Vocecita en mi cabeza

Perder mi virginidad…

No puedo negar que fue un poco doloroso pero nada imposible de manejar,  él me mira muy sorprendido, yo niego con la cabeza.

Que-No-Se-Le-Ocurrra-Parar.

¡Espero que entienda lo que quiero! 

Sus besos ahora son distintos, más profundos, más apasionados. No necesitamos hablar. creo que nadie podría explicar la química si no han pasado por esto. Entenderse de manera tan perfecta que cada movimiento fluya exactamente a la par, sincronizados como el reloj más exacto  siendo manipulado por un artesano experimentado. 

No sé cuántas veces nos dejamos llevar por el deseo. Pero por dios que perdí la cuenta, la última vez que llegamos al éxtasis rayos de luz se filtran por la ventana. 

Él me abraza y yo automáticamente me duermo. 

Cuando abro los ojos un olor delicioso recorre todo el lugar. Mi estómago ruge pidiendo comida. 

Recuerdo la noche anterior y el rubor en mis mejillas es cada vez más brillante, pero para mí GRAN sorpresa no me siento mal, enojada o arrepentida. Fue una de las mejores experiencias de mi vida.

¿alguien me creería si dijera que tengo una sonrisa en mi rostro justo ahora?  Veo algo rojo en las sábanas blancas  y aunque es algo natural según tengo entendido ¡Muero de vergüenza! ¡dios! sangre. hay sangre. Muy muy visible sangre. ¡Por Dios! ¡¿Dónde me escondo?! y ¿lo peor de todo? Ni siquiera esto hace que borre esta sonrisita boba que parece haberse tatuado en mi cara. 

¿Quién soy y qué han hecho conmigo? Mi mini yo imaginaria se da una palmada indignada en la frente cuando escucha mi boba pregunta. Hasta yo quiero reír pero en su lugar ensanchó más mi sonrisa, si no controlo está extraña alegría terminaré con una sonrisa de payaso diabólico. Quizá no sea mala idea así por fin la gente dejará de entrometerse en mi vida.

Sacudo la cabeza intentando centrar mis pensamientos, hoy amanecí más loca de lo normal. ¡Efecto Axel! 

Creo que es hora de que me empiece a enojar. No con él, sino conmigo porque no debería estar actuando así como una colegiala enamorada pero ¡qué carajos! ya empecé ahora lo termino. De ser posible quiero que este fin de semana sea el mejor. Gracias a Dios hoy la empresa nos dio a mí y a todo el equipo el dia libre por haber cumplido el objetivo de ventas en menos de la mitad del tiempo límite. ¡de eso hablaba cuando me referia a ser los mejores! 

Entro al baño sin tropezarme con él pecado andante ¡Gracias a todos los santos! necesito un momento para borrar esta sonrisa de colegiala enamorada. Hago mis necesidades y luego me observo a través del espejo, mis ojos brillan más de lo normal. Me calzo un short negro y una musculosa ajustada del mismo color que traje conmigo ya que, por obvias razones, estaba desnuda; una toalla era todo lo que me envolvia cuando cruce el pasillo hasta aquí. Luego de darme una corta ducha salgo, el agua relajó los músculos de mi cara, eso quiero creer, por fin consigo una expresión neutra, bueno, casi neutra ya que por alguna extraña razón una de las esquinas en mis labios se niega a dejar su lugar formando una media sonrisa. 

¡bueno esto fue todo lo que pude lograr! y tampoco es como si pudiera quedarme a dormir en el baño.

-Buen dia- mi voz suena aguda y cantarina ¡Cachetazo mental! esta no soy yo. Tengo que actuar normal pero luego de esto ¿qué carajos es normal?

Axel levanta la cabeza de su celular, me estaba esperando sentado en frente del desayunador.   ¿Por qué no en el comedor? ¡Fácil! Porque no tengo ¡vamos que es un departamento medianamente chico!

-¡Hola!- gira un poco su cabeza rascándose la nuca evidentemente nervioso. Creo que intenta descifrarme, saber cómo debe actuar. Su gesto es demasiado tierno, me quedo mirándole como boba, hasta que la vocesita en mi cabeza grita llamándome estúpida. ¡Arghhhhh solo estaba meditando-mirandolo-fijamente-y-como-acosadora!

-¿Cómo… eh.. cómo te sientes? digo por..- hace un gesto señalando tímidamente mi entrepierna, ¡Sip! Está muy incómodo y nervioso. ¿cómo puedo pensar que no es tierno? eso fue para la vocesita que ahora brinca como porrista en mi cabeza llamándome estupida.

“Dame una E, dame una S, dame una T ¡VAMOS! U-P-I-D-A ¿Qué dice? ¡sí! ¡loque tu eres!”

Bueno sí, mi vocecita y sus insultos se pueden ir muy, muy lejos justo al carajo. hoy, por primera y quizá única vez estoy dispuesta a intentarlo, un día, quizás dos. Y aunque después me arrepienta lo voy  intentar.

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