Huyendo del Amor

¿Es una Broma?

Creo que este silencio incomodo lo estaba poniendo nervioso incluso a èl porque no se quedó callado por mucho tiempo.

-Sé que no debí haberme acercado de esta manera pero no sabía cómo llamarte, llegué un poco tarde y no alcancé   a escuchar tu nombre. Juro que estuve atento todo el día pero nadie lo dijo- Intento recordar todo lo que había pasado esforzándome en saltear los momentos màs vergonzosos, pero no puedo evitar que el color en mis mejillas se acentúe un poco más. Tiene razón. Entre mis intentos por apartarme de él que me intimidaba con su intensa mirada y el hecho de que sus compañeras lo devoraban con la vista cada que podían estuve centrada en que el dia de hoy pasara rápido. No interactue demás con nadie, me centre en dar información sin permitir que ellos se atrevieran a interrumpirme. Debo trabajar en ello y más aún entender que este joven debe necesitar el trabajo tanto como yo. No puedo solo exigirle que se marche por algo que me está pasando y que ni siquiera yo entiendo. 

-Norma-digo sin mucha ceremonia, y lo que digo a continuación si bien es producto de los nervios me hace quedar como una completa pedante, pero quizá es mejor así, a demás él se lo buscó. Eso creo. ¡valla, que ya dije que no entiendo mucho de estas cosas pero es que consigue sacarme de casillas!

-Que bello nombre- ¡Lo ven! ¡él se lo buscó!

-Mire Axel, sé que es su primer día y no sabe cómo funcionan las cosas aquí pero soy su jefa inmediata y  le voy a pedir que se dirija a mí como tal. Norma es mi nombre sí, pero no me tutee. Soy su su aliada en el trabajo, de eso no le quepa duda, pero no somos ni seremos amigos. Espero que le quede claro.- él ya estaba un poco mejor y en silencio se pone de pie, maldita sea que es alto, y fuerte y bello y… ¡maldición otra vez no! maldigo parra mii interior e intento recomponerme lo más rápido posible pero al parecer el tipo aquí en frente mío es demasiado observador y lengua larga para dejarlo pasar.

Se acerca un paso a mí y yo retrocedo, sé que no debí haberlo hecho, pero no puedo controlar mi cuerpo. Es todo muy reciente para mí, quizá mañana ya no me parezca igual de impactante.

Una mirada calculadora aparece en su rostro, es como si estuviera decidiendo cual sería su próximo movimiento, como si esto fuera una partida de ajedrez y fuese su turno. 

Se acerca un paso más y esta vez junto toda la fuerza de voluntad que poseo para mantenerme en dónde estoy, no pienso retroceder de nuevo. Pero ¡vaya! que me costó y por supuesto no me salió gratis; mi maldito rostro está encendido a fuego vivo e incluso con lo oscuro del estacionamiento mi nerviosismo se puede ver desde el otro lado del edificio.

Emite un hondo suspiro hondo antes de hablar, mi mirada desafiante lo reta. No es mi mejor día y más le vale cuidar sus palabras.

-¡Valla Norma! cualquiera diría que tiene un problema personal conmigo-Hijo.de.puta ¿habré escuchado bien? el latir veloz de mi corazón que hoy parece haber amanecido demasiado loco y atontado se acelera y golpea tan fuerte en mi pecho que deseo huir, él se tiene que haber dado cuenta. Pero igualmente, como si de la  mejor hipócrita se tratara me atrevo a preguntar con la voz más firme y altanera que consigo:

-¿Qué?-

He visto mucho en internet la frase aquella de que cuando una mujer te dice “¿qué?” en ese tono y  con esa mirada, no es que no te ha entendido, es que te está dando la oportunidad de arrepentirte y cambiar tus palabras. Espero que él también halla leído quella frase, porque nunca antes había estado tan acertada. 

-Norma, tu eres-¿ES SORDO? ¡NO QUIERO QUE ME TUTEE! De nuevo le doy una oportunidad pero mi mirada es asesina, completa y realmente asesina. ¡Maldito imbésil!. Pone las manos a modo de rendición.

-Bueno, bueno, perdón. Usted es la mujer más bella que yo he visto- ¿qué? ¡esto tiene que ser una MUY mala broma de josé!.

Su voz es casi un susurro, uno muy bajo y sensual. Uno que consigue erizarme el vello de la nuca, aún así mis ojos estan por salirse de sus órbitas por la impresión. No digo nada y espero que se retracte inmediatamente, antes que aquí se cometa un crímen. ¿quién va a cometer el crímen? ¡pues yo!¡Sí señor!

-No, no me mire así. Yo sé que usted también se sintió de una manera extraña nada más verme, yo sé que ahora su corazón late tan rápido y fuerte que consigo escucharlo y maldita sea que me vuelve loco, completa y absolutamente loco. -no sé si echarme a reír de pura frustración o solo gritar para que paren con esta maldita broma. 

Mi cara debe ser una mezcla loca de nervios, enojo y anhelo. Sí, anhelo. Porque así este hombre ahora quisiera todo conmigo, así yo le deseara con mayor fuerza de lo que ya hago igualmente le rechazaría. 

Mi corazón se estruja  al pensar en aquella hermosa palabra teñida de nostalgia, aquello que quieres y no puedes “anhelo” añoranza de ser normal, queriendo rendirme ante los cuentos de hadas y soñar con ellos, pasarme la vida buscando al hombre ideal, creer en el amor. No tener rotos y deshechos todos y cada uno de los sentimientos que impulsa a alguien a encerrarse en esas ilusiones cortas que terminan estallando en sus caras cual misil de guerra.

Axel se acerca aún más y yo, testaruda como siempre, me niego a moverme de mi lugar, es mi  único rastro de dignidad el dia de hoy, si es que algo me queda.

-Norma…

 




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