Me entretengo el resto de la semana intentando huir de José y escondiéndome de Tania, lo que es igual a estar casi todo el día con el ojo prendido de la mirilla de la puerta, para poder salir sin cruzarla, haciendo nada de ruido. Porque con lo que la he llegado a conocer ella debe encontrarse casi en la misma situación que yo con la diferencia de que no quiere esquivarme sino atravesarse en mi camino.
La veo cruzar hacia su departamento y dejó pasar un rato, el tiempo prudente para dirigirme hacia el ascensor sin ser interceptada.
Me encuentro de pie esperando que el aparato aparezca pero ¿adivinen qué? seguramente el pecado andante debe estar cerca porque con él mi mala suerte se multiplica.
-Hoy no te me escapas señorita. Tenemos una cita doble que cumplir. ¿O ya se te olvidó que aceptaste?-
Y yo pensaba que ya me había salvado.
Justo en ese momento se abren las puertas del ascensor y me quedo tildada observando al ocupante de la caja de metal, no sé si girar, enfrentar a Tania y de paso correr en su dirección en un intento desesperado por escapar del hombre que acaba de aparecer: ojos grises y una barba de algunos días que tiene el aspecto más hermoso que jamás haya visto. Se ve mucho mejor que antes. Más ancho, con el rostro más varonil. Remera gris, jeans claros con algunos rotos muy a la moda. ¡maldito idiota hermoso!
"-¿Y el balde quien te lo trae?¡Por el charco de baba que estás dejando digo!-"¡Arghhhh! ¡Como te odio mini yo!
La cara del tipo tiene un gesto de enfado. Parece que alguien no se levantó de buenas pulgas hoy.
¡Ya sé! ¿¡y si escapo corriendo por las escaleras de emergencia!?
Axel se queda parado dentro del ascensor mirándome, maldición si retrocedo quedaré como cobarde, pero si me adentro en el ascensor, sé que de esta no me escapo.
Suena el teléfono en alguno de los departamentos sacándome del trance. Decido que lo mejor es quedarme con Tania, se verá bastante casual si decido quedarme hablado de la "interesante" nótese el sarcasmo, cita que tenemos esta noche.
-Bueno, esta noche a las 8 ¡vamos a tener la mejor cita del mundo!- No puedo evitar girar los ojos mientras Tania exclama esto apresurándose a tocar sus bolsillos en busca de las llaves de su departamento. Dicho esto corre a ver si alcanza a atender la llamada (Sip, el teléfono que sonaba era el de ella) ¡y sip mi put* suerte es una mierda! - ¡Esos deben ser los chicos!- Grita mientras desaparece ya por la entrada de su hogar. Siempre tan impredecible. Respiro hondo y me digo a mi misma que no soy ninguna cobarde. Debo entrar en ese ascensor, sacar mi celular y hacer como que no lo veo.
¡Sí señor! Eso haré.
Eso hago, él no sale del ascensor ¡idiota! La puerta se cierra y mis manos empiezan a sudar, ruego porque no se me resbale el celular, pero no me hago muchas ilusiones.
-¡Valla! ¿Cuánto puede cambiar una persona en tan poco tiempo?- Finge hablarle al aire, como si tan solo estuviera pensando y "desintencionadamente" se recuesta sobre el botón de stop. Levanto mi cabeza y elevo una ceja en su dirección.
Hoy llevo uno de esos atuendos que NO QUIERES llevar puestos cuando te chocas con alguien a quien quieres impresionar ¡alto! ¿impresionar? ¿Yo dije eso? Bueno, como sea.
Pollera blanca y un buzo ancho negro que me encanta por ser tan cómodo, Unas vans negras y el cabello en una coleta alta. ¡Qué elegancia! ¿No creen? Por lo menos me puse un poco de rimel, delineador y brillo de labios antes de salir.
No puedo negar que mi corazón va a mil por hora, la maldita caja mecánica es demasiado silenciosa como para acallar semejante ruido. Su respiración se vuelve un poco más pesada.
-¿Ahora sales a citas?¿Ahora haces amistad con las vecinas? La verdad, si no conociera muy, muy bien cada parte de tu cuerpo no me atrevería a decir que eres tú.-
Antes de terminar de hablar me atrae hacia su cuerpo tan rápido que no sé en qué momento terminamos así, con su mano en la parte baja de mi cintura, con su pecho tocando mi pecho.. Todo demasiado rápido, demasiado... demasiado... ¡maldición no puedo pensar bien en este momento! Me encuentro frente a él, siento su piel a pesar de la tela que no separa.
Su agarre es fuerte sin hacerme daño, posesivo, dominante. ¡En cualquier momento me desmayo!
Editado: 09.10.2023