(Pov- Daniel.)
Estoy de vuelta en el pueblo y entro a la casa que compramos.
—Regresé.
—¡Dani, mira la ropa que compré!- Dijo mi abuela, emocionada, mientras me enseña un lindo vestido azul.
Vaya, vaya. Parece una verdadera adolescente... Que incómodo y lindo a la vez.
—Pareces una jovencita, cálmate.
—¿Qué dices? ¡Soy una jovencita! Fufu.- Dijo orgullosa, inflando el pecho.
—Ya se te subió a la cabeza. Ya sé porqué te volviste joven. Es una explicación sencilla.
—¿Por qué?
—Las personas que resuciten con el hechizo y tengan más de 50 años, revivirá y tendrá un cuerpo de 20 años.
—¡Tan increíble y conveniente!
Sí, demasiado conveniente... ¡¡Gracias, destino, por darme ese hechizo en mi camino!!
—Daniel...
Sara se acerca a mí.
—Necesitamos hablar.
Vaya, vaya. Parece preocupada. ¿Qué pasó? ¿Está asustada de mí? No, presiento que es otra cosa.
Mi abuela está bien, así que no creo que sea algo sobre ella... ¿O está asustada de mi abuela? Mírala, Sara, está mirando su nueva ropa con una sonrisa en su rostro. ¿Cómo puede darte miedo alguien tan puro e inocente como lo es mi abuela?
—¿Qué pasa? ¿Ocurrió algo malo? ¿Te sientes mal?
—Es sobre Sandro, nos vio con tu abuela y la empezó a... molestar.
... Nadie molesta a mi abuela... Y por el tono de voz de Sara, ese idiota hizo algo muy malo.
Sandro, podré permitirte que me insultes, pero nadie molesta a mi abuela y sale ileso.
Ya no estoy en la escuela, no tengo miedo de defender el honor de mi abuela con la violencia.
Si molestas a mi abuela, te ganas una paliza.
—Abuela, ¿te hizo algo malo? Por favor, no me ocultes nada.
—Nada realmente malo, no te preocupes. Solo me tocó los pechos y me dijo que me uniera a su equipo. No te preocupes, le di una buena cachetada y una patada en la entrepierna.- Dijo mi abuela, tranquilamente.
...
...
...
¿Solo... te... tocó... ¡¡los pechos?!!
—¡¿Qué?!
—No te preocupes, no es nada. Ya lo golpeé y lo denunciaré con el maestro del gremio más tarde, después de que guarde mi ropa.
Sandro manoseó a mi abuela.
Sandro acosó sexualmente a mi abuela.
Sandro, el hijo de puta que se acuesta con todas las mujeres que quiera, le puso un ojo encima a mi abuela.
Sandro... Sandro...
—Te... tocó... los... pechos... Le tocó los pechos a mi abuela... Ese hijo de puta le tocó los pechos a mi abuela...
—¡Dani, no digas groserías!
—Sandro... Sandro... ¡¡Idiota!!- Grité enojado.
Salgo de la casa y todas me siguen.
¡¡Se arrepentirá de hacerme enojar!! ¡¡Se arrepentirá de acosar sexualmente a mi abuela!! ¡¡Lo haré sufrir!!
—¿Qué harás?- Dijo mi abuela, preocupada.
—¿Lo vas a golpear?- Dijo Sara.
—¿Lo matarás?- Dijo Alex.
—¡No lo sé!- Dije enojado, lleno de rabia.
Con tan solo imaginar lo que él hizo, hace hervir mi sangre.
Se atrevió a molestar a mi abuela... Se atrevió a acosarla...
Prometí proteger a mi abuela, y la defenderé de cualquiera que la moleste, sin importarme quién sea.
No me importa la edad, género o raza. Cualquiera que la moleste, se ganará un castigo.
—¡Dani, detente, por favor! ¡El maestro del gremio le dará una multa o lo que sea que le den! ¡No hagas justicia por tu propia mano! ¡No vale la pena!
—Debe aprender su lección.
—¿L-lo matarás? Daniel, Sandro es el aventurero más poderoso del gremio, y uno de los más poderosos del país. ¡No es buena idea enfrentarte a él sin prepararte!- Dijo Sara.
—No me importa.
Pero de una cosa estoy seguro, Sandro se arrepentirá por hacerme enojar.
Pocas veces me he enojado tanto... Y las personas que me hacen enojar, siempre se arrepienten de hacerlo.
Siempre evité problemas en la escuela, para no preocupar a mi abuela, pero cuando alguien se pasaba de la raya e insultaba a mi abuela, siempre lo golpeaba.
Podré soportar las humillaciones a mi persona, pero nunca permitiré que le falten el respeto a mi abuela. ¡Nadie se mete con mi abuela y sale ileso!
—¡¡Dani, detente, por favor!!
Perdón por desobedecerte, abuela, pero ya he soportado muchas estupideces de Sandro. ¡Y ya me cansé!
Ahí está el gremio. Sandro debe de estar ahí. Y si no está, lo buscaré. No te salvarás de la paliza.
Entro al gremio y veo a Sandro rodeado de chicas.
—¡¡Sandro!!
—¿Qué quieres? ¿No ves que estoy ocupado?
—¡¡Te reto a una pelea en este mismo instante!!
—¿Quieres pelear conmigo? Vaya, vaya, vaya.
Se empieza a reír y saca su espada.
—¡¡Acepto!!- Dijo, sonriendo.
Te borraré esa sonrisa de tu rostro, idiota.
—¡¿Una pelea entre Daniel y Sandro?!
—¡¿Quién crees que gane?!
—¡Apuesto por Daniel!
—¡Yo por Sandro!
Los aventureros se emocionaron y Sandro se acercó hacia mí.
—¿Y bien? Mueve tu trasero.
—Tsk. Estás muerto.
—Fufu. Ya veremos.
Sandro salió del gremio.
—D-Dani, no lo hagas.- Dijo mi abuela, con los ojos llorosos.
—Lo siento, pero esta vez no te voy a obedecer.
Comencé a seguir a Sandro.
Si sigo permitiendo que Sandro siga comportándose como él quiera, nunca podré estar tranquilo, pues él podría atacar, incluso violar a mi abuela.
Debo terminar con este problema antes de que sea demasiado tarde.
Por eso no te voy a obedecer, abuela. Las decisiones correctas no siempre son fáciles de tomar, abuela, y estoy escogiendo la decisión correcta, aunque no te guste.
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Salimos del pueblo y la mayoría de los aventureros nos están viendo.
Entre más testigos, mejor, para que se den cuenta de que es una mala idea hacerme enojar y así aprenderán a nunca molestar a mi abuela o a mis amigos.
Editado: 09.10.2024