-¡Está bien! ¡como sea! soy todo tuyo- flexiona ambos brazos hasta dejarlos tras la nuca recostando se de lleno en el respaldo del sillón.
¡Dios! ¡es malditamente insufrible! mi mano mental restrega mi cara mental con resignación.
-Y en la oficina se preguntan por qué sigues soltero- hago el comentario tan rápidamente que ni un rayo podría haberlo frenarlo. Mi cara cambia de color en el instante que escucho aquella estupidez saliendo de mis labios. Roja tomate radioactivo, un nuevo color descubierto gracias a la vergüenza que acabo de pasar, al parecer una nueva costumbre cada vez que este tipo se cruza en mi camino.
Ahora me mira con una media sonrisa y ¡Claro! la infaltable ceja arqueada. ¡que sí maldición! ¡que ya sé que dije la mayor estupidez del siglo pero no es mi culpa!¡eres tú!¡maldición eres tú! que consigues ponerme nerviosa y hacerme decir y hacer estupideces. ¡uffffff! No sé quién se ha vuelto más insufrible si Axel o la mini conciencia imaginaria que me hace sentir aún más humillada.
-mmmmm, no. La verdad algunas de mis compañeras se han mostrado muy interesadas en el puesto.
-¡Arghh! que tipo insufrible- me quejo poniéndome de pie- Empieza con esas curaciónes de una vez. En un rato vuelvo a ver cómo va todo- cierro la puerta de mi habitación y me desparramo en la cama. Espero que se de prisa con esa curación, me pone nerviosa tener gente en mi casa y más aún a este individuo en particular. Lo único que quiero es mantenerme alejada del mundo entero y de la gente entrometida pero, sobre todo, lejos de hombres como éste que, a pesar de ser un imbécil, consigue hacer tambalear mi cordura ¡Mi bendita estabilidad emocional!.
Observo fijamente el techo blanco intentando hallar allí un poco de calma. Me concentro observando ese pulcro blanco, preguntándome por qué la vida no puede ser así, toda igual, de un mismo color. ¿Por qué no podemos tener calma y seguridad? ¿Por qué las cosas no son "blancas" o "negras"? ¡Maldición! Por qué vivimos en la constante búsqueda de un tesoro inexistente como es el "amor"?
Mi mente empieza a divagar entre recuerdos, deseos y reclamos al cielo. En algún momento entre los quejidos en la sala y la voz de mi conciencia caí dormida.
La luz que se filtraba por la ventana me despertó, pensé que era tardísimo, pero al comprobar el reloj en la mesita de luz descubro que aún puedo dormir unos diez minutos más. Cierro los ojos un instante, pero la imagen de unos hermosos ojos grises me recibe nada más hacerlo, recordándome que hay un extraño en mi casa. Decido echar un vistazo en la sala para ver si Axel se fue, ¡Nop!
Está dormidote en una posición muy extraña; mi rostro se ladea involuntariamente intentando descifrar cómo puede seguir durmiendo ante semejante incomodidad. El sillón no abarca el largo de su cuerpo por lo que casi toca el hombro con su cabeza que está torcida ¡No me quiero imaginar el dolor de cuello! un brazo escondido casi completamente bajo su espalda y una pierna flexionada junto al sillón como soporte, otra colgando tras el respaldar del pobre sillón que estaba demostrando su buena calidad resistiendo muy bien el peso de un hombre con semejantes proporciones.
Pienso en despertarlo, pero en caso de que se siga sintiéndo mal no quiero tenerlo deambulando por la casa mientras yo estoy desnuda en el baño. Decido darme prisa, me encierro con llave en el baño, no que desconfíe de él, pero como dice el dicho "mujer precavida vale por 2"
Rápidamente me desnudo, abro la ducha y ¡Ahhh Maldición!
No puedo callar un grito cuando el agua toca mi piel.
¡Por supuesto señoras y señores!¿adivinen quién no esperó que el agua se caliente? Es que ni siquiera está a temperatura ambiente. Está helada ¡Helada!
No me desperté tarde pero igual estoy a las corridas. ¿Culpa de quién? ¡Del insufrible! ¡Como todo lo que me pasa últimamente! SU-CULPA.
Odio estar a las corridas. Ya soy olvidadiza de por sí. Imaginense que lo que se puede esperar de un olvidadizo crónico cuando está apurado.
Cuando salgo del agua, o mejor dicho cuando intento salir del agua me doy cuenta que, obviamente, había olvidado algo.
Miro al cielo, bueno al techo, entrecerrando los ojos. ¡¿Es en serio?! Esto no parece mi vida, alguien cambió el guión y debe estar divirtiéndose a lo grande ¡En serio! Es como si alguien allí arriba estuviera enojado conmigo, muy enojado, como para encerrarme en este juego macabro donde todo está en mi contra.¿Y ahora cómo mierdas salgo? !ohhh! por si no lo mencioné antes. Yo, como toda experta en estas cosas de tener visitas en casa (modo sarcasmo activado) tengo un par de valdes en el baño dónde pongo lla ropa sucia, de color y blanca. ¿No se imaginan de qué están llenos esos valdes? ¡si, claro! como toda mujer eficiente, cada uno tiene el jabón y el agua indicados según su marca ¡y antes de que alguién pregunte! Si, uso un jabon distinto pra cada cosa, mantener los blancos y restaurar el color. Dia de por medio saco la ropa y la labo manualmente en la bañera ya que hace unos días se rompió el lavarropas. ¡Que suerte! Quiero llorar de frustración, pero recuerdo que Axel sigue dormido así que decido salir.
Rezo porque Don “soy un ser demasiado atractivo” no haya despertado aún.
Cubro o intento cubrir mis pechos con el brazo derecho mientras que mi mano izquierda cubre bajo las caderas. hay un pequeño pasillo que te lleva a la sala, el sillón no queda visible. ¡Gracias a Dios!
Y aunque con la suerte que llevo últimamente ya me esperaba que sucediera lo de a continuación, una pequeña parte de mí rogaba porque esta vez me librara de la vergüenza. ¡pero no! ¡no! ¿cosas buenas a mí? si claro. Quizás en otra vida.
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Editado: 09.10.2023