Huyendo del Amor

¡Que sea un sueño!

Holaaaa te saluda Faizuly

Quiero enviarte un abrazo enorme por estar aquí acompañandonos en esta travesía junto a Norma, tambien quería invitarte a seguir mi oerfil y regalarme un votiicoo para poder hacer que esta historia cresca un poco más cada día...

Sin más qué decir... Continuemosss

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-Norma sé que estás ahí y no me pienso mover de aquí hasta que hablemos.- La voz tras la puerta suena firme, quizá sea cierto que no se va a ir pero yo no cedo tan fácil. Me mantengo en mi pose de guardián. Nadie abrirá esta puerta.

 

Vuelve a tocar, esta vez más fuerte y con más insistencia. 

 

-Estoy ocupada y no tengo nada que hablar contigo. ¡Vete ahora mismo o llamaré a la policía! les diré que eres un acosador y espero que te encierren- mis dos espectadores arrugan la frente y se miran entre sí antes de romper en silenciosas carcajadas, me observan interrogantes, yo solo los fulmino con la mirada.

 

-Bien puedes llamar a la policía, a los bomberos o a la armada nacional. Yo no me muevo de aquí, no puedes solo dejarme así. Anoche todo estaba bien, no entiendo qué pasó. Maldicion - Toca la puerta fuerte descargando su frustración en cada uno de los golpes - No puedes solo dejarme así, no sé qué pasó-

 

Una risa amarga sale de mis labios, no muy fuerte pero sí lo suficiente para que escuche

 

-Créeme, sé cómo te sientes, y también sé que lo superarás. Te lo digo con conocimiento de causa. Ahora vete, este no es mi departamento y estás molestando- Mi estómago se contrae al decir esto último, pero sé que es lo mejor, sería una completa estupidez volver a confiar en alguien como él.

 

-¿Así que eso es lo que hago?¿Solo me dices que te molesto y ya? Sé que me equivoqué pero también fui sincero, te quiero a ti. Solo a ti ¡entiende!- Silencio. No respondo, no reacciono. 

Dos fuertes manos se posan en mi rostro y entonces vuelvo a la realidad; con sus pulgares, el desconocido seca unas lágrimas que no sabía estaba derramando, me toma suavemente por la cintura y yo me dejo guiar, no sabía lo que estaba haciendo hasta que me encuentro mirando de frente la puerta, ya no estoy dándole la espalda ni recostada sobre ella. Ahora observo mientras este abre la puerta y habla serena y sarcásticamente:

 

-Creo que es mi momento de hablar amigo, ya perdiste a esa mujer. No la molestes, no le interesa - Camina lentamente dejando la puerta abierta de par en par para que Axel observe con detalle lo que está sucediendo, él extraño que anoche me dejó tan impactada está consiguiendo mi admiración total. No se sobresalta, no se irrita, camina con la compostura de un rey y habla con la serenidad de un sabio. Al llegar a mi lado pasa un brazo por mi cintura, eleva mi mentón con su índice y acerca su rostro lentamente mientras aontinúa hablando- Ahora ella está conmigo y creeme, no soy tan tonto para dejarla ir- Gira un poco la cabeza en dirección a Axel, le guiña un ojo y vuelve a centrar su atención en mi, se acerca suavemente, como pidiendo permiso, yo me encuentro inmovil, siento que no estoy en mi cuerpo. Veo lo que sucede como una espectadora más. Mi mente en este momento es un torbellino que me impide pensar. 

Su beso llega lentamente, mis ojos se cierran con sutileza, su agarre es suave pero muy firme y mis piernas estan perdiendo estabilidad, mi corazón se siente extraño, como si le atravesara un pinchazo casi doloroso pero reconfortante. Mis ojos se humedecen. 

¡Maldición! Ni siquiera los apasionados besos de Axel me conmovieron de esta manera. 

Mis manos se posan en sus antebrazos con una delicadeza extrema, como si inconscientemente tuviera miedo a que se desvaneciera en el aire. 

No sé en qué momento terminamos tan cerca y abrazándonos con fuerza sin separar nuestros labios,, una especie de ancla a la realidad… Él la mía y yo la suya…

 

El flash de una camara junto con el sonido de una foto que acaban de sacar nos trae de regreso a la realidad. 

Me alejo del extraño no tan extraño como si su piel me quemara, giro la cabeza hacia la puerta y Axel ya no está allí. Sin embargo, dos grandes y luminosos ojos me observan con atención. 

Allí está Tania con las mejillas sonrosadas y mordiendo sus labios cual niña pequeña emocionada, sus ojos danzan del extraño hacia mi persona y viceversa. Me siento lo suficientemente avergonzada para perdonarle el paseo de hoy. 

¡Aún no entiendo todo lo que pasó! y me atrevería a creer que fue producto de mi imaginación si no fuera por mis labios hinchados y mi corazón desbocado. 

No me atrevo a mirar al extraño a los ojos. 

Es una situación muy, muy incómoda….

 




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