dolorosos recuerdos… Pero es una manera de superarlo… Al menos, es lo que él piensa.

-Mundo 1-

-Sandro-

Bueno… Aquí estamos… En el pueblo Solker… El lugar está abandonado.

El pueblo es pequeño y silencioso… Muy silencioso… No me gusta ese silencio.

Son las 12:00… Hace calor… Y eso es raro. La luz del sol es muy fuerte y estamos sudando… Aunque estamos rodeados por nieve… Es muy raro

—No hay nadie… Hermana, ¿te resulta familiar?

—N-no… Este pueblo es diferente… Crismi está a salvo… Por ahora.- Dice Sandra.

Bien… Significa que no hay peligro… Estamos a salvo.

—Entonces podemos relajarnos…

"El Dios supremo dijo que el equipo de Daniel se llevará una gran sorpresa en ese lugar."

Debemos esperar esa sorpresa… No sé si sea algo bueno o malo.

—Iré a conseguir carne. Diana, acompáñame.- Dice Lina.

No debemos separarnos, idiota.

—Lina, no debemos separarnos.

—No tardaremos, Sandro.

—Es muy peligroso separarnos.

—Tú no eres mi jefe, idiota. Tengo hambre y este pueblo está abandonado.

—No soy tu jefe, pero soy tu maldito compañero. Debemos permanecer juntos.

—No podemos ir a cazar juntos, alguien debe quedarse aquí.

—Entonces nos quedaremos aquí hasta que aparezca esa sorpresa.

—Tengo hambre y nuestra comida se acabó. Iré a cazar un oso.

—¡No te irás, te quedarás aquí, idiota!

—¡Tú no eres mi maldito jefe!

—¡¿Y Daniel sí lo era?! ¡A él sí le hacías caso!

—¡Mejor cállate, ya me cansé de ti!

Sandra toma del brazo izquierdo a Lina.

—Lina… No te enojes.

Nirfa se para en medio de los dos. Está un poco enojada con nosotros.

—¡Sandro, Lina, no peleen!

—No debemos pelear.- Dice Diana.

—Sandro, sé que está mal separarnos, pero Lina puede protegerse sola. Si le pasa algo, ella nos llamará.- Dice Cris.

¡¿Son idiotas?! Los demonios se vuelven más poderosos cada día. Ella no podrá pelear sola… Mierda… Todos somos unos inútiles.

—¡Está bien, que haga lo que quiera! ¡Si se muere, no es mi culpa!

—S-Sandro, no te enojes.- Dice Seiya, temblando de miedo.

—¡No estoy enojado, estoy frustrado! ¡Hagan lo que quieran, no me importa lo que les pase!

—¡Eres todo lo contrario a Daniel! ¡Él sí era un verdadero líder! ¡Tú nunca serás como él!- Dice Lina, burlándose de mí… ¡Maldita perra!

—¡Sé que nunca seré como él! ¡Yo no tengo una maldita alma que me permite aprender rápidamente! ¡Yo tengo que esforzarme realmente para mejorar!

—¡Sandro, Daniel sí se esforzaba en mejorar, y lo sabes!- Dice Nirfa enojada.

—¡Solo estás celoso de él!- Dice Lina.

—¡Cállate, maldita perra!

—¡Ya me cansé!

Sus puños son rodeados por un material negro y yo activo mi modo verde.

—¡¿Quieres pelear?! ¡Entonces peleemos!

—¡Hermano, Lina, no peleen, por favor!- Dice Sandra llorando… Está llorando… Mierda… Me siento mal.

—Hermana…

Alguien se acerca rápidamente.

Volteo a mi derecha y observo que un demonio se dirige a nosotros rápidamente… Pero está gravemente herido... No está volando… Está cayendo.

—Ese demonio… ¿está herido?

El demonio choca fuertemente contra el suelo y nos dirigimos a él.

—¡Lina, luego peleamos! ¡Todos, prepárense!

Dos cadenas negras toman de las piernas al demonio... Esas cadenas salieron del suelo.

—¿Cadenas?

—¡¡Objetivo asegurado!!- Grita una niña.

Del suelo sale una niña, de unos 10 años. Tiene ojos azules, piel blanca, cabello rubio y largo, y usa un vestido rojo… Pero está descalza... Sus pies y manos están rodeados por rayos negros.

Las cadenas salen de sus manos y comienza a dar vueltas rápidamente.

—¡¡Hajime, es tu turno!!

Lanza al demonio hacia arriba.

Las cadenas desaparecen cuando lo lanza.

—¡¡Bien hecho, Reika!!- Grita un chico.

Volteo a mi izquierda y observo a un chico de unos 20 años. Es algo flaco… Tiene el cabello rubio… Sus ojos dan miedo… Son completamente negros y se ven siniestros… Y es algo feo… Es él… El chico que buscábamos.

—Crismi…

—Sí, lo sé, Sandro… Es él.

Hajime salta… Es un increíble salto y alcanza al demonio.

Lo toma de los brazos y comienza a dar vueltas.

—¡¡Jefe, es su turno!!

Un chico se dirige a él volando… Está usando una sudadera con capucha con este calor… ¿Está loco? ¿Es un hada? No puedo ver su rostro, la luz del sol me molesta... Tiene una espada en su mano derecha.

Hajime lanza al demonio hacia su jefe y su jefe parte al demonio a la mitad usando su espada.

—Genial… Lo derrotaron.- Dice Nirfa.

—Ese chico… Debe ser él… Estoy seguro.

Hajime y su jefe aterrizan y Reika se dirige a ellos corriendo. La espada del jefe desaparece… ¿Desapareció?

—¡Bien hecho, jefe!

Volteo a ver a Crismi.

—Vamos.

Nos dirigimos a ellos corriendo.

—¡Oye, queremos hablar contigo! ¡El chico rubio!

Hajime se dirige a nosotros.

—¿Conmigo? ¿Quiénes son ustedes?

Nos paramos frente a él.

—Mi nombre es Sandro... Los bandidos del grupo "Keir"... ¿Ustedes los derrotaron?

—Sí, ¿por qué?

—Ellos fueron revividos y los mataron otra vez… ¿Ustedes pueden revivir personas?




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