Huyendo del Amor

47.Ansiedad?

Desde hace poco más de un mes he estado cantando, silbando y brincando por doquier, ya que el dueño de las propiedades que me enamoraron y que están ubicadas en mi lugar ideal me llamó hace 2 semanas ¡Y decidió que me las va a vender por el dinero que tengo más unas cuotas muy cómodas durante un año!

La felicidad desde entonces ha sido absoluta, no he tenido tiempo de nada más que acomodar mis cosas, realizar trámites, cotizar muebles y elementos para la creación de mi empresa ¡¡Mi empresa!! No lo puedo creer.

Esta saliendo todo tan pero tan bien que siento miedo de que algo malo pueda pasar…

Y mi mini yo malvada regresó por fin después de mucho tiempo… ¡¿Por qué a miii!?

“¿Adivina, adivina quien es tan despistada que no se ha percatado de algo sumamente importante?” Dice con un cántico molesto que me causa algo de miedo. 

Estaba preparando mi jugoso desayuno compuesto por café, jugo de naranja, panecillos con mermelada, queso, fruta, huevos y un caldo que me tiene pasando saliva ya que le falta un poco para estar listo. Últimamente la ansiedad ha hecho que suba un par de kilos, estoy comiendo de más pero por el momento y debido a todos los cambios que estoy atravesando me lo permito sin remordimientos.

Dentro de poco tendré tiempo de volver a entrenar, por ahora todos los trámites y mi mudanza son todo lo que ocupa mi mente. 

 

No presto mucha atención a mi mini yo malvada hasta que dice algo que eriza mi piel y me hiela la sangre…

 

jajaja Sigue engañandote con que el hambre es por la ansiedad… No te olvidaste de algo cuyo nombre empieza con “prote y termina con “ccion”, la última vez que estuviste con Axel?”

 

Entonces detengo mis movimientos en seco. mi mano extendida queriendo tomar un chocolate que había en la barra de la cocina… Mi mente trabaja a mil por hora… Recuerdo… recuerdo… recuerdo y NO. 

¡Maldita sea todo el mundo y los malditos condones! como en piloto automático salgo corriendo rumbo a la farmacia más cercana, afortunadamente hay una a un par de calles de mi edificio ya que salí tal cual estaba vestida, es decir en chanclas, shorts y una camiseta muy muy…MUY vieja, tanto que hasta tenía pequeños huequitos aquí y allá ¡Que verguenza!!!

Llego a la farmacia y busco en los estands diferentes pruebas de embarazo, agarró 5 distintas y las pongo sobre el mostrador, antes de todo me fijo que no haya nadie conocido cerca; por fortuna no hay moros en la costa ¡Gracias al cielo!

Le pido a la chica del mostrador que por favor me empaque todo en una bolsa negra y así lo hace ¡Mujer prevenida vale por dos!

Todo el camino hacia mi casa fue tranquilo, nadie conocido, nadie haciendo preguntas, nadie que pudiera incrementar mis benditos nervios que están por volverme loca, voy llegando a la puerta mirando sobre mi hombro que nadie inoportuno decida aparecer, con inoportuno me refiero a Axel, mi querida amiga o su entrometido germano, el cuál por cierto se ha convertido en un buen amigo ¡Quien lo diría! yo con amigos, jamás lo hubiera creido. Mi mente empieza a divagar hasta que, de repente, me estrello de golpe con un pecho grande y fuerte MAL - DI-TASEA ¡Esto tiene que ser un chiste! ¡Una broma! Un mal juego del puto destino que me odia.

¡Por estar cuidándome las espaldas acabo de tropezar con Axel y de la velocidad con la que venía andando la bolsa salió volando y los test de embarazo se elcanzan a salir ¡No! ¡No! y mil veces ¡No!.

 




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