Hyacinth (melodía de Amor 2)

Capítulo 11

El altercado con el director del reality había quedado en el olvido de todos y estaban dispuestos por las gradas de la pista de voleibol para animar a Hyacinth en su primer partido en primera división. 

Los chicos estaban de incógnito para no llamar la atención y sentados en la última fila de asientos donde, aunque también la veían, no era el mismo efecto que en la primera. 

Se concentraron en el partido y se levantaron gritando y bailando con las hermanas de la jugadora para demostrarle sus ánimos desde la distancia cuando la chica marcó el primer punto. 

Todo el equipo estaba entusiasmado y con la moral por los cielos tras aquel primer tanto de la nueva jugadora y se esforzaron para mantener el ritmo hasta el final. 

Las Lobas ganaron el partido tras un nuevo marcaje de Hyacinth y se abrazaron saltando llenas de alegría, al igual que la familia y amigos de la joven en la grada. 

Los integrantes del grupo la esperaron en el aparcamiento junto a sus hermanas y la abrazaron todos juntos cuando la vieron salir del vestuario con una gran sonrisa en los labios. La muchacha saltó a los brazos de su novio y lo besó bajando la mascarilla. 

—Has estado genial. Estoy muy orgulloso de ti —le confesó el hico abrazándola con fuerza y faltándole el aire cuando los demás se unieron. 

—Gracias por vuestros… ánimos —contestó la muchacha intentando coger aire. 

—Hemos aprendido el baile de tus hermanas a la perfección —recalcó Kwan con su brazo apoyado en los hombros de Summer. 

—Ya lo he visto. No me ha sorprendido después de vuestras coreografías. 

—Venga, vamos a la celebración. Me muero de hambre —los apremió Eun-Ji cogiendo la mano de su novia para guiarla hacia la furgoneta negra. 

Se subieron a los coches y pusieron rumbo hacia la casa de los padres de las chicas para hacer la barbacoa tradicional de las ganadoras. 

Se sentaron en el jardín trasero y alabaron a la jugadora durante un rato más hasta que Summer bajó en bikini y se tiró de cabeza a la piscina salpicando a los miembros del grupo más cercanos. 

Dae-Hyun se puso recto en la silla al sentir el agua fría, al igual que Seok, sin embargo, Kwan se levantó de su asiento y se tiró detrás de ella para darle una ahogadilla riendo. 

—¿Os apuntáis a un partido de waterpolo? —les preguntó la adolescente nadando hacia el borde y se aupó para coger la pelota del césped. 

—Por supuesto. Somos buenísimos —respondió Seok dejando su cerveza en la mesa para lanzarse al agua. 

Le siguieron todos los demás y las hermanas. Hicieron los equipos y se dispersaron por la piscina para empezar el partido. 

Los hombres no eran malos, no obstante, Faith era mejor. Se movía por el agua como una sirena y era muy difícil alcanzarla o quitarle la pelota de la mano. 

Eun-Ji estaba en el equipo contrario de la joven y estaba asombrado de la destreza de su novia en el líquido transparente. ¿Qué está pasando? ¿Qué era lo que no le había contado? El joven se preparó para detener el lanzamiento de su chica, pero ésta anotó el punto y le dedicó una sonrisa con un guiño de ojo. 

Aquel punto había proclamado al equipo de la muchacha, compuesto por sus tres hermanas, su madre y Min Ki, en el ganador por una gran ventaja. 

—¡Esa es mi sirena! —la alabó su padre sentado detrás del bordillo con la puntuación.

—¿Sirena? ¿Qué me he perdido? —quiso saber Eun-Ji nadando hacia su novia para abrazarla y dejarle un beso en la frente. 

—He jugado al waterpolo desde los diez años hasta que me licencié en la universidad. El trabajo no me dejaba tiempo para ir a los partidos, así que, tuve que dejarlo —le explicó ella rodeando el cuello de su novio con sus brazos y su cintura con las piernas—. Me llamaban sirena por mi velocidad al nadar. 

—Puedo entenderlo. Eres muy rápida. Sabía que tú también eras deportista, pero no tenía idea de qué deporte practicabas. Recuérdame que no vuelva a estar en el equipo contrario si volvemos a jugar —le advirtió el cantante antes de hundirse con ella en el agua. 

—Eso lo decidirá la suerte, amigo —le dijo Seung frustrado por haber perdido. 

***

Estaban disfrutando de un gran día en la piscina y fuera de las cámaras de los fotógrafos, o eso creían. 

Jeong se subió al cubo de basura del vecino, se asomó con cautela y tomó unas fotos de la pareja mientras se besaban o hacían carantoñas. El hombre contuvo las ganas de matar a ese bastardo que le había quitado todo lo que tenía en su vida, bajó del cubo cuando ya creyó que tenía las escenas precisas para su venganza y se marchó sin ser descubierto. No iba a dejarles ir de rositas cuando habían hecho que lo despidieran. 

***

Ya anochecía cuando el padre de las chicas invitó a los muchachos a que se quedaran a dormir en la casa. 

Todos le agradecieron la invitación y aceptaron encantados. La última vez que se quedaron habían dormido estupendamente y estaban deseando repetir aquella tranquilidad y hospitalidad que la casa y sus habitantes les brindaban. 

Las dos parejas durmieron en la habitación de Faith mientras que Maedow y Summer se quedaron en el cuarto de la tenista para dejar la cama de la adolescente a varios de los miembros del grupo. Los chicos restantes se tumbaron en el sofá-cama y se quedaron dormidos en menos de lo que cantó un gallo. 

Toda la casa estaba en silencio y la tenista no dejaba de mirar hacia el techo blanco. Estaba cansada, pero por alguna razón, no podía dormirse. Se movió con cuidado por el colchón, se levantó y bajó en silencio hasta la cocina para echarse un vaso de leche fría. Se sentó en una silla y miró el mensaje de su móvil que aún no había sabido cómo responder.

La joven pensaba en una buena contestación cuando sintió que alguien entraba en la estancia y alzó la mirada para clavarla en el rostro sorprendido de Seung. Lo saludó con un movimiento de mano y una leve sonrisa en los labios, y regresó su atención al teléfono. 



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En el texto hay: fantasia, romance, amor

Editado: 20.01.2024

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