Hunter

Capítulo 6

Mis pulmones arden y el corazón se me va a salir del pecho pero no se si es por causa del entrenamiento o por causa de la sombra que me acecha.

Intento orientarme o al menos encontrar a alguien más caminando por ahí que pueda ayudarme pero... nada. ¿Por qué precisamente hoy tuve que salir a correr tan tarde? ¿Y por qué no hay gente por aquí a ésta hora? No es como si fueran las once de la noche, apenas van a ser las ocho y aun así no hay ni un alma a la vista.

Giro en una esquina hacia un estrecho callejón que me lleva al otro lado de la cuadra y me quito los audífonos y los guardo junto con el celular en la bolsa de mi short a como puedo sin dejar de correr.

Tal vez si intento regresar por donde vine me vaya mejor y consiga ayuda porque sin duda me vienen persiguiendo.

Las piernas ya no me dan y empiezo a tener severas complicaciones para respirar. Siento... siento que en cualquier momento voy a caer pero a pesar de eso intento mantenerme en movimiento y de pronto pienso, ¡Que tonta! He hecho el oficio en la casa y antes de salir a correr no me he tomado la molestia de comer absolutamente nada ni tomado una sola gota de agua. Es por eso que ahora mismo mi cuerpo no aguanta, por que he hecho mucha actividad física y no le he dado ni un poco de atención a lo más básico. Si Adam estuviera aquí me reñiria por estupi...

¡Adam!

Vuelvo a ver por encima de mi hombro y me doy cuenta de que he dejado atrás al sujeto que me persigue pero aun no me relajo. Saco el teléfono del bolso y busco su numero implorando que conteste.

Suena el timbre una y otra vez. Nada.

Intento de nuevo, vuelvo a marcar su numero y de nuevo me lleva directo al buzón de voz.

Pienso en que dijo que estaría fuera de la ciudad y que lo mas probable es que de nada me sirva llamarlo si está tan lejos pero al menos necesito una voz que me tranquilice.

Intento por última vez y después del cuarto tono escucho su voz.

-Hola, hermosa.

-Adam, necesito ayuda. Me persiguen.

No se si me ha escuchado bien porque me resulta difícil hablar teniendo un nudo en la garganta, a eso hay que sumarle que me encuentro con mis últimas reservas de aire y que voy corriendo.

-¿En dónde estás?

De repente su tono de voz ha cambiado y resulta intimidante. Se me hiela la sangre e intento desesperadamente ordenar mis pensamientos pero estoy muda.

-¿En dónde estás, Adaline-casi suena como una amenaza.

-No lo sé -respondo una vez que la capacidad de hablar ha vuelto a mi-. Me he salido de mi recorrido habitual y no tengo ni idea de dónde estoy.

Esto es estresante y sé que mi explicación no ha sido de mucha ayuda.

-Parece ser una zona comercial pero todo está cerrado, no hay nadie -murmuro al borde del llanto pero intento con todas mis fuerzas contenerme.

-Eso es, Adaline, dime todo lo que veas. Descríbemelo e intenta encontrar algo que se te haga familiar -escucho un ruido apagado del otro lado de la línea, como alguna clase de motor y entonces caigo en la cuenta de que debe venir manejando.

-¿Adam? -susurro sin apartar la vista del entorno.

-¿Si?

-Tengo miedo -y por fin lo suelto.

Tengo miedo y mucho. Decirlo en voz alta lo hace aún más tenebroso y las lágrimas son imposibles de controlar.

-No cariño, no te des por vencida. Sigue corriendo, dime qué más ves. ¿Hay algún letrero que puedas ver?

-Adam, estoy al borde del desmayo. No he comido ni bebido nada, me arden los pulmones -murmuro.

Me doy cuenta de que de hecho mi velocidad ha disminuido considerablemente dejándome en una clara desventaja.

-Quiero que hagas algo, activa tu localización en la parte superior de la pantalla de tu teléfono. Apresurate -apremia y noto un atisbo de ansiedad en su voz.

Hago lo que me ha dicho y cuando vuelvo a ponerme el celular al oído y veo por encima de mi hombro alcanzo a distinguir de nuevo esa figura masculina.

No se qué hacer, estoy empezando a entrar en shock y al no poder correr más me dejo llevar presa del pánico y entro en un callejón oscuro escondiéndome detrás de un contenedor de basura.

-Hay algo que debes saber... -hace una pausa- si de verdad te quieren asaltar o hacerte algún daño y has huido... lo único que has hecho es incrementar la excitación del momento. Te están cazando.

Rompo en un llanto silencioso.

-Adam, me he detenido...

-¿Qué? -ahora si parece haber perdido los nervios- No, Adaline sigue corriendo.

-No puedo correr más, no creo que pueda moverme. Estoy detrás de un contenedor de basura y...

-Sé que estás aquí -escucho una voz áspera viniendo del otro lado del callejón, por donde he entrado y mi cuerpo empieza a temblar.

-Adaline...

Corto la llamada y de inmediato pongo el celular en silencio. Si Adam o cualquier otra persona me llama le darían mi ubicación a este sujeto con mucha facilidad.



#49307 en Novela romántica
#12990 en Joven Adulto

En el texto hay: asesino, romance, suspenso

Editado: 06.06.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.