«Si quieres puedes invitarme a salir.»
La última clase se llevaba a cabo mientras que Ellie recordaba ese momento. Fue capaz de pronunciar estas palabras con toda la seguridad del mundo. Él solo dijo: «está bien.» Se trataba de alguien inexpresivo. Jeremy le había dicho que el chico nuevo necesitaba salir con alguien para sentirse parte del grupo, sin mencionar nada de la apuesta con los Lamark. Esto le era normal a ella porque todos sabían que era muy amigable, además de que su inocente mente jamás sospecharía. Terminó la jornada escolar y todos iban saliendo del salón. Algunos llevaban prisa por el anuncio del Festival Musical, debían prepararse cuanto antes.
—No puede ser ahora, tengo que ir al Club de Ciencias.
—Tiene que ser ahora para demostrarle a esos idiotas que ya tienes una cita.
Andrei y Jeremy estaban hablando, Zack alcanzó a escuchar.
—¿Una cita? ¿Tú? ¿En el segundo día? —preguntó, con cierto tono de burla— ¿Quién es la perdedora que saldrá contigo? ¿Marcy?
En ese momento, los Lamark se acercaron.
—Ya terminaron las clases. ¿Y bien? ¿Ya podemos ver tu tonto invento? —retó Charlie.
—Andrei saldrá con Ellie. De hecho, se van a encontrar en el Rock&Roll Café en 15 minutos —respondió Jeremy.
Zack, Charlie e Isaac estaban sumamente impresionados. Debía ser una broma.
—Oye, si es una broma…
—Mi amigo tiene que irse ahora… —interrumpió Jeremy, dándole la indirecta a Andrei— …no debería hacerla esperar.
El joven, fastidiado, creyó que sería mejor terminar con este asunto. Tomó sus cosas y se fue.
—Yo tengo que ver esto —dijo Zack, siguiéndolo.
Esteban y Oliver, sin saber nada, siguieron a su líder. Jeremy también se fue con ellos. Charlie e Isaac se miraron y rápidamente los alcanzaron, tenían que comprobar que fuera cierto lo de la cita.
El Rock&Roll Café era una cafetería muy popular en la ciudad, tanto para mayores como para jóvenes, el único requisito para encajar era el gusto por la música, tanto el rock clásico como el moderno. Ellie ya estaba sentada en una de las mesas. Después de clases, ella fue hacia dicho lugar sin comentarle nada a Joan. Su amiga estaba tan ocupada viendo que canción cantaría en el festival que no le importaría de todos modos. Habían pasado al menos 10 minutos, pero el rato se hacía eterno. El lugar no estaba lejos de la escuela, así que Andrei llegó. Saludó y tomó asiento.
—¡Hola! Tú debes ser el nuevo —Ellie no sabía qué decir, así que optó por lo más obvio—. Mi nombre es Elyon, pero todos me dicen Ellie.
—Yo soy Andrei.
—Jeremy dijo que querías ayuda para sentirte parte del grupo.
—¿Qué? Eso no es cierto.
En ese momento, llegó la mesera para atenderlos, también entraron los demás y notaron que todo lo que había dicho Jeremy era verdad.
—¡No puedo creerlo! ¡Está saliendo con Ellie! —exclamó Zack, al mismo tiempo que Esteban y Oliver quedaban con la boca abierta— ¿Por qué? Yo la invité a salir y me rechazó. Soy mejor que Andrei.
—Era obvio que te rechazara si le fuiste infiel a Joan —recordó Jeremy.
Los hermanos Lamark quedaron sorprendidos y decepcionados, habían perdido la apuesta. No solo estaba teniendo una cita, Andrei estaba saliendo con Ellie, una hermosa chica. Era la más linda y amable del grupo. La mesera se retiró después de tomar la orden.
—¿Qué más te dijo Jeremy?
—Solo eso. No te preocupes, yo te ayudaré a encajar, sé que vienes de otra escuela.
—No, no. No necesito tu ayuda.
—Eh… bien, entonces… Háblame de ti, quiero conocerte.
—No hay mucho que decir. Tengo que trabajar en un proyecto muy importante.
—¿El de la máquina de tiempo? ¡Es maravilloso! ¿Quieres viajar al futuro para ver cómo será tu vida? A mí me gustaría viajar y ver si encontraré al amor de mi vida, también me gustaría ver a mis futuros hijos.
—No me interesa mi vida en el futuro, solo quiero lograr algo que jamás se ha hecho. O que tal vez ya se hizo, pero es restringido. En pocas palabras, quiero tener este logro personal, es todo. ¿Crees que sería prudente ver cómo termina mi vida en el futuro? Si algo no me pareciera, regresaría y evitaría que pasara.
—Mmm… pero… es parte de tu destino. Sería algo inevitable.
—Exacto. Por eso no quiero saber nada.
Quedaron en silencio. La puerta se abrió y entraron más clientes al lugar. Entre ellos, Imelda y Madyson.
—Hey, ¿no es ese tu hermano?
—¿Mi hermano? ¿En el Rock&Roll Café? Debes estar confundiéndolo con alguien.
Imelda miró bien hacia donde Madyson señalaba. Era verdad, se trataba de su hermano. Sonrió de manera maliciosa y le hizo una señal a su amiga.
—Hola, Andrei, veo que por fin tienes una cita —Imelda llegó.