I Am Smartest ~ 2da Edición

Celos

Este abrazo era muy especial, para él, era algo completamente nuevo. Las pocas veces que su madre lo abrazó fue antes de irse al internado y de su hermana, ni hablar, nunca llevó una buena relación. Se separaron y quedaron frente a frente, mirándose a los ojos. Un momento mágico que significaba algo…

—¡Hola! Buenos días.

Interrumpió Imelda, saludando en voz alta. Se acercó, acompañada de Madyson. Hicieron a Ellie a un lado, quedando enfrente de Andrei, a propósito.

—Oye, ¿A dónde fuiste el sábado en la noche? Pensé en llevarte un regalo por tu cumpleaños —decía Madyson, mostrando el obsequio—, pero no estabas.

—¡Qué lindo de su parte! —añadió Imelda— Se acordó de tu cumpleaños, no seas grosero y acepta el regalo.

El joven tomó el obsequio, lo abrió, viendo que era un cuadernillo.

—Es una bitácora, sé que estás trabajando en investigaciones y esas cosas. Creo que te será útil.

—Gracias, Madyson —se limitó a decir.

—¡Por nada! Si quieres podemos salir, ya que el sábado no salimos.

—Estoy muy ocupado —respondió—. Y tú estás saliendo con alguien más.

—Ay, pero solo es como amigos —apoyaba Imelda—. No tiene nada de malo.

Ellie sintió que ya no podía seguir escuchándolas, así que se fue. Caminó por los pasillos hasta llegar a la puerta del salón. Tenía una expresión de tristeza que no podía ocultar. Cindy lo notó y fue a donde estaba.

—¿Qué pasa? ¿Estás bien?

—Tuve un terrible fin de semana… y no termina.

—Mmm… es mejor que nos saltemos esta clase. Vamos a otro lugar.

Se fueron, antes de que el resto del grupo se diera cuenta de la situación.

 

Se sentaron en una de las mesas de la cafetería, vacías a esa hora de la mañana, pero abierta para los que querían comenzar su día con un café. Maestros y alumnos salían con su bebida caliente, alistándose para las clases. Ellie no pudo evitarlo, las lágrimas se derramaban en sus mejillas.

—Él dijo que no sentía nada por mí.

Lloró más al decir esto. Cindy se acercó para rodearla con sus brazos, en señal de apoyo.

—Lo peor de todo es que ni siquiera le pregunté, solamente lo dijo.

—Ay, Ellie. No sé qué decirte. ¿Sabes qué te hace falta? Una noche de bebidas con las chicas. Hoy en la noche con Emilly y Joan.

—¿Crees que sea buena idea? —la chica dejó de llorar.

—Claro, que sea en mi casa.

—Está bien —dijo, ya estando tranquila—. Me siento muy mal, Madyson le regaló una bitácora, yo solo le di chocolates. Ni siquiera puedo regalarle algo que le sirva.

—No deberías prestar atención a eso. Oye, pero se me hace muy raro que Madyson se comporte así. Se supone que a ella le gusta Brad.

—Dice que tiene una relación abierta, puede estar con quien quiera.

—Sí, pero no he visto que ande detrás de alguien antes de Andrei. ¿No te parece que lo hace para molestarte?

—¿Molestarme?

—Aunque, ahora que recuerdo, Imelda es la fastidiosa aquí. Seguramente fue su idea.

—Tal vez lo hace porque sabe que hubo algo entre ellos.

—Emilly es la que puede decirnos. Hablemos de eso en nuestra reunión.

 

Las clases pasaron con normalidad. En el descanso, Zack y su banda estaban en uno de los patios de la escuela.

—Y bien, ¿Cómo te fue? —preguntó Esteban— No nos has dicho nada del sábado.

—Sí, te dejamos con Ellie a solas. Espero que hayas hecho algo de provecho —decía Zack.

—Solo hablamos y ella se fue primero —respondió Andrei—. Por cierto, ustedes me dejaron pagar toda la cuenta —esto último lo dijo con cierta molestia.

—Ahh, sí. Olvidamos dejarte el dinero —dijo Jeremy, con un poco de pena.

—Nos fuimos tan rápido que no nos acordamos —agregó Oliver.

—¿Solo hablaron? ¿Acaso eres imbécil? Tuviste una oportunidad de oro —regañó Zack.

—Ya le dije que ustedes quieren que salga con ella. Le aclaré que no lo haría porque…

—¿Por qué? —preguntó Jeremy al ver que dudaba.

—Porque no siento nada por ella.

Sus amigos hicieron una expresión de decepción al oír esto. Simplemente no lo podían creer, ¿Cómo se atrevía a decirle eso a una chica? Más siendo Ellie.

—En serio estoy dudando de tu supuesta inteligencia —comentó Zack.

—¿Por qué le dijiste eso?

—No lo sé… ahora, no lo sé.

—Bueno, fuiste sincero —dijo Jeremy—. No podemos obligarte a que sientas algo por ella. Enamorarse debe ser algo natural.

—¿Sabes qué? Yo voy a salir con Ellie —dijo Zack, desafiante—. Voy a tratarla como se merece.




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