CAPÍTULO 11- Regreso a Soular.
Una guerra.
Maldita sea, ¿cómo se detiene una guerra en menos de... un... día...?
Rose mencionó antes que posiblemente los soldados, guerreros o como se llamen aquí, son controlados por el Rey por medio de una droga. Eso significa que, si detengo al Rey, detengo la guerra.
Dudo bastante que los soldados quieran morir, así que, después de detener al Rey, hablaré con ellos y les explicaré lo que pienso hacer con las rocas y que no tiene sentido perder el tiempo peleando entre nosotros, ¡teniendo como enemigos a los demonios! ¡Ahhhhhhhh! ¡¿Por qué los humanos de este mundo son tan estúpidos?! ¡No pierdan el tiempo matándose entre ustedes y usen esas vidas para pelear contra los demonios!
No, no puedo culparlos, el Rey los controla con una droga. ¡El Rey es el único retrasado mental aquí!
Si no se rinde y sigue queriendo avanzar con la guerra... yo... lo mataré.
Una vida a cambio de miles de vidas inocentes. La vida de un idiota salvará miles de vidas.
Yo no soy juez ni verdugo, lo sé perfectamente, no tengo derecho de quitar una vida, pero lo haré, sin importarme que no sea lo correcto.
—Todo sea por salvar este mundo.
Mientras no se me vuelva costumbre, está bien.
En serio no quiero matar a un humano, pero lo haré si no me deja otra opción. Además, tengo la teoría de que los reyes están siendo controlados por algún demonio, después de todo, no creo que existan personas tan idiotas.
Más vale prevenir que lamentar... ¿Eh?
Mi teléfono está sonando.
Mientras vamos volando, recibo una llamada y contesto.
Es mi abuela... Supongo que ya se enteró de que su nieto se fue a la guerra.
... Ah, en serio... Solo quiero unos días tranquilos... No he tenido ningún día bonito desde la muerte de mi abuela.
Lo más parecido a un día bonito fue cuando reviví a mi abuela, y lo arruiné matando a Sandro.
—¡¿Qué está pasando?!- Dijo mi abuela.
Por el tono de su voz, creo que está muy asustada y preocupada.
... Se siente bien que alguien se preocupe tanto por mí.
Pero está asustada, seguramente escuchó sobre la guerra y eso le trajo malos recuerdos, pues sus padres murieron por culpa de la guerra y tiene miedo de que me pase lo mismo.
—Abuela, no puedo hablar, por favor, no me hablen ahora. Estoy a punto de pelear con tres reinos.
—¡¿Qué?!
—Luego te cuento. Por favor, sé que es grosero, pero estoy ocupado, no puedo distraerme.
—E-está bien... Ten cuidado, por favor, Dani.
—Lo tendré... Estaré bien, no te preocupes... Supongo.
—¡¿Supones?!
Cuelgo y guardo mi teléfono.
—Tendré mucho cuidado...
Pero, abuela, hoy volveré a matar a un humano... Lo volveré a hacer.
Lo correcto sería capturar a los reyes y enviarlos a un calabozo o prisión, pero no me arriesgaré a que sean demonios y que con el tiempo se vuelvan poderosos.
No puedo cometer errores. No puedo bajar la guardia. Un error y todos los mundos desaparecerán por culpa de mi estupidez.
Sacrificar mi humanidad es la mejor decisión.
Matar y evitar cualquier riesgo. Una decisión muy cruel e inhumana, pero... no me importa. Lo hago por el bien de los mundos alternos.
Quiero seguir siendo una persona buena, pero debo hacerlo.
Matar a los reyes y altos mandos de los gobiernos, para reemplazarlos por personas confiables y detener la guerra de una vez por todas.
Debo hacerlo... Y lo haré.
•
•
Los encontré.
Después de volar por varios minutos, vemos a un gran ejército. Son miles de aventureros. Calcularía que son más de 100,000 aventureros, tal vez muchísimos más, y sospecho que hay más repartidos en otras ubicaciones.
... Bueno, les digo aventureros, pero lo más probable es que sean ciudadanos que fueron obligados a pelear.
—¡¿Todos ellos nos atacarán?!
Saco mi teléfono y tomo una foto.
Es la primera vez que veo a tantas personas juntas. Parecen pequeñas hormigas desde esta altura.
—Wow, son muchísimos. ¡Idiotas, guarden este ejército para pelear contra los...! ¡Uwaaaah!
¡¿Ella me golpeó con su cola?!
—¡Cuidado!
¿Eh?
Una bola de fuego pasó entre nosotros. ¡Me salvaste la vida! ¡Gracias por golpearme con tu cola!
¡Daniel, idiota, tanto tiempo reflexionando sobre no bajar la guardia ni cometer errores, y estuviste a punto de morir por distraerte! ¡Estás en el campo de batalla, no bajes la guardia!
—G-gracias, señorita.
—Prepárate.
D-dos dragones se dirigen hacia nosotros. ¡Dos dragones se dirigen hacia nosotros!
¡Genial!
—¡¿También tienen dragones?!
Les tomo una foto.
—¡Increíble, este ejército es muy fuerte!
—¡Idiota, concéntrate!
¡Ahhhhhhhh! ¡Daniel, idiota, presta atención al campo de batalla!
Nos lanzan bolas de fuego. Las bolas salen por su boca, como los típicos dragones de las historias de fantasía.
—¡Huye!- Dijo Louise.
Señorita, sé que al principio le di una muy mala impresión, pero es hora de mostrarle mi potencial y poder.
Esquivo las esferas de fuego rápidamente, descendiendo y ascendiendo a una gran velocidad.
¡Hahahahahaha! ¡Son muy...! No, Daniel, no te distraigas.
Ah, cierto, no vine a divertirme, vine a trabajar.
—¡Espada Dex!
Tomo la espada con mi mano derecha.
—¡Muslar asio!
Tomo la espada con mis dos manos y con más fuerza.
Probablemente los dragones sean monstruos de rango S. No debo tomarlos a la ligera.
Se acercaron a mí e intentaron atacarme con sus garras, pero me alejé a tiempo y comencé a escapar volando, mientras me siguen.
Debo pelear.
Es hora de usar lo que llevo planeando usar desde que lo usé por primera vez.
—¡Louise, yo me encargo!
Editado: 09.10.2024