Humnok ©

Capítulo III

Una vez que Dennis cruzó la puerta de su casa, y se sintió como arrancaba su auto, de una vez por todas habló con su madre. Ésta enloqueció por un par de minutos, para luego mirar fijamente a su hija sin decir nada.  Ivy hubiera preferido que le gritara a que se quedara en aquel silencio sepulcral, no saber que era todo aquello que cruzaba por su cabeza le provocaba aún más miedo, su corazón latía tan fuerte que pensó que podría salirse de su pucho.

Pero el siguiente paso que hizo su madre consistió en agachar la mirada hacia su regazo, para luego volver a mirarla con sus ojos repletos de lágrimas.

—Se que parezco ridícula hija, te necesito y quiero conmigo todo los días de mi vida, a mi lado, quiero saber con quién estas, que es lo que haces, te veo tan pequeña y frágil…—tragó fuerte, y continuó hablando—.Se que no eres frágil, pero siento que me necesitas a toda hora del día y quiero estar ahí para cuidarte siempre. Estar ahí cada vez que tengas un problema, cuando estés triste, cuando te escuche sollozar dentro de tu habitación.

—Mamá… —dijo Ivy conmocionada, sentía que su garganta se cerraba e iba a explotar en llanto, desbordando lágrimas sin parar.

—No, espera, deja que termine Cariño —la silenció su madre —. Siempre necesito estar contigo, pero más que nada en este mundo quiero que seas feliz, y no voy a ser yo la que te perjudique, ni ser egoísta contigo solo por mis miedos y temores, no voy a arruinarte oportunidades ni ser un obstáculo más en tu vida, al contrario. Tengo que aprender de una vez por todas que has crecido, y que vas a seguir creciendo, que no eres débil, porque no lo eres mi amor. Créelo, se cuantas veces te ha costado.

Ivy solo asintió con la cabeza bajando su rostro, sentía que no podría ver a su madre o se iba a romper en mil pedazos.

—Así que mi respuesta es sí. Y me parece magnífica la idea de Dennis, creo que nos ayudará a idealizarnos y prepararnos tanto a ti como a mí —Sonrió, pero aquella sonrisa no llegaba a sus ojos. —Es más te ayudaré, ahora mismo trataré de localizar a tu tía Cinthia que vive allí como ahora lo recuerdo, hace años no hablo con ella, pero es un amor de persona, la vas a necesitar. Tranquila, aunque tenga la misma sangre de tu padre no se parecen nada. —Empezó a reír mientras se sorbía la nariz. Y se levantó de la silla. —S-s-solo necesito unos minutos para terminar de procesarlo, pero no te preocupes por mí.  

Le regaló de regreso una sonrisa débil a su madre, era lo único que pensó que podía emitir. Su madre se volvió a mirarla una vez más, y se acercó rápidamente dispuesta a estrecharla entre sus brazos. La abrazó más fuerte que nunca, Ivy sintió como si todo su aire se escapara, pero sin embargo aquel abrazó logró hacerla respirar y recuperarse una vez más.

Una vez que se separó su madre la miró con determinación y frunció ligeramente el ceño. — ¿Por qué esa cara?

Ivy no contestó y la volvió a estrechar en brazos.

— Ivy, se lo que estás pensando por que te conozco. Y la verdad es que yo amaría que te quedes aquí conmigo, pero sé perfectamente que lo mejor para ti es irte así que no te preocupes por mi. —Hizo una pequeña pausa — Pero no puedo decidir por ti, no puedo obligarte a ir, ni a quedarte, esto lo tienes que decidir tu misma. Aunque me encantaría que por lo menos hagas el esfuerzo de intentarlo. Salir a conocer el mundo y no bajo el brazo de mamá osa  —río — además ten presente que ahora solo serán unas pequeñas vacaciones de verano, sin presiones.

— ¿Tú en verdad lo crees así mamá? —Ivy la miró a los ojos.—Simplemente no me creo capaz de hacerlo aún.

— Amor, tu eres capaz de todo, ya es hora de que lo creas — dijo su madre mirándola a los ojos.

[...]

Su madre logró localizar a Cinthia más rápido de lo que ella hubiera pensado. Su tía había dicho que la esperaba con ansias, sin embargo Ivy lo único que podía sentir era un mar de nervios dentro de su estómago. Estaba realmente estresada, hasta algo asustada, se sentía extraña, y sobre todo la embargaba una tristeza que llegaba a molestarla, se sentía completamente ridícula.

Todo comenzó cuando se enteró que se iría la segunda semana de julio, una semana antes de que llegue Dennis. Ya que el 3 de Agosto su tía se iría de vacaciones, es por ello que rogó para que Ivy viajara antes, y pasar tiempo con ella para así conocerla bien. Al fin comprendió que todo se hacía realidad, y más pronto de lo que pensaba, no estaba soñando, ya no quedaba esperanzas de despertar y volver a la normalidad.

Si bien se había sentido bien al saber que su tía la recibiría con los brazos abiertos, la noticia de tener que viajar antes, y sola, le había afectado más de lo que hubiese querido. Sentía que era demasiado pronto y que no se había preparado lo suficiente. Si bien solo se trataba de unas vacaciones de verano era el trasfondo que todo aquello significaba, tener que ir para decidir. Sabía que aquello que le estaba pasando era el sueño de cualquier adolescente, ser independiente, viajar, conocer el mundo, pero no sentía que todo eso era para alguien como ella.

Esa misma noche y al día siguiente se encerró en su habitación como repetidas veces había hecho. Ese día necesitaba estar sola, no quería ver a nadie, se sentía ya demasiado agobiada. Es por ello que ignoró los mensajes provenientes de su celular, había visto el nombre de Gretchen y Dennis alumbrando la pantalla, pero no se sentía con ánimos para contestar.

El sonido del timbre dispersó sus pensamientos, esperó a que su madre atienda pero no lo hizo, el sonido se repetía una y otra vez. Suspiró una vez para sentarse sobre su cama y ponerse sus pantuflas para estar en casa, esperaba que no se tratara de alguien muy importante, ya que lo atendería en pijama.



#38806 en Novela romántica
#10852 en Thriller
#4367 en Suspenso

En el texto hay: crimen y amor, romance, amor de verano

Editado: 08.09.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.