Huyendo al Amor

Epílogo

Baje del taxi y cruce la calle, mi celular sonó y conteste

—hola — dije mirando el número 

—mamá dónde estás te estamos esperando — dijo la otra voz a través del teléfono — ven rápido

—camino lo más rápido que puedo — dije

—pues me voy a comer tu helado

—Elijah te dije que no podías comer golosinas antes de la cena — no escuche nada al otro lado

—pero si yo no he comido helado — hice una mueca

—ustedes dos, ya verán cuando llegue — dije

—apresúrate — dijo mi hijo y colgó

El pequeño Elijah era igual a su padre, desde la punta de la cabeza hasta la punta del dedo pequeño del pie era una copia idéntica, yo solo había puesto mi panza para que naciera y con su padre eran un terror sabían cómo molestarme, su papá era el que lo mimaba yo era la mala, me hacía caso y se ponía muy triste cuando su padre lo reprendía, pero después ya estaba ahí par de dos, eran como dos niños.

Los pude ver de lejos sentados en una banca me acerqué a ellos los dos estaban comiendo helado

—acaba rápido antes de que venga mami — le decía padre a hijo — después te limpias tienes helado por toda la cara

—crees que mami sé dé cuenta — le pregunto mi hijo a su padre

—claro que se dará cuenta, a menos que haya una camiseta que no esté manchada — dije parándome enfrente de ellos, Elijah me sonrió

—amor, te estábamos esperando te compre helado de mora — lo tome, miro la camiseta de su hijo

—pa, creo que me ha ensuciado — le dijo

—creo que si compañero — dijo él, abrí mi bolso y saque las servilletas, le limpió la cara y las manos saqué una bolsa donde tenía una prenda extra y se la di a Elijah le saque la camiseta sucia y le puse la limpia

—gracias mami — le arregle el cabello y terminó el helado le quite palito y limpie los últimos restos de helado

—ahora si mi hijo está limpiecito — dije y comencé a darle besos por toda la cara, él se removía

—mamá, no, mamá que estoy grande para besos — lo mire

—¿cómo que grande? — dije y Elijah sonrió los dos al mismo tiempo tenían la misma sonrisa, lo peor es que era la misma

— ve a jugar hasta irnos — me senté alado de Elijah y me dio el helado otra vez — se va a derretir

—si no come será tu culpa — dije

—llegas tarde— dijo

—si lo sé he tenido una reunión ya sabes al jefe de mi jefe le gustan las fiestas — él sonrió — de que es el tuyo

—mora — dijo

—no habido de coco — negó — pensé que tenías una reunión

—si la tuve, por eso estoy aquí Colin Y Josh se han hecho cargo de casi todo estos últimos años mientras yo pasaba con ustedes, pero creo que es hora de regresar a la normalidad

—¿de qué hablas? — pregunte

—retomar mis responsabilidades, más reuniones…

—llegar de noche, lo sé — dije — te arrepientes — él me miró, había cambiado su vida tanto o más que la mía, pero si se arrepentía ahora habría valido la pena todo esto, claro que si mi hijo lo vale o por lo menos para mí

—Ariadna, ¿cómo me puedes preguntar eso? — sonrió — no he sido más feliz en toda mi vida desde que te conocí — me arrime — tengo que viajar a Londres había pospuesto esto porque Elijah era muy pequeño, pero ahora, podrán ir conmigo cuando las clases acaben

—tu cómplice lo sabe — negó

—se lo diré esta noche — dijo, le combiné de mi helado — pensé que te gustaba

—si, pero no tengo ganas de helado — dije, él me miro

— está bien — dijo y se lo comió él

—será mejor que nos vayamos — dije él asintió y nos pusimos de pie — Elijah ven nos vamos, Elijah

—estoy aquí — me abrazo mi esposo por la espalda

—ustedes dos — dije

—papi, ¿Por qué no le haces caso a mamá?— dijo mi hijo en son de broma

—venga vamos, y los dos tendrán problemas si no comen la cena — dije

El pequeño Elijah vino corriendo y le dio la mano a su padre y a mí.

No quería que su padre se fuera y estaba sentado sin hablar hasta que su padre dijera que se quedaba, mire a Elijah y él no dijo nada se acercó a su hijo y comenzó a hablar con él, parecía que no llegaban a un acuerdo, hasta que el pequeñín se lanzó a los brazos de su padre, parecía que todo iría bien.

Estaba en la cocina guardando todo y poniendo la comida para cuando llegara Amelia, comencé a cortar un poco de fruta, cuando escuche pequeños pasos.

—mamá — me di la vuelta y lo senté en la encimera, tome una fresa y se la metí en la boca —¿Por qué? Papá debe irse — seguí cortando fruta

—no se va a ir, él tiene que trabajar, cuando tú aún no nacías él viajaba y se iba a resolver problemas, él es muy importante y hay otra gente que lo necesita, pero regresará, además nos va a llamar — dije él me miro con su carita dulce, se notaba que había estado llorando —¿manzana? — asintió

—mami — lo miré — tú extrañas mucho a papi cuando se va — asentí

—mucho — dije

—y ¿Por qué dejas que se vaya? — lo mire

—mi hermoso Elijah, tengo su réplica aquí conmigo además a papi le gusta mucho hacer lo que hace si le decimos que no lo haga se pondrá triste, a ti te gustaría que tú no pudieras dibujar — negó

—papi, tú nos vas a extrañar — me di la vuelta y ahí estaba Elijah

—demasiado, me voy a sentir muy solo sin ustedes dos — tomo en brazos a Elijah — pero hablaremos por video y podrás irme a haber cuando salgas a vacaciones y después regresaré no me voy a demorar mucho — él asintió y se bajó

—voy a ordenar mis juguetes antes de que la tía Amelia vega — salió corriendo a su cuarto, Amelia, Josh, Colin, sus primos lo mimaba, claro que lo incentivaba, pero eso no está bien — seguí cortando fruta

—me vas a extrañar mucho — dijo Elijah

—demasiado — dije, me abrazó por la espalda — pero tu hijo más

—así que tienes una copia idéntica — sonreí

—no sabes cuanto, es como una réplica — sonreí




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