No volvería

¡¡Holaaaaa!!!! Muchas gracias por estar aquí y por ese enorme apoyo!!!

Un abrazo gigante

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-No te preocupes, estoy bien- tomo asiento y llevo un trozo de carne a mi boca ¡mmmm la gloria! este hombre sí que sabe cocinar ¡bendito sea! muchos pensarán que estoy drogada. ¡Pero no! Solo me siento algo distinta, alegre ¡Sí eso! ¡Alegre!. Es excitante salir de aquella zona de confort que me ha mantenido presa por tanto tiempo y no sentir miedo, quizá sea porque soy consciente de que es algo pasajero, tan efímero  que debo disfrutarlo al máximo. Nunca me suceden cosas buenas por mucho tiempo.

-Y-yo, eh-me causan gracia sus nervios y en algún momento mientras rasca su cabeza y evade mi mirada pienso en apiadarme de él y tranquilizarlo pero ¡vamos! Cómo puedo negarme a disfrutar esta etapa insegura en el gran conquistador- ¡arghh! es que no sé qué decir, no pensé que tu, t-tu, que…-respira hondo buscando una palabra más bonita o no sé. Yo solo muerdo mis labios conteniendo la carcajada que quiere salir desde lo más hondo de mi ser. él entrecierra los ojos. -Lo estás haciendo a propósito-  Parece que me descubrió. 

Ya no puedo contenerme más y empiezo a reir como loca desenfrenada ¡maldición! esto es muy,MUY gracioso. Bien dicen que las cosas improvisadas son las mejores. ¡cuanta razón! Axel me observa ofendido, mejor dicho intentando parecer ofendido ya que poco a poco una sonrisa se dibuja en sus perfectos labios, sonríe amplio y a los pocos segundos se une a mí concierto de carcajadas.

-Te ves muy gracioso al ponerte nervioso- digo entre una risa y otra cuando por fin consigo controlarme.

Luego de unos minutos retomamos la comida y valla que está delicioso, el ambiente es tranquilo, me siento muy cómoda y de un momento a otro resultamos hablando sin parar de cosas sin sentido, el trabajo, los chismes de corredor en la empresa donde, por cierto, muchos piensan que es gay porque no quiso acostarse con una de sus compañeras. Una que, tengo entendido es catalogada como una de las más bellas de la empresa. 

Terminamos tendidos en el mismo sillón donde durmió la noche de su accidente. Me da curiosidad pero no me animo a preguntarle, prefiero dejar a un lado las cosas personales. Es mejor así. Pusimos crepúsculo. Mejor dicho yo  puse crepúsculo. Pero él no se resistió. Un clásico. Un amor muy tierno y dramático, las horas pasan y no quiero que se valla. Deseo ser, en este fin de semana, la mujer que no he sido nunca en mi vida, una loca enamorada. Dejarme llevar por primera y última vez.

Ahora le tocó el turno a él, eligió una peli de acción "rápido y furioso" No puede creer que yo no la haya visto nunca antes y luego de empezar a verla entendí por qué. Imposible apartar mis ojos de la pantalla. 

De vez en cuando lo sorprendo observándome con una media sonrisa en la cara y le arrojó algunas palomitas pidiendo que se concentré. Habíamos preparado palomitas con sabor mantequilla, bueno ÉL había preparado ¡Lo mejor del mundo!

 En algún momento cuando la tercera película está por terminar empezamos una pelea de palomitas con las que habíamos vuelto a preparar pero estábamos tan llenos que era imposible comer más. él no tenía muy buena puntería así que terminamos tendidos en medio del piso yo con municiones de palomitas incluso en los bolsillos del short y él torturandome con un ataque de cosquillas. Nunca me había divertido tanto pero en algún momento todo cambió, el juego se volvió algo más íntimo, sus manos subieron un poco más arriba de mi abdomen y mis manos se le acariciaron más de la cuenta, Nos dejamos llevar una y otra vez... allí en el piso, luego en la sala y más tarde en la habitación. 

De nuevo el tiempo se escapó tan rápido que no me dió un momento para apreciarlo como se debía, nos dejamos llevar amándonos hasta caer rendidos en un sueño profundo al amanecer o un poco más tarde aquél domingo. 

Al abrir los ojos estoy sola en la cama pero no es ninguna novedad. Ayer Axel había hecho lo mismo. Soy una vaga y perezosa lo sé, pero bueno yo soy así. 

Voy al baño, hago mis necesidades, me visto con una sudadera gris ancha y unas calzas negras, ¡mi color favorito! Al cruzar la puerta me doy cuenta que hay demasiado silencio y ningún olor a comida. Mi corazón se siente extraño, algo así como un vacío que quema. Creo que la realidad tardó muy poco en llegar. Axel no esta. 

Un suspiro amargo es todo lo que me permito. Nunca sufriría por estas cosas. Me lo prometí y lo debo cumplir.

PFFF ¡que se largue si es lo que quiere!

Eso me repito un millón de veces mientras preparaba y sirvo un café. El mismo desayuno de siempre. Las llaves descansan sobre el mostrador, él no volvería.