Un momento incómodo

-Tienes el día de hoy y mañana libres. Adios- me despido tan pronto termino de lavar los trastes. Él se queda en el departamento un rato más con la condición de cerrar bien la puerta cuando salga. 

Sé que no es buena idea dejar en tu departamento a una persona que quieres mantener fuera de tu vida pero es que ¡necesito encontrar algo malo en el pecado andante!. ¿Y qué tiene que ver una cosa con la otra? Pues que tengo una bendita obsesión con mantener las cosas en su lugar; no de manera ordenada necesariamente, solo que sé exactamente dónde dejo cada cosa, y con exactamente me refiero a milimetricamente. Yo lo llamo   "desorden ordenado” si se atreve a meter sus manos en mis cosas, lo sabré. Tendré un motivo más para odiarlo. Solo lo hice por eso, no porque me importara su bienestar ni nada de eso. ¿verdad?

Una vez en la empresa debo ir a avisar que Axel no se presentará a trabajar ni hoy ni mañana. 

-¿Le diste el dia libre?-José me mira como si tuviera dos cabezas -¿tú? Espera- Levanta una mano como si algo en sus extraños cálculos mentales andara mal- quieres decir que la gente de recursos humanos te informó que no se presentará a trabajar ¿verdad?-Ladea la cabeza mientras se rasca nerviosamente la nuca. ¡vamos! ¿qué tan raro es que yo le de el día libre a alguien?

La verdad me siento un poco ofendida, no soy un ogro que va por la vida sin pensar en los demás ¿o sí?

-No José, te estoy diciendo que YO le dí el día de hoy libre- De nuevo me lanza esa mirada ¡si no fuera mi jefe lo mandaría al demonio!-y mañana también- esto último lo susurro bajito y rápido en un intento desesperado para que el sonido pase desapercibido. 

¡Nop! No funcionó.

¡El muy idiota! Se atraganta con su saliva, entrecierro los ojos con rabia. ¿qué tan raro puede ser? realmente no sé como sentirme. ¿¡Como carajos puedo sentirme!? Creo que todo esto ya se salió de control. Mi vida, mi actitud, mi forma de ser y la confianza que la demás gente empieza a tener conmigo.

ES MI PUTA VIDA pero parece haberse convertido en un maldito espectáculo de circo sin gracia. Entre toses, intentos por respirar y más risas José parece tener un retraso mental o algo por el estilo.

 Mi cara de confusión lo dice todo, no entiendo nada. 

-¿Estás bien?- pregunto en tono neutro.

Estoy por creer que mi jefe se ha vuelto completamente loco pero poco a poco se calma manteniendo la misma sonrisa del gato de alicia en el país de las maravillas plasmada en la cara. 

-¡ohh! sí querida. ¡por supuesto que me encuentro bien!- le resta importancia con una mano sin perder aquella expresión molesta.-más que bien y no te preocupes, como supervisora puedes tomar este tipo de desiciones, solo debo informar  recursos humanos, con una excusa médica estará todo debidamente justificado y sin mayores consecuencias- ¡Maldición no! no quiero que se forme un alboroto por esto, a demás el muy caprichoso no quiso ir al médico cuando se lo propuse ¡Oh! ¿había mencionado que le dije a José que Axel se sentía mal? omitiendo todo tipo de detalles por supuesto. 

Respiro hondo y me preparo para controlar las ansias asesinas que este hombre va a hacer surgir en mí en unos segundos, más exactamente

cuando las próximas palabras salgan de mis labios. 

-José prefiero que todo esto quede entre nosotros, realmente creo en que amaneció sintiéndose mal, no necesitamos certificados médicos. Así que no hay por qué inmiscuir a recursos humanos. ¿podrias hacer eso por mi?- mi voz es neutra. No pienso suplicar por el pellejo de nadie, pero no quiero que nadie sepa sobre mi indeseable “vecino”

Ahí vamos de nuevo. 

En tres...Dos...Uno…

Una enorme carcajada sale de sus labios y mi rostro ya se encuentra completamente rojo en este momento. 

Pero creo que el suspiro "calmante" que tomé antes de hablar no surtió el efecto deseado. La ira se apodera de mí. No entiendo el puto chiste y ya me harté.

 Una licencia laboral clandestina, es decir "a escondidas de recursos humanos" NO

ES ALGO FUERA DE LO NORMAL. 

 Muchos chicos han faltado a trabajar solo por una resaca y josé no dudó ni un segundo en cubrirlos sin hacer tanto teatro. 

Así que no puedo evitar ofenderme, tengo razón y punto.

-¿Sabes qué? ¡vete a la mierda!- ¡Sí! Señoras y señores, para los que no me conocen bien. Ese es mi verdadero carácter. Esta soy yo. Ya me canse de todo este puto teatro de la trabajadora respetuosa y callada. ¡que se vallan todos a la mierda!

Salgo dando un portaso. Pensando seriamente en largarme de una vez por todas de esta puta empresa pero desisto antes de siquiera plantearme la idea. Me encierro en la oficina. Creo que al cruzar el pasillo que conecta la entrada a los cubículos en mi piso hasta  mi oficina todos notaron mi cara de pocos amigos. Nadie emitió sonido alguno. Todos llamando y demasiado "concentrados en su trabajo." 

Mentalmente lo agradecí. 

Estuve encerrada la mayor parte del día, no trabaje mucho pero mi cabeza tampoco me lo permitía, me enfoqué en sacar cuentas. Un año o quizás menos y tendría el dinero suficiente para largarme y construir mi propio negocio. 

Eso me dio valor y un poco más de esperanzas. 

Debo hacerlo. Sé que puedo con todo esto. Solo debo mantenerme alejada de todos. Enfocarme en mi trabajo como vengo haciendo hast ahora.

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