En la escuela, un nuevo día comenzaba. Los rumores ya se habían calmado, parecía que Imelda estaba asustada por las amenazas de su hermano, tan asustada que le pidió ayuda a la persona menos esperada.
—Ellie, tienes que ayudarme —se acercó en cuanto la vio llegar en los pasillos.
—¿Qué pasa? ¿Estás bien?
—No. Eh… bueno… primero debo disculparme contigo. Mira, yo pensé que sería divertido molestar a mi hermano en esta escuela, pero ahora está muy enojado. Dijo que me hará sufrir.
La chica se sorprendió mucho.
—¿Crees que sea capaz de lastimarte?
—Puede que encuentre una forma de humillarme, es muy listo.
—¿No crees que deberías disculparte con él? Tal vez hablando comprenda que cometiste un error y te perdone.
—¡Eso nunca! Es decir… creo que es buena idea, pero… ¿podrías ayudarme a que se le quite lo enojado?
—¿Por qué yo?
—Porque eres la única chica que se ha acercado mucho a él. ¡Tuvieron una cita!
Ellie no estaba muy convencida, pero no podía evitar sentirse preocupada por Imelda, ya que la veía tan arrepentida. Su noble corazón hizo que aceptara esa petición, a pesar de que esos rumores de Imelda la hacían quedar mal. Le dijo que no debía preocuparse, que haría lo posible por ayudarla.
Inició la jornada escolar, la primera clase era Historia. Zack y Andrei estaban afuera de los salones, en una parte escondida de la escuela.
—¿Ahora te saltas las clases? —preguntaba Zack, al darle una fumada a su cigarro.
—Es Historia, no me interesa. Y los laboratorios están cerrados… ¿en esta escuela nunca los usan?
Zack sonrió. Era el colmo que todavía quisiera hacer su proyecto, a él le parecía una reverenda tontería la idea de inventar una máquina del tiempo.
—¿Por qué no abandonas? Si no te gusta la escuela, no asistas.
—Tengo que terminar la preparatoria si quiero ir a la universidad —respondió Andrei.
—Pero ahora tendrás un año aquí, ¿no afectará eso en tu brillante currículo?
—Sí, pero para mi madre lo más importante es que sea como los demás.
—Si dejaras esas estupideces de la ciencia, estarías bien. Lo único que te queda es portarte como somos en esta escuela. Ya diste el paso más importante de todos… —animó Zack, al ofrecerle un cigarro. Andrei lo aceptó sin palabras— …estás en mi banda.
Regresaron a las clases cuando terminó Historia. Se reunieron con Esteban, Oliver y Jeremy. Ellie miraba de lejos, no sabía por dónde empezar. Esto era un reto para ella, pero ¿por qué? No era la primera vez que se acercaba a un chico. Sentía que había algo especial. Conocer a alguien después de haber tenido una cita desastrosa era algo completamente nuevo. Normalmente tenía citas y no terminaban con una apuesta. Tenía problemas en sus relaciones amorosas, pero no de este tipo, no. Ni siquiera tenían una relación en ese momento. Estaba confundida, no sabía si este era un sentimiento de interés amoroso o simple curiosidad por conocerlo. Cuando fue la hora del almuerzo, ahora fue su turno de acercarse.
—¡Hola! ¿Puedo hablar contigo? —se acercó, aprovechando que estaba lejos de Zack y del resto de la banda.
Andrei la miró, sin el mismo interés, pero dispuesto a escuchar.
—Creo que deberías hablar con tu hermana, ella está muy arrepentida por lo que hizo. Dice que estás enojado con ella y qué harías cualquier cosa para hacerla sufrir.
—Te está manipulando. ¿Por qué la defiendes? Gracias a ella, todos saben lo de la apuesta.
—Eso lo saben porque tú lo dijiste, Alfred te escuchó y seguramente les dijo a todos también.
—No le voy a hacer nada a Imelda, solo quise asustarla —Andrei continuó su camino.
—Oye, creo que no deberías portarte así —Ellie lo siguió—, ni siquiera te has disculpado bien conmigo.
—Déjame en paz —pidió, al detenerse—. No quiero relacionarme con nadie más, ni contigo ni con los Lamark, ni con nadie. Si no estás conforme con la disculpa, no me interesa, yo…
—¿Qué hay de Madyson? ¿Quisieras hablar con ella?
Estas preguntas provocaron un silencio incómodo. Para cuando Ellie se dio cuenta de su imprudencia, era demasiado tarde. Esperaba una respuesta grosera ante esto, pero la reacción de él fue diferente.
—¿Por qué quieres saberlo?
La chica no supo qué responder, lo único que le quedó fue disculparse.
—¡Ay, no! ¡Lo siento! No debí hacer esas preguntas. Son cosas tuyas, yo… creo que mejor me voy.
Andrei la miró alejarse. Por fin se la había quitado de encima. En el fondo, este tema de Madyson le incomodaba, pero cuando lo trató con Ellie, sintió que podía superarlo. Sin embargo, ella ya no continuó con la conversación y su intento por acercarse a él había fracasado.
Ellie fue hacia los pasillos, quería alejarse lo más posible.