Hyacinth (melodía de Amor 2)

Capítulo 5

Una nueva semana comenzó y TaeYang no estaba de humor después de estar todo el fin de semana mirando las fotos que Hyacinth subía a Instacam junto a su compañero de clase.

“¿Por qué tiene que salir en todas dejándole un beso en la mejilla?”, se preguntó el chico saliendo al jardín bloqueando el móvil para que nadie se diera cuenta de lo que estaba viendo. 

Se acercó a una de las tumbonas cercanas a la piscina, se puso las gafas de sol y clavó su mirada en la jugadora que estaba sentada al lado de Joon y el director. Su mandíbula se tensó cuando apretó los dientes con fuerza e intentó mantener a raya su autocontrol. Tenía muchas ganas de arrancar la cabeza del hombre y patearla, pero debía contenerse. Nadie podía descubrir su verdadera naturaleza y no estaba dispuesto a tirar todos sus esfuerzos por la borda por sus malditos celos. 

Desbloqueó de nuevo el móvil y buscó una pastelería cercana para hacerle llegar a la joven que le informó de la trampa de la jugadora su pastel de cumpleaños. Era fiel a sus promesas y esa no sería menos. Lo encargó por internet y se metió en la piscina a jugar con sus compañeros. 

***

Hyacinth estaba escribiendo un nuevo consejo de Joon en su teléfono cuando un repartidor entró en el jardín buscando a Greta, la maquilladora más joven. Ésta recibió el paquete, lo abrió y sonrió de oreja a oreja mirando a TaeYang que le guiñó un ojo antes de continuar jugando. 

La jugadora de voleibol se quedó con la boca abierta por aquella escena desarrollada ante sus ojos, se levantó de la silla con una disculpa para ir al servicio y entró en la casa de al lado donde se quedaban sus hermanas a dormir. Se tapó la cara con un cojín del sofá y gritó con todas sus fuerzas bajo las miradas confusas y asustadas de sus dos hermanas. 

—¿Qué te ocurre? —quiso saber Faith dejando la pieza del puzle que estaba armando con Summer en la mesita auxiliar delante del sofá. 

—Es un cretino. Eso me ocurre —contestó la chica con los dientes aún apretados. 

—Creo que me he perdido. ¿Quién es un cretino? 

—TaeYang. No sé cómo he podido fijarme en él y, mucho menos, enamorarme. En algún momento he debido darme un golpe en la cabeza que me ha hecho perder la razón —la informó sentada en el sofá abrazando el cojín y con los labios fruncidos. 

La fisioterapeuta se sentó a su lado al ver los ojos vidriosos de su hermana pequeña y la abrazó. 

—Eun-Ji me ha dicho que te hace esas bromas porque está celoso —le anunció acariciando el pelo dorado de su hermana. 

—¿Celoso? Claro, por eso acaba de coquetear delante de mi cara con la maquilladora más joven del equipo. 

—¿Ha hecho eso? —se sorprendió la chica confundida. 

—Lo ha hecho. Le ha enviado una tarta de cumpleaños y cuando ella lo ha mirado con una sonrisa risueña él le ha guiñado un ojo. Si eso no es coquetear es que me he quedado ciega. 

—Tal vez solo ha sido amable con la muchacha. Trabajar cuando es tu cumpleaños no sienta bien. ¿Por qué no hablas con él y le dices lo que sientes? 

—¿Te has vuelto loca? Si hago eso se reirá de mí. Ni hablar. No voy a rebajarme tanto —dijo la jugadora indignada por aquella propuesta por parte de hermana mayor. 

—No se reirá de ti. Tu cuñado me ha dicho que lo hace por celos. Si está celoso es porque siente algo por ti. Si le hubieras visto la cara cuando vio tu foto con Paul en el club estarías de acuerdo conmigo —le comentó al sentarse de nuevo en el suelo para hacer el puzle con su hermana adolescente. 

—Yo también pienso como ellos dos. No deja de mirarte cuando tú no lo ves —añadió Summer poniendo una nueva pieza en su lugar. 

Hyacinth las observó parpadeando con sorpresa, dejó el cojín despacio en el asiento vacío del sofá y se levantó para salir al jardín después de responder un <<lo pensaré>>. Se encaminó hacia su silla y puso atención a lo que su jefe le decía. 

No sabía qué pensar con respecto a lo que sus hermanas y su cuñado creían. No podía ser verdad que él estuviera interesado en ella cuando solo hacía enfadarla con sus bromas. “Ni que fuera un colegial”, pensó la chica negando con la cabeza y apoyando la espalda en el respaldo de la silla. 

Lo miró de reojo cuando jugaban en la pista de tenis y lo pilló dedicándole unas palabras y una gran sonrisa de oreja a oreja a la maquilladora. La jugadora bufó al ver la escena y regresó su atención al mánager que parecía tener un nuevo consejo preparado. 

***

La jornada laboral por fin terminaba para Hyacinth y se encaminó hacia el coche cuando recibió un mensaje de su compañero Paul. Apoyó el trasero en el capó de su vehículo y movió los dedos por la pantalla del móvil para contestar. Estaba en esa tarea cuando escuchó las voces de la maquilladora y del cantante que se acercaban por el flanco de la casa. 

La jugadora entró en el vehículo con rapidez y se escondió para enterarse de la conversación que llevaban a cabo. 

—Gracias por la tarta. Estaba riquísima —le agradeció ella con una sonrisa y la voz más dulce que la joven había oído en toda su vida. 

“¡Por los dioses! Si sigue hablando en ese tono me provocará diabetes”, pensó Hyacinth con cara de asco y náuseas. 

—Me alegro que te gustara. Si vuelves a enterarte de algo más no dudes en informarme, por favor —le pidió el chico dejándole un abrazo. 

—Por supuesto. Hasta mañana. 

Se despidieron con un movimiento de mano cuando la muchacha salió del aparcamiento y el cantante regresó al interior de la casa para continuar con el reality.

Hyacinth se sentó bien delante del volante con el ceño fruncido y sin apartar su mirada de la puerta por donde el joven había desaparecido. 

—¿De qué tiene que enterarse? —murmuró la chica sin comprender nada. 



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En el texto hay: fantasia, romance, amor

Editado: 20.01.2024

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