(Pov- Daniel.)
¡Ahhhhhhhh! ¡Daniel, aleja a Rose de ti, idiota! ¡No dejes que se acerque más!
—Fufu. Tu rostro está rojo, Daniel. Que lindo.
—¡G-g-gracias, p-pero yo...!
¡Ahhhhhhhh! ¡Me robó otro beso! ¡Daniel, sé valiente y aleja a esa violadora de labios de ti!
¡Uwaaaah! ¡Me empujó al suelo!
¡No, Daniel, no dejes que los nervios te dominen!
M-me está besando el cuello y... ¿me está acariciando la entrepierna?
—No.
La empujé y me levanté del suelo. Todo menos eso. Puedo soportar muchas cosas, pero no eso.
—No quiero tener esposa. No quiero tener novia. No quiero tener sexo. No quiero tener amigas con derechos... No quiero estar con una mujer nunca en mi vida. Si me ayudarás, será porque quieres ser mi amiga, pero solo mi amiga. Nunca tendré sexo contigo. Nunca volverás a besarme. Nunca volveré a tener novia. Nunca. ¿Entendido?
—Oh... Fufu. Un reto difícil, ¿eh? Me gusta. ¿Al menos me dejas intentar conquistarte?
—Me prometí a mí mismo nunca volver a tener novia, así que no creo que lo logres. Pero si quieres perder el tiempo, entonces inténtalo.
—Desde que te conocí, me he dado cuenta de que nada es imposible en esta vida, así que no creo que sea una perdida de tiempo. Después de todo, tú eres Daniel, el que hace posible lo imposible. Y si lo intento mucho, terminarás sucumbiendo a mis encantos.
—... Yo aborrezco las infidelidades, y considero el harem como infidelidad. En otras palabras, si por alguna razón me enamoro de ti, no tendrás otro novio y yo no tendré otra novia, pero si yo consigo una novia que no eres tú, te rendirás inmediatamente. Esa es mi única condición. ¿Aceptas?
—Oh, ¿me estás dando la oportunidad de tenerte para mí sola y no tendré que compartirte con nadie más? Fufu. Estoy más que de acuerdo. ¿Cómo quieres que se llame tu primer hijo?
—Mmm. Creo que esa es una decisión que nos corresponde a los dos y debemos tomarla juntos, pero si tuviera que responder, diría que lo llamaría Daniel, porque mi padre y mi abuelo se llamaban Daniel también, y quiero seguir con esa costumbre. Y si nace mujer, la llamaría Nadia, en honor a mi difunta madre.
—Daniel y Nadia, ¿eh? Bonitos nombres. Sí, me gustan. Así le pondremos a nuestros hijos cuando nazcan.
—¿Y qué nombre les pondrías tú...? ¡Ahhhhhhhh! ¡Espera, espera, espera! ¡Me estás manipulando para imaginarme con hijos contigo y querer tenerlos!
—Ups. Culpable.
—¡Ahhhhhhhh! ¡Eso es jugar sucio!
—Fufu. Eres adorable.
Liz llega con sus cosas y aterriza al lado de nosotros. ¡Mi salvadora!
—¡Vámonos!- Dijo Liz.
—¡V-vámonos!
—Nos vemos luego, Daniel.- Dijo Rose, guiñando un ojo.
—Nos... Nos vemos... ¡Arches Nexus!
Liz y yo nos vamos de ahí volando.
—Daniel, ¿estás bien? Tienes la cara roja.- Dijo Liz.
—Sí, lo estoy.
... Lo siento, Rose... Realmente lo siento.
Quiero estar solo... No confío en las mujeres... Ya no creo en el amor... Quiero estar solo... Lo siento.
Pero... sí... Realmente era uno de mis sueños tener un hijo, pero era un sueño en el que Sonia estaba incluida.
Pero ese sueño ha muerto, al igual que mi amor por ella... Muerto... Muerto...
—Muerto...
Sandro... Lo siento.
•
•
30 minutos después, por fin llegamos.
Tardé más en llegar porque tenía que volar a la misma velocidad que ella. Mi poder mágico es más poderoso, por eso mi velocidad es muy superior a la de ella.
Liz y yo llegamos al lugar en donde están las demás. Aterrizamos frente a Sara.
—Lo siento, ya llegué.
—¿Liz? ¿Fuiste por ella?
—¡Hola!- Dijo Liz, sonriendo y con un tono un poco alto.
Le tapo la boca con mi mano derecha.
—Están dormidas, no grites.
Le quito la mano.
—Lo siento.
—Fui a decirle algo a la hermana de Liz.
—¿Fuiste al castillo? Pero está muy lejos. ¿Cómo fuiste tan rápido?- Dijo Sara.
—Volando soy muy rápido.- Dije, sonriendo.
—Increíble.- Dijo Sara... sonrojada.
... Maldito idiota. Deja de sonreír, Daniel... Ah, mejor hago guardia.
—Puedes dormir, yo haré guardia... Pero primero, debo ir a hacer algo. Regreso en un minuto.
—Está bien.
Me alejo de ellas y me acerco a mi abuela, que está dormida. Perdón, abuela, pero lo necesito.
Sacudí a mi abuela hasta lograr despertarla.
—¿Pasa algo, Dani?
—Abuela, ¿podrías abrazarme? Por favor. Te lo agradecería... mucho...
Mi voz se corta y las lágrimas salen... Otra vez... Maldita sea. No sé controlarme.
—Dani...
Mi abuela me abraza con fuerza y yo la abrazo.
—Todo estará bien, Dani. Todo siempre puede mejorar, no pierdas la esperanza.
—Gracias... Gracias...
Esto era lo que necesitaba... Mi error no tiene solución, pero por eso mismo no debo pensar demasiado en eso, pues no importa lo mucho que piense, nunca se arreglará y solo me hará sentir mal. Debo seguir adelante, por mi abuela.
Mi abuela es mi única motivación para seguir adelante... Sandro... realmente lo siento mucho... Prometo que no volveré a cometer el mismo error... No lo haré.
—Gracias, lo necesitaba. Vuelve a dormir.
—Dani, ¿qué pasó?
—Prefiero hablar de eso en la mañana. Descansa.
Le di un beso en la mejilla e intenté irme, pero me tomó del brazo.
—Dani, te conozco perfectamente y sé que estás triste. ¿Qué pasó?
—Tenías razón, abuela... No debí matar a Sandro... En la mañana hablamos, por favor, te lo suplico. No quiero hablar de eso en este momento.
—... ¿Me lo prometes?
Levanté mi dedo meñique y le sonreí.
—Te lo prometo.
—Está bien, te tomaré la palabra, pero si necesitas hablar, no dudes en despertarme.
—No te preocupes. Que descanses.
Editado: 09.10.2024