(Pov- Daniel.)
Llego al pueblo convertido en ángel. Volar transformado en ángel es muy agotador, pues volar con las alas es como trotar, pues las alas son una extensión de mi propio cuerpo, pero al menos así mi nombre y fama como la supuesta reencarnación del Dios de los semihumanos se va a esparcir más rápido por el país y me ahorraré mucho tiempo en la publicidad.
Ah, me muero de hambre.
Volar con estas alas es realmente agotador, pero al menos ya llegué. Le pediré a Rocco que me compre comida. Muchísima comida.
—Llegué.
Aterrizo y mi transformación desaparece.
Tengo que fingir ser el ángel Fransme. Si quiero que confíen en mí, debo fingir ser él... Odio mentir, pero es necesario. Es una mentira piadosa que traerá muchísimos beneficios, no tengo que dudar.
Me pongo la camisa y el chaleco.
—Bien.
Veo a las personas a mi alrededor y analizo sus expresiones... Miedo, felicidad, sorpresa... Nada de odio, ¿eh?
Funcionó más rápido de lo que pensé. Bueno, después de todo, estoy fingiendo ser la reencarnación de su Dios. ¿Qué clase de idiota miraría con odio a su Dios? Mucho menos en un mundo medieval, en donde la iglesia seguramente tiene muchísimo poder sobre los ciudadanos.
Entro al gremio y veo a Rocco sentado en una mesa.
Las miradas de los semihumanos son las mismas en este lugar. ¿Por fin me tratarán mejor? Me duele que me traten bien por pensar que soy otra persona, pero debo aceptarlo si quiero lograr mi objetivo en este mundo.
Me acerqué a la mesa de Rocco y me paré a su lado, mientras él devora un pedazo de pollo.
Voltea a verme y me hace una seña con su mano, para pedirme que lo espere, mientras mastica y traga lo que tiene en la boca.
Yo simplemente asiento y saco mi teléfono, para ver las llamadas perdidas. Todas las llamadas son de mis compañeras, que me piden explicaciones sobre mi boda y tratan de convencerme de cancelarlo, es por eso que dejé de contestarles y solo reviso mi teléfono cada 5 minutos por si recibí una llamada de mi abuela, que es la única que me interesa.
Quieren que lo cancele porque saben que, si yo me caso con un miembro de la realeza, en este caso, con dos princesas, ellas nunca podrían tener una relación romántica conmigo, porque la poligamia está prohibida en la realeza. El Rey hizo una excepción conmigo porque soy supuestamente su Dios, pero está prohibido que una princesa o Rey se case con dos personas o más, y tampoco puede tener amantes. Yo seré el príncipe de este país, así que eso también se aplica en mí.
Ellas tratan de cancelar mi boca diciendo que está mal, que no puedo casarme con mujeres que apenas conozco, que podría ser una trampa. Puras excusas para evitar perderme para siempre.
Ya sabía que eso pasaría, pero cuando me case con las princesas, definitivamente por fin se rendirán conmigo y no intentarán nada raro.
Creo que casarme no fue tan mala idea como pensé al principio.
Ah, y Cris también me llamó, pero para presumir que perdió la virginidad primero que yo y que estaba teniendo sexo con 5 mujeres al mismo tiempo. Intenté hablar más con él porque me preocupé, pero me colgó y no contesta mis llamadas.
¿En serio hizo eso? Bueno, es su vida, su decisión, pero perder la virginidad en un burdel y sin sentir amor es... triste.
Le iba a llamar a Sonia para avisarle, pero no lo hice. Cris tiene su propia manera de pensar. Yo creo que lo que hizo está mal, pero la virginidad para mí es muy importante y considero que la primera vez debería ser después de casarse, pero para Cris seguramente no era tan importante y que prefiere tener sexo cuando quiera, sin importarle que no sienta amor o no sea un momento especial.
Es su vida, y debo respetar sus decisiones, aunque me parezcan mal por mi propia manera de pensar.
Obligarlo a pensar como yo solo no es lo correcto, pues yo soy yo, y él es él. Que él se la meta a la chica que quiera, es su vida.
... ¿Su hermana es así? ¿Tan poquito le importaba su virginidad?
Digo, después de todo, nacieron el mismo día, tienen muchísimo en común... Sonia, no quiero juzgar sin saber, pero solo espero que sigas siendo virgen, porque si le entregaste tu primera vez a ese idiota... Ah, no sé lo que haría si me entero de eso. Posiblemente pierda la cabeza y haga alguna estupidez.
Mejor nunca lo preguntaré y fingiré que nunca me importó ese tema.
Bien, hace 13 minutos que no me llaman, supongo que ya se rindieron o se dieron cuenta de que me estaban molestando.
Activé el sonido de las llamadas, para escuchar cuando alguien me llame.
—Listo, terminé. Hola, Daniel. ¿Cómo te fue con el Rey? ¿Te recibió?
Vaya, vaya. Me quedé tan absorto en mis pensamientos, que Rocco tuvo tiempo de terminarse su comida. Le iba a pedir un poco, pero ni modo.
Me siento en la mesa frente a él y estiro los brazos, mientras un gran bostezo sale de mí. Tengo sueño.
—Bueno, solo digamos que los humanos y semihumanos volverán a ser amigos muy pronto. Me casaré con las hijas del Rey, un matrimonio político para bla, bla, bla. ¡Mesera, un plato de comida, por favor! ¡Lo que sea estaría bien, mientras no sea carne...!
Iba a decir carne humana, pero creo que eso sería xenófobo de mi parte... ¿O racista? Mejor no digo ese chiste.
—¡Carne no, estoy a dieta! ¡Mejor pollo y verduras! ¡Gracias!
Uffffff. Casi la cago. Daniel, idiota, sé que estás cansado, pero eso no es excusa para ser un idiota. Casi provocas que nos linchen.
—Por cierto, Rocco, ¿cómo te ha ido hoy? Espero no haberte provocado problemas por hablar conmigo.
Rocco se queda en silencio, simplemente se me queda viendo fijamente.
Ah... Esto... Vaya, vaya... Esto es incómodo. ¿Tengo algo en la cara?
—Rocco, ¿estás bien?
—... ¿Qué dijiste?
—Que si te sientes bien. Te veo algo raro.
Editado: 09.10.2024