Hunter

Capítulo 2

-Adaline, ¿cierto? -sonríe mientras me ayuda a ponerme de pie- ¿Qué haces aquí?

-Salí a correr -me encojo de hombros-, ¿Qué haces tu por aquí?

-Salí a correr -se encoge de hombros igual-, ¿Quieres hacerlo conmigo?

-¿Disculpa? -espero haber entendido mal.

-Correr -aclara-, que si quieres correr conmigo.

¡Por Dios! ¡Que vergüenza!

-Si, por supuesto -asiento.

Ya no necesito mis audífonos, no quiero parecer maleducada así que los pongo en la bolsa de mis shorts​ y nos ponemos a trotar a un buen ritmo.

-Lamento si te hice daño, corría viendo hacia abajo y no me di cuenta -se disculpa con la voz entrecortada por causa de los trotes.

-No te preocupes, yo también debí prevenirlo.

-¿Y qué pasó en el club cuando tu amiga llegó a buscarte? No te vi después.

-Tuvimos que marcharnos -explico con poco aire-, mi amiga ingirió algún tipo de droga y estaba intoxicada así que la llevé a emergencias.

-¿Y cómo se fueron? Me hubieras buscado y las hubiera llevado con gusto -ofrece.

-No, descuida, traíamos su auto así que yo conduje.

-Ya veo -asiente-, ¿y se encuentra bien?

-Si, le hicieron un lavado gástrico y problema resuelto.

-¿Ella suele ingerir drogas?

-Nunca -niego-, pero lo pusieron en su bebida.

-Idiotas -murmura-. Me refiero a los depravados que hacen ese tipo de cosas para poder llevar a una mujer a su cama.

-Si, lo se. Te juro que si encuentro al responsable lo mato -aseguro y escucho la dulce melodía de una carcajada por parte de Adam.

-Estás muy violenta hoy, Adaline -dice divertido.

-Es más euforia que violencia.

-¿Y eso? -pregunta.

-Conseguí un nuevo empleo y la verdad me encanta -sonrío al recordar la sorpresa del señor Williams.

-¿En serio? Eso es algo bueno, supongo.

-Lo es -asiento.

En ese instante las nubes se abren y dejan caer sobre nosotros una lluvia tan espesa y tan densa que en menos de un minuto nos encontramos empapados desde la cabeza hasta los pies.

-¡Corre! -digo entre risas mientras echo a correr hacia mi apartamento con Adam a mis talones.

Recorremos las dos cuadras en menos de un minuto y busco con rapidez las llaves en mi bolsillo para resguardarnos dentro del cálido edificio.

-¿Es tu apartamento? -pregunta observando a su alrededor mientras caen gotitas de su ropa y su cabello que se van acumulando en el suelo.

-Así es -asiento-, si quieres podemos secar tu ropa. No te vayas a enfermar.

-Tienes razón -asiente-, gracias.

-El baño está por ése pasillo, hay toallas limpias -le señalo el camino.

-Es perfecto.

Mientras Adam se encarga de quitarse la ropa empapada yo me dirijo a mi habitación y me cambio rápidamente para meter la ropa en la secadora.

-Aquí está la ropa.

Pego un brinco al escucharlo a mis espaldas cuando dejo mi ropa en la secadora, y cuando me vuelvo para recibir sus prendas es aún más grande la sorpresa que me llevo al ver su esculpido cuerpo casi desnudo. Su pecho tan musculoso en sincronía perfecta con sus brazos, su cabello húmedo por causa de la lluvia, su abdomen perfectamente definido y la toalla que cuelga con suavidad de su estrecha cintura lo hacen parecer un dios griego.

-¿Disfrutas la vista? -sus palabras me sacan de mi ensoñación.

-¿Qué dices? Dame eso -le quito la ropa de las manos, la meto en la secadora y le programo el tiempo antes de presionar el botón de inicio-, ¿quieres comer o beber algo?

-Tal vez un vaso con agua estaría bien -asiente-, gracias.

Me dirijo a la cocina, saco dos vasos y los lleno con agua.

-¿Y vives por aquí cerca? -intento dejar a un lado el tema de su semidesnudez de la forma más sutil.

-No, en realidad vivo un poco lejos pero no importa -se encoge de hombros-, mi auto está estacionado por aquí cerca.

-¿Vives lejos y vienes hasta aquí sólo para correr por el parque? -que chico tan extraño.

-Se que es un poco extraño -admite con una sonrisa-, pero este lugar en particular me gusta mucho.

-Es lindo -asiento-, es tranquilo y no tiene una ubicación tan mala.

La ropa dura en secarse como unos cuarenta minutos y mientras tanto bebemos un poco de té y hablamos de cosas triviales sin importancia esperando que la lluvia cese.

-Espero no haberte molestado ni que tu novio se moleste conmigo -se disculpa mientras caminamos hacia la entrada del edificio.

-Descuida -niego-, mi inexistente novio no se enfadará contigo. Lo prometo.

-Es una lástima -sonríe coqueto-, yo estaría celoso.

¡¿Qué diablos?! ¿Realmente acaba de decir eso?

-Muchas gracias por el té y por la ropa, espero que nos veamos pronto -se despide dándome un beso en la mejilla.

Antes de que pueda decir nada se da media vuelta y empieza a caminar.

Me cuesta mucho poder dormir, mi cabeza da vueltas y viene a mi mente ese hermoso ser humano con un cuerpo espectacular que ama leer y tomar té. Es como salido de un cuento de hadas... o de un libro.

Al día siguiente me despierto tarde y en general hago las cosas a un ritmo muy lento. No tengo ganas de hacer nada que no sea dormir o quedarme en cama leyendo o tomar un largo baño relajante.



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En el texto hay: asesino, romance, suspenso

Editado: 06.06.2018

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