Huyendo al Amor

V

Llegaba tarde para el almuerzo familiar, Ariadna se había quedado con la señora Connor, entre al comedor de la casa de Colin, todos estaban sentados ahí

—disculpen la demora — dije — estaba algo ocupado

—tranquilo hermanito — dijo Colin — no eres tan importante como crees

—Colin — dije

—sé cuál es tu distracción — dijo — sobre todo sabiendo lo bonita que es esa distracción

—de ¿Qué habla? — dijo Josh — parece que habla en un lenguaje que nadie entiende, pero entendemos, ¿Qué es Elijah?

—Elijah, está saliendo con alguien, por eso últimamente anda en las nubes, no es así — dijo

—¿Cuánto te durará esta vez? — dijo Celeste, de mala manera

—me voy a casar así que, tú que crees — todos me miraron

—¿Qué? — dijo ella

—el tío Elijah se casa — dijo Domenica —¿con quién?

—con la hermosa profesora de Ben — el niño me miró herido

—te casas con mi novia — lo miré

—cielo, tu tío la cuidará bien, demasiado — dijo Colin — además puedes verla en secreto — le guiño un ojo — brindemos, por la boda de mi hermanito — alzó su copa — ya era hora, pensé que se nos quedaba soltero el muchacho — todos rieron menos Celeste

Al terminar la cena, decidimos pasar a la sala, Celeste me intercepto

—Colin quiere que nos divorciemos, sin pensión — la mire — sabes lo que significa

—adiós ropa y somníferos — dije

—Elijah, no debes casarte, yo me divorcie y podemos…— me aparte

—no, podemos, no hay un nosotros Celeste yo encontré a alguien que me hace feliz y creo que puedo ser feliz con ella — dije — ahora déjame pasar el tiempo con mi familia

Entre a la sala, y me senté junto a Ben a explicarle que no le quitaría a su profesora, el problema era cómo se lo diría a ella o como lo tomaría y como la persuadiría para que aceptara

 

Podía irme era libre de hacerlo, el doctor me había dado el alta, junto una linda foto de mi bebe, era la segunda, esta se la daría a Elijah, regrese a casa muy entusiasmada, esperando poder regresar a casa, hoy Elijah tenía una junta así que llegaría en la noche, lo esperé en el sillón, parecía muy feliz cuando llegó

 

—tengo buenas noticias — dije

—en serio, a ver cuéntame las — dijo

—lamento ser tan descortés, pero estoy muy feliz, como te fue — él me miró

—bien por decirlo así — dijo

—ten — le entregué la foto de mi bebe

—él es — asentí — es niño o niña

—no se ha dejado ver aún — dije — es algo necio — rio

—y la otra es que ya puedo irme a casa — dije, su rostro se transformó — podré irme mañana en la mañana, regresaré a casa — dije

— eso es lo que quieres — lo mire dudosa

—pensé que era la idea desde que llegué — dije

—¿quiero que te cases conmigo? — lo mire asustada

—¿Qué? — dije

—¿quiero que te cases conmigo? — lo volvió a decir — es lo mejor

—¿lo mejor para quién? — no dijo nada — sabes que lo último que quiero es un matrimonio como el de mis padres

—y quien dijo que será así — lo mire

—y quien dice que no, tú no me amas y yo tampoco, esto es una locura — dije, ¿lo amaba?, realmente lo amaba quería que él sintiera lo mismo, pero sabía que nunca podría amar a alguien como yo, pobre y para él una aprovechada lo único que podía hacer era resignarme, a su odio y ahora a sacrificarse por el hijo que cree que no es suyo

—quiero que mi hijo nazca en un hogar, con unos padres — lo mire

—ni siquiera crees que este hijo sea tuyo — lo mire — ¿qué tal si no es así?

—no me mientas Adriana, sé perfectamente que eras virgen cuando estuvimos juntos — lo miré alarmada — para bien o para mal tú y yo somos los padres de ese niño

—no, puedo hacer esto Elijah, yo no sería feliz — lo miré — no me hagas esto

—hazlo por el bebé — dijo

—eso es egoísta— dije

—no, egoísta es que pienses en ti antes que en la felicidad de tu hijo, que le dirás, cuando pregunté por qué su padre no está, o porque solo lo tiene que ver una vez a la semana, o porque no lo ve nunca, mentiras o simplemente le dirás que no está porque tú decidiste que fuera así, porque te negaste a hacerlo, le negaste tener una familia — lo mire y me aleje un poco, comencé a llorar — sabes que te puedo quitar al niño y tú serás la que lo ve una vez a la semana

—no, por favor — dije

— entonces acepta — dijo

— es que este es un castigo por parte de ti, por esto, nunca quería que esto pasara, nunca quería estar esa noche ahí, lo siento, es lo que quieres escuchar, no quería salir embarazada, no quiero tu dinero, es lo último que quiero piensa todo de mí que esto es un truco, no me quites a mi hijo — lo miré con lágrimas en los ojos, Elijah no podía ser tan malo, tenía corazón lo había visto, era eso lo que me gustaba de él, podía ser bueno, podía amar, además me gustaba la forma en la que me miraba — Elijah

—serás libre de hacer lo que quiera, ir a donde quieras, estar con quien quieras — susurró la última parte — no te quitaré al niño, no, solo debes aceptar o créeme que moveré cielo y tierra para que ese niño te odie, por no dejarme estar en su vida

Me senté en el sillón, no podía ser libre, o tal vez lo sería, pero no como antes, yo lo amaba y tendría que vivir ese sentimiento para siempre y en silencio como papá y él sería mi madre, sería así de cruel con mi hijo o lo amaría

—ser infeliz es mi castigo ¿verdad? — él me miró — está bien lo haré, con una condición — dije — prométeme que todo el odio que sientes te lo desquitaste conmigo y no con mi hijo

—lo que tú quieras — dijo — nos casamos en dos semanas, podrías invitar a tu familia

—estás bromeando — dije

—pensé que no sé, se los puedes restregar en la cara — dijo

—contrario de ti, tengo sentimientos y dignidad, me iré a la cama — me limpié las lágrimas

— contrataré a una organizadora de bodas — dijo




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