Huyendo al Amor

XIV

Noche de películas Ben y Domenica estaban ya de vacaciones de navidad al igual que yo, estaba esperando a la otra tanda de palomitas así que puse hielo en un vaso, Elijah seguía en Londres regresa mañana, lo extrañaba tanto, nunca pensé que despertar y ver el otro lado de la cama vacío me hiciera sentir tan triste, pero así era, dormía con una de sus rameras y una chompa con el logo de la universidad de Harvard que encontré en su armario, saque la jarra del agua cuando sentí una punzada en mi vientre deje la jarra en la encimera, la punzada se hizo más fuerte que me hizo soltar el vaso este callo y se rompió y el hielo se esparció, en pantalones sentí un líquido recorrer mis piernas en ese momento Amelia se acercó

—estás bien cariño, no te muevas — el dolor regresó otra vez y me moví un poco — no te muevas Ariadna puedes lastimarte — no llevaba zapatos solo calcetas

—yo … — ella me miró y le mostré mi mano que estaba mojada

—Dios mío, Josh, ven rápido — él se acercó — tómala y llévala a la habitación debe cambiarse, no llores linda — no me di cuenta de que estaba llorando — Josh que ya va a nacer el bebé — dijo, él no reaccionó — Josh él me llevó a la habitación

—tenemos la maleta — escuché que grito Ben — estaremos en el auto

—llama a Elijah — le dije a Josh, él salió por su teléfono lo que me dio tiempo para cambiarme, el regreso con el teléfono

—Elijah — dije

—linda como lo siento — dijo

—lo prometiste — dije al borde del llanto — esto no te lo perdonaré— llegó otra contracción

—linda, respira intentaré llegar lo más rápido posible — no dije nada y Josh se puso al teléfono

— la llevaremos al hospital te informaremos de todo — dijo y colgó — venga vamos, ¿puedes caminar? — asentí — no llores, él no lo hizo a propósito

—no puedo dejar de llorar — sonrió

—venga debes ser fuerte — vamos

 

Amelia se adelantó y pido una silla de ruedas me llevaron a la habitación donde me puse una bata y me acosté en la camilla, las contracciones eran leves y después se volvieron más fuertes, tanto que a veces lloraba, mi padre, los chicos y Josh no sabían qué decir para hacerme sentir mejor, mientras que Amelia tomó mi mano y me ayudaba a respirar y me informaba cuando venía otra, no sabía cuanto tiempo había pasado, pero dolía tanto, cuando la enfermera me ofreció la epidural no dude en aceptarla, la doctora entro y revisar que tan dilata estaba, miro el reloj y después la máquina y miró a Amelia

—ha pasado mucho tiempo y aún no está dilatada, algo está mal — la miré

—¿Qué pasa? — dije

—Ariadna debo prepararte para una cesárea, ya deberías estar dilata y si no saco al bebe ahora puede que…

—no, negué, tal vez si pujo — ella negó

—puede estar mal algo, la placenta se rompió hace mucho, debe ser ahora — mire a Amelia y ella asintió

—está bien — dije

—regreso en cinco minutos — miro a la enfermera — alístela para quirófano y llame para informar que vamos — ella salió

Amelia junto con la enfermera me ayudaron a alistarme.

—tengo miedo — dije, ella solo me sonrió

—mira quien está ahí — mire a donde me señaló y vi a Elijah venía corriendo hacia mí, se acercó a mí y tomo mi mano

—cariño disculpa, te iba a dar la sorpresa, pero habido un accidente y no podía llegar lo siento nunca me perdería el nacimiento de nuestro hijo — él sonrió y empecé a llorar

—¿pero qué pasa? ¿A dónde la llevan? — dijo mirando a Amelia

—¿usted es el esposo? — pregunto una enfermera

—si — respondió

—bien tenga cámbiese entrará con su esposa — miró Amelia y se sacó el abrigo y ella comenzó a ayudarlo — está en camino

 

Maldije al avión, al aeropuerto, al maldito tráfico, tenía que llegar a ver a mi hijo, Colin llamar al helicóptero para qué nos llevará, llegamos y estaban sacando a Ariadna de su habitación, no sabía que pasaba me hicieron ponerme un atuendo de doctor e ir con ella al entrar le suministraron anestesia y le preguntaron si no sentía cómo le abrían el vientre, tome su mano ella solo me miraba a mí, me acerque a ella y comencé a susurrarle para que estuviera tranquila, hasta que ese sonido inundó mis oídos, el llanto de mi hijo, la doctora me llamó y me dio las tijeras para cortar el cordón puso a mi hijo en una manta y se lo llevaron, me acerque a Ariadna, ella me miró

 

—es un niño — dije, ella sonrió, la enfermera se lo acerco y ella lo miró — ¿cómo lo llamaremos? — ella me miro, la enfermera se llevó al niño

—Elijah — sonreí y aunque no podía verlo sabía que se notaba, esa vez que se lo dije lo había dicho de broma, pero al parecer ella se lo tomo muy en serio

 

Las máquinas comenzaron a sonar y ella cerró los ojos, mire a los médicos

—¿Qué sucede? — dije

—señor debe salir de aquí— dijo la doctora

—¿Qué sucede? — volví a preguntar

—sáquelo— las enfermeras se apañaron para sacarme

 

No pude entrar de nuevo, tuve que sentarme a esperar que alguien me viniera a informar, pero nada, alguien se paró frente a mí alcé la vista de inmediato era Colin

—¿Qué pasó? — negué

—no sé, estaba bien y de repente todo comenzó a sonar y me hicieron salir — Amelia estaba con él

—preguntaré — dijo ella y yo asentí

—debe estar bien hermano ya verás — se sentó a mi lado

 

La doctora apareció con Amelia y me puse de pie

 

—¿cómo está mi esposa doctor?

—ella está bien, algo débil, perdió algo de sangre, pero estará bien, es mejor dejarla que descanse — asentí, pueden ir a verla en su habitación

—muchas gracias — dije, estreche su mano — mi hijo está bien

—el pequeño Elijah está bien, tiene un peso excelente y unos buenos pulmones, estatura perfecta — felicidades

—gracias — dije

 

—¿A dicho Elijah? — dijo Colin — ya quiero conocer a ese niño




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