Huyendo del Amor

¡WOW!

Antes de ingresar a la empresa me detengo un momento a mirar la imponente entrada, todo un edificio compuesto por pisos y pisos de cubículos, oficinas y diferentes secciones, jurídicos, reclamos, cobranzas, ventas y posventa son algunos de los sectores que más empleados tiene, mi piso de hoy es el 10, allí se realizan las capacitaciones. Estoy nerviosa, siento como mis manos sudan. Me encantan los desafíos sí, pero eso no quiere decir que no me agarren ganas de huir, de escapar cada vez que se me presenta uno. 

Durante el tiempo que estemos en capacitación los chicos deben aprender sistemas que ni siquiera yo, luego de dos años, terminó de conocer, Eso es lo excitante, ese es el desafío, y lo lograré. 

Un hondo suspiro escapa de lo más hondo de mí antes de caminar con determinación y paso firme hacia la entrada

-Buen día- Saludo a la recepcionista y ella responde con un asentimiento de cabeza, aquí casi nadie me aprecia y por mí esta bien, con un trato formal me conformo. No me interesa crear vínculos con nadie. No es mi fuerte. 

-Hola Norma, felicitaciones nuevamente por tu ascenso, sígueme. Te voy a presentar a los candidatos del que va a ser tu equipo de venta- Se supone que hay diez candidatos de los cuales puedo elegir quedarme con 5 o 7. 

Nos detenemos un segundo en la puerta y solo puedo pensar “Bueno, aquí vamos”. 

Hoy decidí vestirme un poco más formal de lo que acostumbro. Dicen que como te ven te tratan y por las dudas prefiero dar una buena impresión.

Un traje de vestir negro con pollera ajustada hasta las rodillas acompañado de una camisa azul oscuro  con un pequeño corte al costado y unos tacos lo suficientemente altos para estilizar mi figura componen el atuendo que creí acorde a mi nuevo cargo. Me encanta mi cabello así que lo dejé al natural. No tengo mucho frizz y el tono castaño posee pequeñas mechas naturales un poco más claras aquí y allá que le dan un toque muy lindo, el largo hasta la cintura cae a los costados de mis hombros dejando a la vista esas hondas dignas de un buen peluquero que se forman dejando secar mi pelo sin secador. 

No me maquillo casi nunca pero hoy algo de rimel y lápiz de ojos consiguen que mis ojos se vean más grandes y resalten pareciendo de un marrón aún más profundo. 

Vuelvo a respirar hondo e intento que José no se percate y fallando olímpicamente en el intento. Me guiña un ojo y sé que con eso me está diciendo “todo va a estar bien”

Al ingresar a la sala de juntas veo a un grupo bastante diverso, todos los colores de piel, y alturas altas, medianas y una mujercita diminuta que me causa ternura.

Conté en total nueve personas, cinco hombres y cuatro mujeres. No me interesa ni su fisico ni su género, lo único que me quiero es que les deseen trabajar y den todo de sí. En mi nuevo cargo voy a buscar a los mejores y, al contrario de lo que diga la empresa, si creo que los diez van a ser bueos vendedores, pues los dies se quedarán conmigo y punto. Así josé ponga el grito en el cielo. Una vez que vean resultados no podrán quejarse y aceptarán que un buen empleado permanezca con nosotros. La fuerza de venta siempre puede ser mayor, es la base de la  empresa. 

Sin embargo no veo a diez personas sino 9, espero que el candidato que falta tenga una muy buena explicación o que ni siquiera se resente. No me gusta la gente impuntual aunque no soy una loca obsesiva con eso, creo que una persona puede ser muy buena trabajando pero mala calculando el tiempo, así que le daré una oportunidad sea cual sea el caso. 

-¡Buen día!- Escucho a mis espaldas y espero que continúe, pero se escucha bastante agitado, parece ser que pertenece al grupo de individuos que es malo calculando el tiempo, ojala sea mejor vendedor.- Perdón- jadeo-por la demora- Jadeo.

¡Valla que corrió! Yo continúo dándole la espalda, observando la manera en que reacciona el grupo, el compañerismo es esencial pero el hecho de que nada te distraiga lo es aún más.

Estaba tan ensimismada observado la reacción de los candidatos,  cara de sorpresa en las chicas y burla en los chicos, que no me di cuenta cuando José, el gerente y mi jefe “adorado” carraspeó queriendo llamar mi atención; Dicen que un buen trabajo sin un jefe al que odias no es trabajo, así que siempre intento odiarlo pero fracasó estrepitosamente en el intento. Me rio mentalmente, sin prestarle atención aún hasta que me toca el brazo llamando mi atención indiscutiblemente. Decido girar por fin lista para recibir a  nuestro primer rebelde.

Al girarme y como nunca, léase bien, NUNCA en mi puta vida me quedo en blanco. Creo que mi cara debe tener un gesto muy gracioso, aún así nadie dice nada, estoy de perfil, sé que tengo los ojos de 11 personas sobre mí justo ahora pero no consigo reaccionar.

WOW es todo lo que pasa por mi mente al ver al hombre frente a mí.

Alto, con músculos muy, muy marcados a través de ese buzo negro que se ajusta perfectamente a su torso y brazos, no es uno de esos gorilas que te causan miedo, es más bien uno de esos hombre que no tendrian que existir, que escapó de la fantasia de alguna mujer loca que se imaginó hasta el más mínimo detalle, uno de esos hombres que solo se pueden encontrar en tus libros favoritos. 

Ojos grises, mandíbula fuerte y con el cabello corto. Maldición sus labios son el pecado mismo, gruesos hasta el punto justo para no parecer afeminado, ni siquiera un poco. 

Valla que la supiste hacer Jose, maldito. 

 




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