Humanos Contra Demonios

CAPÍTULO 256

Humanos contra demonios.

CAPÍTULO 256

-Daniel-

—¡Mierda, mierda, mierda, mierda!

Estoy corriendo por los pasillos de la escuela. ¡Me quedé dormido!

Entro a mi salón y me limpio el sudor de mi frente.

—Lo siento, me quedé dormido… ¿Eh?

Desmolfer y el profesor están hablando.

Desmolfer voltea a verme y sonríe.

—Hola, estudiante. Toma asiento.

—¿Está bien?

Me dirijo a mi lugar y me siento.

—Bueno, como todos saben, el festival comienza hoy. Y el festival de este año será muy especial, pues el nuevo rey demonio vendrá.- Dice Desmolfer.

—¡¿El nuevo rey demonio?!

—¡Genial!

—¡¿Cómo será?!

¿Eh? ¡Traidora! ¡Yo no quiero ser popular!

Desmolfer me observa y sonríe aún más.

—Que tengan un buen día.

Desaparece y pongo mi cabeza en la mesa.

—Mierda…

-12:00-

Salgo del salón y bostezo… Que flojera tengo.

Los puestos de comida y juegos están en el patio de la escuela… Tengo hambre, así que iré a comer algo.

—La comida de anoche estuvo deliciosa… Y me la comí toda… Debo comprar más.

Paso al lado de un salón y alguien me toma del brazo.

Desaparezco de ahí y aparezco en un salón completamente vacío.

—¿Eh?

Volteo a mi derecha y veo a Desmolfer.

—¡Perdón por eso, Daniel!

—Oye, no quiero que descubran mi identidad.

—No te preocupes, dije que el rey demonio vendrá, pero no dije cómo era. Es una manera de atraer personas.

—Vaya… ¿Publicidad para el festival?

—Exacto… Por cierto, tu hijo está muy ocupado, no podrá venir.

—Que mal… Pero está ocupado… Supongo que está haciendo algo importante.

—Ve y disfruta el festival. Mañana no tendrás clases, pero debes cumplir con tu trabajo como rey demonio.

—Sí, lo sé.

Desaparezco de ahí y aparezco en la azotea de la escuela.

La escuela es realmente enorme… Es una escuela de ricos, después de todo.

—Comeré y me iré a trabajar.

-Minutos después-

Estoy viendo los puestos de comida… Ojos, ranas con decenas ojos, lenguas fritas, cerebros… ¡Asqueroso! Aquí venden comida realmente rara.

—Realmente estoy en el infierno…

Veo a la chica del restaurante, atendiendo un pequeño puesto… No tiene clientes… Perfecto. Su comida es deliciosa y no esperaré tanto.

Me acerco a ella, pero varias chicas me rodean.

—¡¿Eres Daniel?!

—¡Come con nosotras, por favor!

—¡¿Me darías tu número?!

Mierda… No tengo tiempo para esto.

—Lo siento, pero no puedo. Adiós.

Me alejo de ellas y me acerco a la chica.

Ella me observa y se sonroja.

—Es él…

Me paro frente a su puesto.

—Hola, quisiera ordenar lo mismo que ayer.

—¡S-sí, espera, por favor!

Las chicas se acercan a mí. Parecen preocupadas.

—¿En serio comerás aquí?

—Su comida es asquerosa.

—¡Mejor ven con nosotras, te daremos comida deliciosa!

¿Asquerosa? Su comida es deliciosa… Supongo que tiene mala fama por alguna razón.

Las palabras de las chicas ponen triste a la dueña del puesto… Y odio eso.

—¿Podrían callarse?

Volteo a verlas.

—Su comida es deliciosa. Y no me interesa comer con ustedes.

La dueña del puesto no deja de observarme y las chicas se alejan de mí.

—Que mal gusto tiene.

—Vámonos.

Bueno… Eran lindas, pero groseras.

—No entiendo este lugar…

—D-disculpa… ¿Cómo te llamas?

—Me llamo Daniel. ¿Cómo se llama usted, señorita?

—Me llamo Karnia.

Espera… Karlia… Karnia… ¿Tendrán parentesco?

—¿Eres familiar de Karlia?

—Sí, ella es mi prima.

—Ya veo…

Me entrega un plato con arroz negro.

—¡P-por ser mi primer cliente en este lugar, es gratis!

—No, prefiero pagar.

—P-pero…

—Tienes un negocio, no puedes regalar la comida.

Saco mi billetera y pago.

—M-muchas gracias.

Tomo una cuchara y comienzo a comer… ¡Esto está delicioso!

—¡Cocinas muy bien, Karnia!

Ella se pone completamente roja y baja la mirada.

—G-gracias…

Desmolfer aparece al lado de mí.

—¡¿Desmolfer?!

Todos en el lugar se arrodillan ante ella, menos yo.

—¿Disfrutas la comida, Daniel?

—¡Debes probarla, está deliciosa!

—Eres igual de glotón que él… Realmente son iguales… ¡Oye, yo también quiero algo de eso!

—S-sí.- Dice Karnia.

Subaru se acerca a nosotros caminando.

—Hola, Desmolfer. Hola, chico que no conozco.

—Subaru…

Subaru me acaricia la cabeza.

—¿Qué pasa? ¿No respetas a Desmolfer?

Me da un fuerte golpe en el estómago y escupo la comida que tenía en la boca.

—¡Debes arrodillarte, plebeyo!

—Mierda…

—¡Subaru, basta!

—¿Qué pasa, Desmolfer? ¿Estás protegiendo a este demonio común y corriente? ¿Por qué? ¿Qué tiene de especial? No es el rey demonio o un demonio importante, ¿o sí?- Dice sonriendo.

—No me gusta tratar a las personas como si fueran mejores… Es por eso que no me arrodillo… Desmolfer era amiga de mi madre, por eso me conoce… ¿Algún problema con eso?

—Ya veo…

Se acerca a mi oído y susurra.

—Sabes mentir muy bien, rey demonio… Vendré por ti pronto.

Desaparece y Desmolfer suspira.

—Más problemas… Adiós, Daniel.

Desmolfer desaparece y sigo comiendo.

—No me dejan comer tranquilo.

—¿D-Desmolfer es tu amiga?

—No… Solo somos conocidos...

Le entrego el plato vacío.

—¡Más, por favor!

—¡S-sí!




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