CAPÍTULO 22.5- Sandro vs Restro.
Mientras Daniel duerme profundamente, los demás miembros de la organización de ilegales están reunidos alrededor de una mesa. Sus rostros, iluminados por la luz tenue de una lámpara colgante, reflejan una clara seriedad, que contrasta bastante con la alegría y emoción que habían mostrado antes. Este podría ser su último día con vida, su última oportunidad de librar al país de las garras del dictador.
Cada uno de ellos tiene un motivo por el cual está luchando. Por amor, familia, amistad, repudio a la violencia sin sentido, y miedo de ser las siguientes víctimas. Si fallan, todas las vidas que se han perdido habrán sido en vano, es por eso que no se tolerará ningún error. Ellos analizan con cuidado, y hablan constantemente para dar sus puntos de vista.
Sobre la mesa, dispersos, se encuentran los planos detallados de la base del dictador. Analizan cada línea, cada esquina, buscando rutas de escape por si el plan falla, identificando puntos débiles en la estructura, calculando la cantidad exacta de bombas necesarias para destruir el lugar sin causar daños colaterales. También estudian a los enemigos más peligrosos y debaten estrategias para derrotarlos.
Daniel será el encargado de enfrentarse cara a cara contra el dictador. Sin embargo, para asegurar que Daniel pueda pelear sin ser sorprendido por ataques inesperados, los miembros de la organización deben mantener ocupados a los cientos de miembros que el dictador tiene bajo su mando en ese lugar. Estos miembros son los más poderosos del país, elegidos por sus habilidades excepcionales. ¿Podrán los cinco miembros de la organización de ilegales enfrentar a tantos adversarios simultáneamente? Además, tienen un nuevo miembro que nunca ha peleado en su vida. ¿Podrá ella luchar contra tantos enemigos?
La respuesta es sencilla: No, no podrían sobrevivir ni un segundo en el campo de batalla... No sin usar drogas.
El difunto fundador de la organización de ilegales, un hombre conocido como Magnus, había previsto este desafío, así que tomó medidas drásticas para evitar que eso se convierta en un problema. Magnus podía mejorar su propio cuerpo hasta cinco veces su capacidad normal. Y con "su cuerpo", es todo su cuerpo, incluyendo su inteligencia y sentidos. Esta habilidad lo hizo un combatiente formidable y un líder natural. Sin embargo, Magnus sabía que su habilidad no sería suficiente para asegurar la victoria de su organización en el largo plazo.
Sacrificó su propio cuerpo en un acto de valentía y previsión. Contrató a un grupo de científicos clandestinos y permitió que usaran su cuerpo para crear una serie de drogas poderosas. Estas sustancias, derivadas de su propia biología mejorada, estaban diseñadas para amplificar temporalmente las habilidades de quienes las consumieran. Soportó innumerables experimentos y un dolor inimaginable, todo con el objetivo de fortalecer a su organización y, algún día, traer la paz de nuevo a su nación. ¿Su sueño? Que sus hijas puedan vivir en paz, sin miedo de ser violadas, torturadas y asesinadas, sin la posibilidad de ser salvadas o recibir piedad... como fue el caso de su pobre madre y esposa.
Las drogas resultantes fueron revolucionarias. Al consumirlas, los miembros de la organización de ilegales no solo podían incrementar su fuerza, velocidad y resistencia a niveles sobrehumanos, sino que también sus propios poderes mejoraban, aunque sólo por periodos limitados. Estas drogas serían su única esperanza contra las fuerzas del dictador.
Es muy bien sabido que, según los científicos, cada vez que se consumen, el consumidor pierde aproximadamente un año de vida, consecuencia de forzar su cuerpo a superar su límite. Entre más se usen, menos tiempo vivirán. Todos ellos lo saben, pero, aún así...
—Si tomamos en cuenta la resistencia contra las balas de Daniel, podríamos dejar que reciba las balas primero, disminuyendo la munición disponible. Eso nos ganaría el tiempo suficiente y podríamos destruir su almacén y limitarlos.
—Tendríamos que investigar primero si Daniel es siempre inmune o tiene un límite. Estaríamos enviándolo a su muerte segura si creemos ciegamente que siempre será inmune.
—Y no tenemos tiempo para investigarlo.
Todos, incluyendo a Nismei, consumieron la droga. Ella tenía miedo, pero de todas maneras moriría si fallan la misión, así que sacrificar un año de su vida era el precio justo para poder vivir sin miedo el resto de su vida. Todos consumieron la droga para mejorar su inteligencia y poder planear el mejor plan posible, tomando en cuenta todas las habilidades de Daniel.
Saben que el camino por delante será peligroso y que muchos de ellos podrían no sobrevivir, pero también saben que es su única oportunidad para derrocar al dictador y liberar al país de su tiranía.
La batalla final está a punto de comenzar.
—Pastel de limón.- Dijo Daniel, dormido, masticando su brazo.
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La organización de ilegales no son los únicos que se están preparando para la batalla final. Tanto los Semihumanos como los humanos, se están reuniendo y dirigiéndose hacia la frontera con Delsmo. Aproximadamente 150,000 Semihumanos y 200,000 humanos, están marchando hacia la frontera. Todos los que puedan luchar, incluyendo a niños, se unieron. Esta batalla podría definir el futuro del mundo, quedarse sin hacer nada no es una opción para ellos.
Las mujeres embarazadas y discapacitados se quedaron en sus casas, rezando por el regreso de sus seres queridos. Entre ellos está una ex novia de Sandro (una de sus antiguas compañeras), que está embarazada de otro hombre. Sandro tenía una relación abierta con ellas, así que no le dolió, pues sabía que eso podría pasar.
Sandro la mira desde la distancia, despidiéndose del futuro padre de su hijo, y sonríe al verla tan feliz.
—Un hijo, ¿eh? Ah, incluso mi jugo de hombre termina en segundo lugar. ¿Acaso estaré maldito?
Las mujeres encargadas del cuidado de las embarazadas son conocidas como las: "Matronas del Alba". Alba es un ser espiritual con miles de años de historia, conocido como "el ángel protector de los bebés".
Editado: 09.10.2024