Huyendo del Amor

¿Volvió a desaparecer?

Cierro rápidamente intentando no llamar la atención de mi querida amiga Tania que seguramente va a salir para hacer las veces de detective averiguando si está todo bien, se dará cuenta que algo pasa y ¡si claro! ¡Hola interrogatorio!

No sé de dónde estoy sacando las fuerzas para atravesar este pasillo que justo ahora parece medir menos de 10 centímetros

Recorro el camino rápidamente hasta llegar por fin a mi departamento. Ya sé que estoy loca pero podría jurar que sentí el calor de su intensa mirada todo el camino...

-Norma- Susurra. No sé si quiere que me detenga o solo le gusta mi nombre, pero en todo caso no me quedo para averiguarlo.

Saco las llaves rápidamente y por primera vez desde que el pecado andante entró en mi vida tengo algo de suerte. La llave sale sin inconvenientes de mi bolsillo y encuentro enseguida la indicada.

Una vez dentro me arrastro por la puerta hasta por fin sentarme en el suelo.

Una vez allí escondo la cabeza entre mis piernas.

¡Es como un Deja-Vuh! me lastimó verlo, me lastimó escuchar mi nombre en sus labios. Me duele y no lo puedo negar.

¡No,no,no,no! es todo lo que puedo pensar.

"Qué pasa, ¿no te estabas haciendo la superada?- una risa macabra y burlona resuena en mi cabeza"

Por supuesto. No podía faltar. La mini yo malvada que se había mantenido bastante callada y ahora que ve al protagonista de mis sueños más prohibidos aprovecha para sacar sus colmillos versión miniatura y ponerlos en su pequeña cara. ¡Mi versión mala por más pequeña que sea, en serio causa mucho miedo.!

No quiero pelear. No respondo a sus provocaciones. Y eso me alegra, me siento un poco menos loca.

Casi a rastras llego por fin a la cama y me acuesto tal como estoy. Dejo caer mis pantuflas de conejo enojado con fuerza sobre el suelo. pensando en que mi atuendo es perfecto ¿perfecto como para haberme encontrado con el no? sobre todo las pantuflas mirando enojadas ¡maldita sea mi puta suerte!

Doy vueltas toda la noche. Y recuerdo por qué odiaba tanto esto de verlo. El insomnio, los nervios y las ganas de huir.

Ahora es peor, ahora él puede sentirse con derecho o "deber moral" o lo que sea para acercarse. No me interesa. No tiene ningún sentido ni quiero que lo haga, o eso quiero creer.

Pase una noche de perros, literalmente no pude dormir nada, Definitivamente fue todo un Deja-vu de aquel día en que supe que se iba.

El domingo me quedo recluida en el departamento. El timbre suena un par de veces pero debe ser el portero cobrando la cuota de mantenimiento del edificio. El lunes le pago. Mi domingo es para descansar. ESTE domingo en particular es para descansar y "esconderme".

El lunes llega y mis ojeras son mundiales.

Respiro hondo y me sirvo la quinta taza de café. Ya me duche, me arregle, me arregle muy bien y no es porque crea que me voy a cruzar con el "innombrable" . Mi yo imaginaria me mira con cara de "aja, ahora cuéntame uno de vaqueros" ok quizá puede que la posibilidad de cruzarme con el pecado andante sea uno de los motivos por los que me maquillé y elegí ir al trabajo con un vestido ajustado corto azul oscuro y unos tacos negros; un look muy de supervisora, ese tipo de outfit que normalmente no me hubiera puesto. Para terminar un blazer negro, cabello planchado y un maquillaje ahumado que hace ver mi mirada más profunda ¡parezco otra persona! Tuve mucho tiempo para lograr verme de esta manera y es que no he pegado el ojo en casi dos noches. Mi sueño varía y se corta entre pesadillas y miles de pensamientos. Los minutos corren lentos y cuando ya no aguanto un segundo más el encierro y la incertidumbre por saber si le veré de nuevo decido partir hacia el trabajo, todavía es muy temprano pero necesito aire. Quizá allí estaré más relajada porque sin duda estaremos lo suficientemente lejos el uno del otro. Sentir que solo nos separan unas puertas está matando mis nervios.

Una vez en el estacionamiento de la empresa decido que tengo el tiempo suficiente para comprar un par de cosas allí cerca y de paso caminar un poco. Mis nervios aun no se calman, me estoy comportando como una colegiala enamorada y siento vergüenza de mi misma.

Salgo del estacionamiento caminando y una señora de aspecto agradable va pasando por allí cargando una especie de cofre grande abierto que cuelga de sus hombros, en él exhibe pulseras, anillos, cadenas y algunos relojes hechos de metal o de tela, una artesana según parece.

Una pulsera de plata llama mi atención.

-Cuál es el precio- Pregunto observando con curiosidad. El precio parece razonable por lo que decido comprarla. Un par de cosas más son de mi agrado y finalmente compro dos pares de aretes, un collar y esa pulsera hermosa. Es una pulsera compuesta de dos tiras metálicas con grabados tribales un poco envejecidos, una más gruesa y brillante y la otra delgada, delicada y muy brillante gira a su alrededor.

Me encantó, se podrían usar por separado pero el efecto no sería el mismo. Miro la hora y veo que a pesar de haberme entretenido un buen rato, sigue siendo temprano. La mujer se despide con una sonrisa amistosa y yo con un gesto de manos, continúo con estas "mini compras" por un par de minutos más hasta que se hace la hora justa para iniciar la jornada laboral.

El día pasa normal, muy tranquilo. Muy tranquilo. Muy tranquilo. ¡Sí! ¡Muy! Y en mi vida eso NO puede ser una buena señal. Ya siento que hasta me puse más negativa de lo que ya soy y eso que solo ha pasado un día ¡Uno! desde que lo volví a ver.

Por fin termina este día eterno y quisiera que volviera a empezar para no regresar a mi casa. Voy al supermercado, Hago mucho tiempo ahí. Paseo y me fijo muy cuidadosamente estante por estante. Mi teléfono suena pero no presto atención, serán Tania o José y no quiero hablar hoy, aunque sé que después el interrogatorio será peor.




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