Media hora después, salimos del gremio, satisfechos, pues comimos mucho. No puedo perder más tiempo comiendo, tengo otras cosas que hacer, como dormir. En serio, volar como ángel es muy agotador, mi cuerpo exige descanso.
—Estoy lleno... Vamos, te construiré una cama para que duermas en mi casa.
—Puedo dormir en el suelo, no quiero molestar a Daniel.
—No es problema, no te preocupes.
¿Quién le enseñó a decir eso?
... Oh, los familiares son tratados como esclavos... No te preocupes, yo te trataré bien.
Me despedí de Rocco y nos fuimos a mi casa.
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Llegamos a la casa y entramos.
Ah, camita, espero que me hayas extrañado, porque yo te extrañé muchísimo.
—Disculpa, no es muy linda, pero yo mismo la diseñé y construí.
—Es muy linda, Daniel.
—Gracias. Te lo agradezco.
Mmm. Veo que no hay espacio para otra cama en la casa.
La construí para una sola persona, nunca pensé en compartirla. La hice pequeña, pues solo la hice para dormir, no planeaba usarla como casa, casa.
—Supongo que no puedo hacer otra cama, no hay espacio.
—Puedo dormir en el suelo.
—No, no eres una mascota, eres una persona. Dormirás en una cama.
Haría otra casa, pero la necesito a mi lado, pues mi madre podría atacar en cualquier momento. Debemos mantenernos juntos para evitar que nos ataquen de sorpresa.
Lo que le ofreceré podría malinterpretarse, pero es una buena idea. Si nos atacan, estaremos listos para pelear al instante.
—Puedes dormir conmigo si quieres. No es nada sexual, no te preocupes, solo dormiremos.
—Si Daniel está de acuerdo, yo dormiré con Daniel.
—Gracias por la confianza.
Cuando despierte voy a hacer la casa más grande. No tengo la energía para hacerlo en este momento. Solo quiero dormir.
—¡Daniel!
Meibis entra en la casa, sin permiso. No fue educado de su parte, pero debo respetar el sentido común de los semihumanos.
—¡Hola, Daniel!
Daniela voltea a verla rápidamente y frunce el ceño. ¿S-se enojó? Por primera vez veo una expresión en su rostro, pero me preocupa.
—¡Intruso!
¡Hasta alzó la voz!
¡Uwaaaah! ¡Daniela toma a Meibis de los brazos y la sujeta por la espalda, como si la estuviera arrestando!
—¡¿Eh?!
—¿Qué hago con ella, Daniel?
—¡¿Q-qué haces?! ¡Daniel, ayúdame!
Mierda. Ella es un poco... sobreprotectora... Me agrada que se preocupe por mi seguridad, pero... Bueno, creo que solo debo decirle a qué personas no debe tratar así.
—No te preocupes, es una amiga.
Daniela volvió a su expresión fría y asintió.
—Está bien, Daniel.
Daniela suelta a Meibis.
—Perdón por eso.
—¿Q-quién es ella?
—Ella es Daniela, es mi familiar... Familiar mágico, no familiar de mi familia... Esa palabra es rara. ¿Por qué no le pusieron otro nombre?
—¡¿T-t-tu familiar?! ¡Increíble! ¡Es la primera vez que veo a un familiar!
—Gracias, gracias.- Dije, orgulloso de mí mismo.
Aunque no debería sentirme orgulloso, Dios me dio el poder que tengo sin necesidad de entrenar por años para poder usarlo o volverme poderoso. Un poco tramposo, lo sé.
—¡Pocas personas en el mundo logran invocar a un familiar, eres increíble!
—Y lo más increíble es esto, mira. Daniela, deja de ocultar tus alas.
—Está bien.- Dijo Daniela, asintiendo.
Las alas de Daniela aparecen de nuevo.
Una luz salió su espalda cuando eso pasó. Tan divino, tan celestial... ¡¡Genial!!
—Ella es un ángel.
Meibis se queda trabada, al ver las alas de Daniela, como si no supiera cómo reaccionar ante tal espectáculo. Te comprendo, Meibis, yo también estoy sorprendido, pero solo digo cosas como "genial", "increíble", bla, bla, bla, solo porque no sé cómo reaccionar exactamente a este tipo de cosas.
Digo, después de ver hombres gallinas usando pantalones, ya no sé ni qué esperar de este mundo, y tampoco sé cómo sentirme al respecto. Solo sé que me siento sorprendido, pero no sé cómo describir lo demás que siento.
—¿U-u-u-un a-a-a-ángel? ¡¿U-un ángel?! ¡I-increíble!
Ella se abalanza contra Daniela, para abrazarla. Daniela estuvo a punto de golpearla, pero supongo que recordó lo que le dije y se detuvo. Uffffff. Eso estuvo cerca.
Meibis se comporta como una niña pequeña conociendo a una celebridad que admira. ¿En serio el Dios Fransme es tan popular? Bueno, después de todo, es su Dios. El ángel Fransme... Vaya, vaya. Debo investigar más sobre él.
Meibis empieza a acariciar las alas de Daniela.
—Las plumas son muy suaves. Me siento en el paraíso.- Dijo, mientras acaricia su mejilla con las alas de Daniela.
¿No estará exagerando? Debo comprobarlo. Si son tan suaves, me arrancaré las plumas para meterlas en una almohada. ¿Me dolerá? ¿No desaparecerán cuando cancele el hechizo? Debo averiguarlo.
—¿En serio? Daniela, ¿me das permiso de acariciarlas? ¿No te duele?
—No me duele, no se preocupe. Puede acariciarlas, Daniel.
—Gracias. Te lo agradezco.
Acaricio las alas de Daniela.
Wow. Se sienten muy suaves. ¿Con qué puedo compararlas? No lo sé, pero son esponjosas y suaves, como la piel de un bebé. Wow...
—Son muy suaves. ¿Yo también las tendré suaves?
Me quito el chaleco y la camisa. Ay, olvidé que las chicas estaban aquí.
Meibis se sonrojó y se tapó el rostro con sus manos, pero puedo ver sus ojos entre sus dedos, mirándome.
Daniela sigue con la misma expresión mientras me mira, así que no debo preocuparme por ella.
... Ya no me siento tan tímido como antes. ¿Me habré acostumbrado por fin a ser visto? Que raro. ¿Por qué en mi mundo original nunca me acostumbré y aquí sí?
Ah, sí, creo que es porque me rendí con las mujeres y ya no me interesan. Las ventajas de haber perdido la confianza en ellas... Supongo que es una ventaja. Ah, como sea.
Editado: 09.10.2024