CAPÍTULO 7- La fiesta.

CAPÍTULO 7

Los demonios, una raza muy, pero muy superior a todas las razas que habitan en el mundo. Los demonios están por encima de cualquier ser, nadie los supera. Incluso el más débil de los demonios, con un poco de entrenamiento, podría conquistar un país él solito.

Los pocos demonios que han sido derrotados por aventureros como Sandro, en su mayoría fueron derrotados porque subestimaron a sus rivales, pero si se hubieran tomado en serio a sus rivales, no habría ninguna duda de que los humanos hubieran derrotado solamente a un par de demonios.

Los demonios podrían conquistar el mundo en cuestión de minutos si quisieran hacerlo, pero algo se los impide... Y ese "algo", ya se está manifestando.

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(País Delsmo, Reino de los demonios.)

Delsmo, un antiguo país verde, en donde se podían ver en cualquier lugar hermosas vistas, pero cuando los demonios llegaron, la mayoría de los humanos fueron expulsados y lo verde se volvió infértil, y actualmente solo hay tierra y cadáveres. Los pocos pueblos humanos que siguen existiendo en ese país, solo siguen estando ahí porque los demonios impiden que escapen. ¿La razón? Solo el Rey Demonio lo sabe.

El Rey Demonio, la amenaza principal... O al menos eso piensa Daniel, pero la realidad es muy diferente.

—¿Y bien? ¿Qué pasó ahora?

10 demonios se reunieron con el Rey Demonio, para darle información nueva.

El Rey Demonio no parece tan aterrador. Es un demonio barbudo, tiene apariencia humana, su cabello es rojo, usa una armadura roja y usa una corona hecha de huesos.

Su apariencia no inspira tanto terror, pero antes de ser demonios, ellos antes eran humanos, así que sus apariencias, en su mayoría, son humanas.

Los demonios nacen a partir de los pecados que cometieron cuando estaban vivos, y cuando envían sus almas al infierno, sus almas se corrompen y algunas veces sufren cambios físicos, pero eso solo depende del alma. Si sus almas son débiles, cambian mucho, pero si sus almas son fuertes, no cambian casi nada.

El Rey Demonio podrá no tener una apariencia monstruosa, pero eso no significa que sea un demonio débil, para nada. La apariencia no define el poder. El Rey Demonio es el Rey Demonio por alguna razón, así que subestimarlo por su apariencia es un estúpido error.

—Mi señor, uno de los nuestros acaba de ser derrotado.

—Tsk. Siguen subestimando a los humanos. Idiotas. ¿Quién fue esta vez?

—Zonder.

—Tsk. Ese idiota. Pero no me importa, no era de utilidad, era demasiado débil, no me sorprende que fuera derrotado.

—Su muerte no nos importa, pero debería interesarle quien lo derrotó. Según mis fuentes, un aventurero que tiene todos los tipos de magia lo derrotó de un solo ataque.

Al escuchar eso, el Rey Demonio se sobresalta por un segundo y endereza su espalda.

Entrecierra los ojos y acaricia su barba, mientras repite esas palabras en su mente una y otra vez, pensando qué hará si eso resulta ser cierto.

—... ¿Dices que tiene todos los tipos de magia? Tus fuentes deben estar mintiendo, es imposible tener todos los tipos de magia.

—Lo siento, Mi señor, pero mis fuentes son muy confiables, ellos no ganarían nada diciéndome eso.

—¿Realmente existe un aventurero así? ¿Cuál es su nombre?

—Se llama Daniel, y tiene tan solo 16 años de edad.

—¡¿Eh?!

Una mujer se sorprende demasiado al escuchar el nombre. La mujer usa un vestido rojo y tiene el cabello largo y negro. Su apariencia es joven, como si tuviera aproximadamente 25 años, pero tiene más.

Al escuchar ese nombre, su corazón comenzó a latir con una velocidad alarmante, su frente se llenó de sudor frío y el rostro de cierto hombre inundó su mente.

—¡¿Daniel?!

—¿Pasa algo, Nadia?

—N-no pasa nada. L-lo siento, Mi señor.

—Está bien. Restro, ve y confirma la historia.

—Claro, amo.- Dijo un demonio.

Nadia levanta la mano derecha.

—¿Qué?

—Mi señor, yo quisiera acompañar a Restro, si me lo permite.

—No hay problema, puedes ir también. ¿En dónde está ese aventurero?

—Creo que todavía sigue en el pueblo central 1, en el país Grenfor.- Dijo el demonio informante.

—Bien, vayan.

Al alejarse caminando, la mujer baja la mirada, para que no vean su rostro lleno de preocupación y miedo.

—... Debe de ser una coincidencia... Pero... ¿Qué es este raro sentimiento que siento?

Nadia, una mujer muy cercana a cierta persona, y uno de los demonios más poderosos.

Y su siguiente objetivo: El pueblo central 1.

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(Pov- Sandro.)

Liberé a los aventureros en el pueblo de los efectos de la droga, pero no fue suficiente para liberar a los aventureros que hay alrededor del Reino.

Rey de mierda, esta vez te excediste. ¡Drogaste también a los niños, idiota! Los niños deberían estar estudiando y jugando, no participando en una estúpida guerra.

—Maldita sea, no sé qué hacer.

La guerra es inevitable, los aventureros están aceptando participar a cambio de dinero. No puedo obligarlos a no participar, son sus vidas, son sus decisiones, pero al menos me gustaría que se pongan a pensar en sus familias. Si esta guerra avanza, miles de niños quedarán huérfanos. Suficiente tienen con una posible guerra contra los demonios, sus corazones no soportarán más dolor. Si pierden a sus padres, perderán la esperanza también.

El trabajo de los adultos es guiar a los niños y protegerlos, no abandonarlos y dejarlos a su suerte.

—¡Puta madre, Rey de mierda!

—¡Buta made, dey de mieda!

—No, no, no me imites. Créeme, soy la última persona que deberías imitar, niño.

Incluso los administradores de este orfanato abandonaron a los huérfanos para irse a la guerra a cambio de simple dinero.

Tsk. Una guerra en medio de una futura guerra contra los demonios. ¿Acaso soy el único con sentido común? Se están dejando llevar por odio injustificado. Los Semihumanos que nos hicieron daño, ya murieron hace cientos de años, solo quedan sus descendientes, y ellos no tienen la culpa de nada. ¿Por qué siguen odiando a los Semihumanos? ¿Por tener sangre diferente a la nuestra? Estamos tratando a los Semihumanos como los nobles nos tratan a nosotros. Ellos creen que son superiores a los plebeyos por tener cierto linaje de sangre, y por eso los plebeyos odian a los nobles, pero ahora estamos haciendo exactamente lo mismo que los nobles nos hacen a nosotros.