Huyendo del Amor

41. Fuera de lo normal

Holaaaa

Nuevo cap...

Pero antes de inciar te queria recordar que puedes dejarme una estrellita si te va gustando la novela, ¡Es de mucha ayuda para mi! esto me motiva muchisimo a continuar

¡Gracias por estar aquí!!

Ahora si...

Empecemooss

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Desde hace un rato estoy caminando por los alrededores de la feria, aún transita mucha gente por las calles bien iluminadas, parece que mientras estaba con Axel llovió lo suficiente para que el suelo esté mojado y el frío sea un poco más fuerte. La campera de cuero no resulta muy abrigada pero mis sentidos están adormecidos, mi mente entumecida; camino con mi mente en piloto automático. 

Revisé el celular hace un momento y tengo varias llamadas perdidas y mensajes de Tania, está muy preocupada. Solo contesté un escueto “Estoy bien” luego apagué el aparato del demonio y lo arrojé al fondo de mi cartera. Axel me ha hecho no se cuantas llamadas, no atendí ninguna. 

No le dí ninguna explicación solo bajé del coche y me fui, él intentó seguirme pero en lo que salía del estacionamiento yo me interné por algunas calles y logré perderlo de vista.

Ahora me encuentro caminando por una calle iluminada y que, en otro momento, me hubiera parecido alegre, muchos comercios abiertos e iluminados por luces de colores, son alrededor de las 10 de la noche, hay varios bares abiertos con gente disfrutando, amigos, parejas, familias que ríen y bromean, pasando un muy buen rato, mientras yo… En este instante no siento nada, soy una espectadora lejana ¿No te ha pasado que cuando estás triste todo el mundo parece demasiado feliz? Como un cuadro colmado de sonrisas falsas. Nadie puede estar tan contento en esta vida de mierda. Que sigan en sus farsas, yo justo en este instante no tengo claro qué haré. En un par de meses habré terminado de ahorrar, en un par de meses el dinero será el adecuado pero, un par de meses justo ahora, parecen demasiado tiempo. 

Un bar justo en la esquina llama mi atención, hay gente en la puerta fumando, hablando y algunos más besándose, nada distinto al resto pero el ambiente me atrae mucho, dentro suena rock suave, de ese que no te duerme pero tampoco te ensordece con sus acordes altos. Todos los presentes van vestidos de colores oscuros, algunos hombres con el cabello largo y pañoletas, los típicos rockeros, mientras que otros visten con jeans y remeras, no hay una sola persona que no lleve por lo menos un tatuaje o perforación. Decido entrar. A pesar de las apariencias se me antoja un ambiente tranquilo, nadie se interesa por lo que hacen los otros, como si cada uno estuviera en su mundo. Algunos hombres me observan al cruzar la puerta pero no les presto atención, me dirijo a la mesa más alejada y oscura posible, necesito estar sola, pensar sobre lo que haré, si la decisión que tomé es la correcta. 

La mesera llega y pido una cerveza, tan pronto llega casi la acabo de un solo sorbo, sé que en este instante no estoy bien, sé que venir a un bar sola por más tranquilo que parezca no es una buena idea, no en el estado que me encuentro pero, hoy quiero olvidarme de todo, necesito olvidarme de todo. Recordar que siempre he estado sola y siempre lo estaré porque así lo decidí.

Una vocecilla en el fondo de mi mente susurra diciendo que yo no soy quien creo ser, que he cambiado, que no soy una cobarde y que debo darme la oportunidad de vivir, de encontrar gente buena como Tania y Jóse, disfrutar de esos instantes en que, al compartir con ellos, me olvido de cuanto detesto la cercanía de la gente; Empiezo a preguntarme si la palabra correcta es detestar o “temer” 

Voy por la cuarta cerveza cuando por fin acepto para mis adentros que relacionarme con la gente me aterroriza, darme cuenta de esto se siente como un balde de agua fría. Todo este tiempo pensé que la incomodidad, molestia y demás sentimientos encontrados cuando alguien se me acercaba se debían a que eran gente que fastidiaba mi tranquilidad, pero ahora entiendo que solo he tenido miedo, toda mi vida lo he tenido. 

No soy ninguna cobarde y, luego de pasar tanto tiempo rodeada por personas que me han demostrado su afecto, que han logrado hacerme pensar que no toda la gente es mala ni te va a dar la espalda cuando más los necesitas acabo de decidir que pienso darme una oportunidad en todo, con las amistades y relaciones, tanto amorosas como laborales, me daré una oportunidad. Pero no aquí, tener a Axel cerca lo haría todo más complicado y doloroso. 

Hace un tiempo Tania me contó que su hermano estaba viviendo en un pueblito a unas 4 horas en auto; al igual que yo él pasó muchos malos ratos aquí en la ciudad, entonces decidió tomarse un tiempo viviendo en un lugar más tranquilo. Le ha gustado tanto que no desea volver, por lo menos prontamente. Ella ha dicho en varias oportunidades que quiere ir a visitarlo y yo opino que es una muy buena idea. 

Un plan empieza a tomar forma en mi cabeza y, al finalizarla sexta cerveza ya lo he decidido, iré con Tania a visitar a su hermano y encontraré algún departamento o casa para alquilar. Si el lugar es lo suficientemente agradable y tranquilo me mudaré allí, quizá un gimnasio no sea un buen negocio para ubicarlo en un pueblo pero últimamente me llama mucho la atención la pintura, puedo tomarme un tiempo antes de empezar a trabajar y aprovecharlo para aprender sobre manualidades. Un local de arte siempre es bienvenido en cualquier parte del mundo. He tomado una decisión. 

Todo este tiempo mi vista ha estado perdida en algún punto fijo al otro lado del bar, mirando sin mirar mientras mi mente vaga y ¿adivinen qué? Me acabo de percatar que, desde ese lugar, una mirada penetrante me observa con atención. Mi mini yo imaginaria se burla de mí, ¡Seguro el pobre piensa que lo he estado acosando toda la noche! parpadeo un par de veces queriendo enfocar mejor la vista y… ¡Wow! Desde Axel ningún hombre me había impactado tanto, es su rostro que, perfilado por las distintas luces del bar crea un aire misterioso, muy masculino, quijada cuadrada, labios gruesos, una nariz alargada y perfectamente definida que hace perfecto juego con esas cejas oscuras que parecen una obra de arte creadas con una curva natural digna de envidiar. No sé cuánto tiempo más voy a estar aquí petrificada detallando sus hermosas facciones, creo que la cerveza ya cumplió con su objetivo. 




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