5:30 am.
Mi despertador sonó hace media hora y aún no me levant. Mi despertador sonó hace rato ya y yo aún no me muevo.
El miedo me tiene presa en la cama. Decidiendo si prepararme para ir a trabajar o quedarme allí como la cobarde que soy. Completamente lejos de todo el peligro, completamente lejos de aquel extraño individuo de ojos hechizantes y voz sensual.
5:45 AM
Creo que mi parte cobarde es la que va a ganar esta vez. Yo puedo lidiar con muchas cosas menos con esta. Sé que es algo extremista pero, para que se logre entender mi nivel de miedo puedo decir que es como si a una persona con fobia a las arañas le obligaran a convivir con una; a acariciarla todos los días. Como si tuvieras que enfrentar tu peor temor sin siquiera avisarte que esto pasará.
Nunca lo admitiré en voz alta pero tengo miedo. Mucho miedo, creo que lo mejor es quedarme aquí y evitar todo lo que pueda pasar. Tapo mi cabeza con una almohada y ahogó un grito ahogado, uno cargado de frustración y dolor. En ese momento y como enviado del cielo con la capacidad de leer la mente, mi celular suena con un ringtone distinto al de todos mis contactos.
Es Jose. ¿qué ahora es psíquico o algo parecido?
-Creo que estoy algo indispuesta esta mañana- Digo nada más contestar. intento dar un poco de fuerza a la mentira fingiendo una tos que haría querer llorar a cualquier actor ¡por lo menos lo intente!
Definitivamente esto de las mentiras no se me da nada bien y menos con la única persona que puedo decir me conoce casi bien.
Una risa resuena del otro lado de la línea.
¿Había mencionado que quisiera odiar a mi jefe? pues en esta ocasión creo que casi lo logro, más aún cuando esa risa se transforma en una carcajada. ¡Una carcajada! ¡maldita sea! ¡tengo que hablar seriamente conmigo misma!
¿qué acaso ahora me veo y me escucho como un payaso o algo parecido? porque yo no me he enterado siquiera.
-¿LLamaste para que te de mi opinion sobre tu risa o es que desayunó payaso el jefecito?-Acabo de decidirlo, por si no estaba segura, ahora sí que lo estoy. Ni muerta me muevo de esta cama. ¡Última palabra! pongo mi mejor cara enfurruñada ¡como si alguien me pudiera ver!.
-Es que-risa-no lo puedo creer-carcajada.
Él continúa riendose como si acabara de escuchar el mejor chiste de la historia y yo aún no entiendo de qué mierda está hablando. Pero no llego a preguntar porque él mismo responde mi pregunta no formulada, no sin antes dejarme muy en claro que hacía un enorme esfuerzo por contener la risa-Ustedes las mujeres son medio brujas o mi mujer se equivocó de profesión, creo que la voy a obligar a estudiar psicología-¿Seré yo la única boba que sigue sin entender de qué habla? pequeñas risitas salen por el auricular mientras mi amigo, sí, dije amigo. Porque ya no sé qué otra excusa poner para llamarlo de otra manera, me explica en detalle por qué tanto show. ¡quiero que me trague la tierra!
-Patricia me obligó a animarte, dijo y cito: “ella no va a querer saber nada de trabajo hoy, es todo demasiado nuevo y debe tener miedo, debe sentirse confundida” yo no le creía pero- arga la letra “e” como si con eso lo respondiera todo.
¿Tan predecible puedo llegar a ser? ¡lo sabía! acercarme a ellos no fue buena idea, debí mantenerme alejada mientras tuve oportunidad. No quiero que se metan en mi vida, no quiero que opinen. No quiero que quieran ayudarme. No me interesa. Yo sola puedo, no los necesito. No necesito a nadie. Estoy por cortar la llamada y olvidarme de todo, trabajo, "amigos" y, sobre todo, hombres que me quieren volver loca.
Esto hasta que josé dice lo que me deja de piedra, sin saber qué hacer o qué pensar.
-Bueno en realidad eso y más fue lo que me dijo, pero no viene al caso Norma, abreme la puerta tenemos que hablar.
¿QUÉÉÉÉÉ?¿ESTÁ AQUÍ?
NO-TE-LO-PUEDO-CREER.
¡Maldición! ¿y ahora qué carajos voy a hacer?
Editado: 09.10.2023