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El caso aún se cierra, se mantendrá abierto hasta que las autoridades atrapen al asesino, dando fin de una vez por todas a la leyenda.

Los pueblerinos atestiguan haber escuchado los gritos y llantos en la noche.

Entre los más jóvenes a los más anciano, se cuenta la leyenda de un fantasma, un ladrón de niños.

Los pequeños que entraban al bosque sin supervisión no volvían, muchas preguntas surgían de la tierra.

¿Por qué iban?

¿Qué los hacia quedarse?

¿Quién los torturaban?

Está prohibido contar la leyenda del Hypnos, pero hare una excepción contigo.

Por ahora no te puedo decir ¿Quien comete tales atrocidades? O ¿por qué? Para ti es irrelevante ya que no resolverás en una noche lo que nosotros hemos perseguido durante meses.

Solo una pregunta te tienes que hacer: ¿Qué pasaba con los niños que se adentraran al bosque?

Eso si te lo puedo responder, la autopsia nos lo han revelado.

Todo empezó con la llega del circo Amabar al pueblo. Nadie sabía de donde salieron o de donde vinieron.

Muchos quedaron encantados la primera noches con las maravillas que presentaron.

Parecíamos pequeños admirando fuegos artificiales por primera vez.

Admito que el circo era muy divertido. Nadie miro con detenimiento a esos Fenómenos que siempre sonreían.

Pensamos que esos Fenómenos siempre habían sido así: deformes y “diferentes”.

Hasta que se fueron dejándonos un pequeño obsequio, a uno de sus adefesios sedientos de sangres.

Le diré un poco de lo que descubrí.

Empezare con su atracción más polémica: El hombre frio.

Y no, no estamos hablando de su temperatura, su apodo va mucho más allá.