Humanos Contra Demonios. ¿soy realmente un chico perfecto?

CAPÍTULO 11 (parte 3)

(Tres horas después.)

(Soular.)

Llego a la casa que construí al lado del pueblo. Ay, tengo muchísimo sueño. Vamos, Dani, aguanta un poco más, pronto dormirás.

—Espero no molestarla.

Toco la puerta de la casa de Meibis... No responde.

...

...

...

Sigue sin responder.

—Supongo que está muy dormida.

Más tarde vendré a...

—¡¡¿Quién está ahí?!!

¡Uwaaaah! ¡Eso me asustó!

Estaba a punto de irme, pero Meibis gritó.

—¡¡¿Quién es?!!

—¡S-soy yo, Daniel!

—¡¡¿Daniel?!!

Meibis abre la puerta y me ve.

Al verme, una gran sonrisa apareció en su rostro. Que adorable.

—¡Volviste!

Me da un gran abrazo... Bueno, considerando que le ayudé mucho, supongo que me extrañó.

—Lo siento, ¿te desperté?

—No importa, pasa.

Entramos a su casa y enciende las velas.

—¿Por qué volviste?

—Bueno... Acabo de evitar una guerra entre humanos y semihumanos, y vine aquí para convencer al Rey que colabore con nosotros para derrotar a los demonios. Digo, después de todo, evité una guerra, lo mínimo que merezco es una audiencia con el Rey.

—¡¿En serio?! ¡Increíble!

Saco mi teléfono y le muestro las fotos que tomé.

—Eran miles de humanos listos para atacar Soular, incluso tenían dragones.

—¡¿Cómo los derrotaste?!

—No es algo de presumir, pero... tuve que asesinar a los reyes para detener la pelea. Los nuevos reyes son amigos míos y no odian a los semihumanos, podríamos dejar atrás este odio que los semihumanos y los humanos tienen.

Saco de mi camisa el libro sobre los humanos y semihumanos.

—En este libro está escrito la verdadera razón del odio de los humanos y semihumanos. ¿Me lo podrías leer? No sé leer.

—Claro, no hay problema.

—En la primera página hay un resumen, lee eso, por favor.

Le doy el libro y Meibis empieza a leer.

—Hace milenios, los humanos y los semihumanos coexistían en armonía, compartiendo una tierra próspera y prometedora. Pero como ocurre con muchas historias, la paz llegó a su fin abruptamente, destrozando la frágil unión que alguna vez existió entre ambos grupos. Aquellos días idílicos quedaron atrás, reemplazados por una era de odio, crueldad y tristeza.

¿idílicos? No sé lo que sea, pero suena importante.

—Los semihumanos, cansados de ser marginados y mirados con desprecio por los humanos, se vieron obligados a soportar décadas de maltrato. Considerados extraños y diferentes, eran objeto de burlas, discriminación y violencia por parte de aquellos a quienes consideraban sus semejantes. Con el tiempo, la paciencia de los semihumanos se desvaneció y la semilla del resentimiento germinó en sus corazones heridos.

Entonces los humanos tienen la culpa. Ellos comenzaron con todo esto.

Ah... En serio, humanos de este mundo, son unos idiotas.

—Reunidos por su sufrimiento compartido, los semihumanos encontraron consuelo y fuerza en su comunidad. Vivir juntos se convirtió en una forma de protegerse y encontrar un propósito en medio de la oscuridad que los rodeaba. Sin embargo, sus intentos por encontrar seguridad y paz en su propia tierra no pasaron desapercibidos para los reyes humanos, quienes comenzaron a sospechar de las intenciones de los semihumanos.

Idiotas, los semihumanos solo querían vivir felices y sin miedo.

—El miedo y la paranoia se apoderaron de los líderes humanos, quienes ordenaron una vigilancia implacable sobre los semihumanos. La sombra de la sospecha se cernía sobre cada paso que daban, y su libertad se vio limitada por las cadenas invisibles de la desconfianza. La vida se convirtió en un constante recordatorio de su estatus inferior y sufragaron bajo el peso de la opresión.

Ah, ya nada me sorprende de los humanos.

—Fue entonces cuando un grupo de semihumanos, hartos de la crueldad que habían soportado durante tanto tiempo, decidieron rebelarse contra sus opresores. Desafiando el destino y empuñando sus armas, se organizaron en un intento desesperado por obtener justicia y cambiar el curso de la historia. La guerra estalló entre ambos grupos, y durante cinco largos años, el mundo se convirtió en un campo de batalla bañado en sangre y lágrimas.

¿Quién habrá ganado la guerra?

—La lucha fue cruel y sin piedad. Las historias de horror y sufrimiento se entrelazaban en cada página de ese oscuro capítulo de la historia. Las atrocidades cometidas por ambos lados dejaron cicatrices imborrables en el alma de los supervivientes. Ciudades fueron reducidas a escombros, familias fueron destrozadas y sueños fueron sepultados en un mar de dolor y desesperanza.

Ay... Ambos bandos hicieron cosas horribles.

—Finalmente, tras años de incesante derramamiento de sangre, los semihumanos, agotados y diezmados, se rindieron ante el poder abrumador de los humanos. Fue una rendición amarga, un símbolo de su derrota y el sombrío presagio de un futuro incierto. Los pocos semihumanos que lograron sobrevivir se vieron forzados a abandonar sus hogares, dejando atrás sus memorias y esperanzas destrozadas.

Al menos los humanos no los extinguieron.

—En su exilio, los semihumanos se adentraron en tierras desconocidas, donde establecieron su propio país. Sin embargo, la tierra que llamaron hogar estaba teñida de tristeza y amargura. Aunque habían logrado liberarse de las cadenas de la opresión, el recuerdo de la guerra y el dolor seguían persiguiéndolos como sombras inquebrantables.

Ah, sí, me imagino. Después de todo, perdieron a sus familias.

—El odio y la desconfianza se arraigaron en los corazones de ambos bandos, y las fronteras se levantaron para separarlos de manera irrevocable. Los humanos, recordando el sufrimiento infligido por los semihumanos, cerraron sus puertas a estos últimos, negándoles la entrada a su país. Del mismo modo, los semihumanos, llenos de resentimiento y dolor, prohibieron la presencia de los humanos en sus tierras, dejando una herida abierta que parecía no tener cura.



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En el texto hay: comedia, gore, isekai

Editado: 09.10.2024

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